Teoría del capital y la distribución. Eduardo Antonelli

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Teoría del capital y la distribución - Eduardo Antonelli

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será mayor que el que regía, si, como se sostiene, prevalecen rendimientos decrecientes a la escala (vale decir, costos marginales crecientes), o bien, se mantendrá sin cambios si se está en presencia de rendimientos constantes a la escala (costos marginales constantes), aunque el escenario de rendimientos constantes a la escala es poco probable en la economía real.

      Precios del capital flujo y stock

      Debe tenerse presente (cfr. Antonelli 2011 y Antonelli, 2013, punto 5) que el precio de los nuevos bienes de capital no es el precio flujo de los servicios del stock de capital existente, precios estos últimos que son los que se comparan con los de los servicios del trabajo.

      En efecto, el precio de los servicios del stock de capital existente es (i+d)PK siendo, como ya se ha establecido, i la tasa de interés y d la de amortización; PK, por su parte, es el precio de los nuevos (y también, de los existentes) bienes de capital producidos, equivalentes a la inversión realizada.

      Las curvas PMgK, EMgK y la demanda de capital

      La demanda de capital no es la curva de la PMgK y tampoco es la EMgK. En efecto, la PMgK representa la demanda de su propio capital por parte de las empresas para producir bienes de capital o bys. Esta curva es, por supuesto, la derivada primera de la función de producción con respecto al capital y representa, como se decía, la demanda de capital de la empresa, pero del que ya poseen para producir. Por lo tanto esta demanda no debe confundirse con la demanda de nuevos bienes de capital; i.e., no debe identificarse mecánicamente con la inversión que efectúan las empresas y que es la demanda de más (y nuevo) capital. Por otra parte, ninguna de estas dos debe identificarse con la EMgK que representa la inversión ideal para las empresas en términos de la maximización de sus beneficios, inversión que no necesariamente se materializará si no se dispone del financiamiento requerido.

      Podría entonces plantearse si para el caso del trabajo se presenta la misma situación; esto es, si debería distinguirse entre la demanda de trabajo existente, o sea, la PMgN que supone el aporte de producto adicional cuando se añade una unidad de ese trabajo, de la situación que se presenta cuando las empresas deciden comprar nuevo equipo para una nueva actividad que se presume (más) rentable, equipo que en principio requeriría también más trabajo.

      Conforme lo señalado, este último trabajo adicional podría entenderse como un aumento en la PMgN, esto es, un desplazamiento de toda la curva de la PMgN, y este trabajo adicional se requiere —en este caso— debido a que se incrementó precisamente la cantidad de capital de las empresas.

      Para decirlo de otra forma, la PMgK es el aumento en el uso del capital ya existente, en el sentido de que forma parte de AF (K,N) cuando se necesita producir más; esto es, la PMgK representa los cambios en la cantidad demandada (por la propia empresa) del capital de que dispone.

      La EMgK, per contra, es equivalente a un aumento de la demanda de capital, o sea, la EMgK representa precisamente la inversión que pretenden las empresas y que surge de la evaluación de los proyectos que incluyen los costos ciertos y los beneficios inciertos, que se acotan por las expectativas de ganancias de los empresarios.

      La demanda de nuevos bienes de capital, entonces, representa la de todas las empresas que desean invertir para incrementar su stock de capital con el que producen los niveles actuales de output y con cuyo incremento podrán elevar la producción una vez que han completado su análisis de conveniencia de realización de la inversión y disponen del financiamiento para comprar los nuevos equipos. Naturalmente, que esa demanda deseada de nuevo capital se transforme en efectiva, depende de que las empresas consigan el financiamiento necesario, tema que se discute en Antonelli, 2013.

      Por otra parte, la inversión también puede observarse a través de la curva de oferta de los nuevos bienes de capital establecidos a partir de la EMgK (véase Antonelli, 2013, libro I, punto 5).

      Cambios en los precios de bys y de bienes K

      De acuerdo con lo anterior, cuando tiene lugar el proceso de acumulación de capital, este por lo general se asocia con aumentos más que con disminuciones en el precio de los bienes de capital, considerando que prevalecen rendimientos decrecientes a la escala; o en el mejor de los casos, constancia en tales precios si la función de producción de bienes de capital es HL.

      Estos aumentos de precios se producirían porque muy probablemente la inversión que ha sido inducida por la EMgK permite nichos monopólicos que facultan a las empresas inversoras a cobrar precios más elevados por los nuevos bienes producidos, además de que la curva de oferta de capital se propone, en condiciones generales, con pendiente positiva, vale decir, operando bajo rendimientos decrecientes a la escala.

      Sin embargo, a largo plazo, los nuevos bienes de capital —suponiendo que la inversión neta es positiva, esto es, el stock de capital va creciendo en el tiempo— eventualmente podrían producir un cambio en la oferta, tanto de bys como de bienes de capital; esto es, podría producirse un shock positivo de oferta, lo que haría que descienda (respecto a la situación de incremento anterior) PK, situándose este probablemente de nuevo en el nivel aproximado inicial, a la vez que disminuirían los precios de los bys porque también aumentaría la dotación de capital en la producción de esos bys, si tal cosa ocurre.

      Esta situación se vería reforzada por el hecho de que, a largo plazo, los nichos monopólicos de ganancia se verían reducidos por la entrada de nuevas empresas atraídas precisamente por las mayores ganancias.

      La reducción hipotética en el precio de los bys (PC) que, como se dijo, tendría lugar recién en una etapa posterior, equivale, ceteris paribus, a un aumento en el salario real, y esta sería la última etapa del proceso que comenzó con el aumento de la inversión y la mayor dotación de bienes de capital de la economía, a la vez que la situación de los precios relativos supone, efectivamente, un encarecimiento relativo del trabajo, aunque a la larga, no en lo inmediato. Nótese, por otra parte, que este escenario podría derivar —si la caída en los precios es de importancia— en un impacto en el mercado bursátil, al quebrarse la relación entre la valoración del stock de capital de las empresas y el valor correspondiente de las acciones.

      Apréciese, sin embargo, que la relación causal es exactamente inversa de la que propone la TNC: es la mayor dotación de capital la que eventualmente encarecería relativamente el trabajo (abaratando PC) y no al revés.

      Por otra parte, tal encarecimiento podría darse en términos de una suba del salario en relación a los precios de los bys, pero no necesariamente de los bienes de capital. Dicho de otra forma, la situación descrita no se presenta como consecuencia de que ha tenido lugar un cambio en la relación w*/PK, sino que el mecanismo descrito modifica, a posteriori, la relación w*/P.

       El motor de la acumulación

      Una de las más importantes motivaciones de los empresarios para invertir es precisamente la expectativa de mayores ganancias esperadas, aunque se dejará para más adelante precisar si se trata de las ganancias absolutas —o sea, los beneficios totales, Fórmula— o bien relativas, vale decir, la tasa de ganancia, ρ —o bien el margen de ganancias— o ambas.

      También se deja para más adelante la discusión de las condiciones en que puede existir una ganancia y una tasa de ganancia diferentes de cero.

      

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