Teoría del capital y la distribución. Eduardo Antonelli

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Teoría del capital y la distribución - Eduardo Antonelli

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Por otra parte, KE es imposible de medir, con lo que, si bien la idea de su inclusión es atractiva, resulta impráctica desde todo punto de vista.

      El concepto de KE es verdaderamente interesante, no obstante, además de que representa un hecho absolutamente concreto más allá de la imposibilidad de su identificación cuantitativa. Por ejemplo, ayuda a entender por qué se produce una caída en la demanda de trabajo cuando se presentan las crisis: los empresarios claramente reducen KE (tienen menos disposición para producir) y esto hace que descienda la PMgN. En otras palabras, una mayor cautela de los empresarios que reduce KE, o la sospecha de que no se podrá cobrar Fórmula, disminuye la demanda de trabajo. Parecería entonces que se está frente a un dilema. Por un lado puede considerarse una función de producción que no es lineal y homogénea, y se proponen los beneficios como:

Fórmula

      Siendo la tasa de beneficios un surplus:

Fórmula

      O bien, se considera una función cuasilineal y homogénea donde no existe tal surplus:

Fórmula

      Con:

Fórmula

      O también, si se considera el total del capital computando como parte de éste el empresarial:

Fórmula

      En este caso ρ efectivamente es independiente del modelo —aunque simplemente se denomina de otra forma a la relación entre el valor del capital empresarial respecto al físico, o a aquél respecto del total del capital empleado— y los beneficios netos son considerados como la retribución de un factor de la producción. Nótese, sin embargo, que ρ en esta última ecuación no se conforma con los beneficios, sino a través de la retribución del valor del capital empresarial respecto al valor del capital físico utilizado o de todo K, considerando ambos tipos.

       La tasa de beneficios y el margen de beneficios

      Una forma de intentar conciliar estas cuestiones es, como ya se ha mostrado, la de considerar que los precios se forman a través de un margen de beneficios, en lugar de la tasa de beneficios. Este margen, con el que ya se ha trabajado anteriormente, se define como la relación entre los beneficios totales y el valor del producto:

Fórmula

      i.e., ν es la participación de Fórmula en el valor del producto; por su parte, la relación entre v y ρ se obtiene multiplicando y dividiendo por Fórmula:

Fórmula

      En consecuencia, los beneficios representan un surplus, esto es:

Fórmula

      ¿Debe entonces considerarse que los beneficios son, después de todo, un excedente, esto es, que no representan la retribución de un factor de la producción?

      No necesariamente; como se mostró anteriormente, puede perfectamente considerarse que Fórmula, donde en este caso, Fórmula es un flujo que representa aptitudes e incentivos para producir e invertir.

      Sin embargo, en este último escenario es inevitable renunciar a la idea de una tasa de beneficios como una ecuación independiente del modelo, en el sentido de que aporta nueva información, toda vez que en este caso es solamente la participación de los ingresos debidos al talento de los empresarios en comparación con el valor del capital, a la vez que hay que aceptar la idea de que Fórmula es dado y que no es posible cuantificar Fórmula, lo que no cambia demasiado las cosas con relación a la propuesta de utilizar el margen de ganancias, también considerado dado, aunque no en el sentido de una necesaria capacidad de los empresarios de imponerlo, sino de acuerdo con el nivel de producción.

      Una solución de compromiso consistiría en aceptar la idea de los beneficios como excedente, pero como consecuencia de la imposibilidad de medir Fórmula por su condición subjetiva, siempre y cuando se acepte que Fórmula es absolutamente necesario, tanto como KF y N para el proceso productivo, y necesita —a la vez que justifica, por lo tanto— una retribución.

      Lo anterior puede sonar a juicio de valor, pero estrictamente no lo es. En efecto, en ausencia de KE no hay quien tome las decisiones de producir y sobre todo, invertir. Es como una orquesta y su director, donde es claro que la interpretación corre por cuenta de la orquesta y podría considerarse al director como un ornamento; sin embargo, no es menos cierto que la coordinación y la mejor performance de la obra solamente se consiguen con un director al frente de la orquesta y por eso las orquestas lo incluyen.

      Dando vuelta el razonamiento, podría considerarse que la tasa de beneficios debe introducirse en el modelo para explicar precisamente este ingreso Fórmula ya que este no puede, por lo dificultoso, proponerse como la retribución de un factor de la producción al carecer Fórmula de tangibilidad y consecuentemente no existir un mercado de compra y venta de este recurso. Por supuesto, son indistinguibles los beneficios normales que se obtienen como retribución del espíritu de empresa, la innovación, etc. de los beneficios que se consiguen por formas monopólicas.

      Más allá de todo esto, no debería considerarse algo tan grave el hecho de que Fórmulay KE no sean observables, porque en definitiva ν tampoco lo es (aunque puede medirse indirectamente) y mucho menos son observables los propios animal spirits, aunque es claro que estos no tienen nada de fantasmagóricos.

      Por otra parte, al actuar estas variables no observadas como parámetros, se sabe, por ejemplo, que, justamente cuando KE cae, esto se proyecta en términos de una disminución de la PMgN y esto explica por qué cae el empleo en tales condiciones, al ser tal caída equivalente a una reducción de la demanda de trabajo.

       Nuevamente la maximización de los beneficios

      Para el caso de la tasa de beneficios, y prescindiendo de las matizaciones recientemente efectuadas, se trata entonces de maximizar:

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