Las agrociencias como soporte a una producción agropecuaria sostenible. Liliana Chacón Jaramillo

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Las agrociencias como soporte a una producción agropecuaria sostenible - Liliana Chacón Jaramillo Cuadernos de Seminario

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hongos y las levaduras (Rahman et al., 2001; Vasudevan y Rajaram, 2001; Chikere et al., 2011; Kumar et al., 2018). Cabe destacar que la cantidad de microrganismos importantes identificados en la biorremediación aumenta cada año, lo que implica un incremento de publicaciones en el área; además, los estudios metagenómicos distinguen especies no cultivables.

      Los contaminantes orgánicos más estudiados, con respecto a su biodegradación, son hidrocarburos y plaguicidas, porque son los mayores deterioradores de suelos a nivel mundial. Debido a lo anterior, existen diversos trabajos acerca de la identificación y seguimiento de comunidades microbianas implicadas en la biorremoción de estos y otros contaminantes orgánicos (cuadro 1). Estas investigaciones presentan los géneros o especies de microrganismos o consorcios involucrados. Los microorganismos empleados en los procesos de restauración de suelos son aerobios, anaerobios y metilotrofos, que, mediante diferentes caminos metabólicos, obtienen una fuente de carbono y energía por medio de contaminantes, como hidrocarburos aromáticos policíclicos, solventes clorados, explosivos, colorantes, bifenilos policlorados hidrocarburos y plaguicidas (Tomei y Daugulis, 2013).

      Condiciones ambientales óptimas

      Existen varios factores que limitan la efectividad y el éxito de un proceso de biorremediación: la disponibilidad del sustrato, temperatura, pH, oxígeno, humedad, porosidad del suelo, textura, permeabilidad, disponibilidad de los nutrientes como nitrógeno (N), fósforo (P), hierro (Fe) y las comunidades microbianas presentes en el suelo. Por ello, se deben conocer las características fisicoquímicas del sitio y la concentración del contaminante (Acuña et al., 2012). Además, es necesario determinar la población de microorganismos capaces de tolerar y usar el contaminante como fuente de energía; en este sentido, los organismos capaces de desarrollarse en presencia de hidrocarburos se denominan hidrocarburoclastas, mientras que los que crecen en plaguicidas reciben el nombre de plaguicidaclastas (Islas-García et al., 2015). Destaca la capacidad de los organismos para tomar dichos compuestos como fuente de carbono a concentraciones que no les son tóxicas.

      Los nutrientes se clasifican en macronutrientes y micronutrientes; los primeros son compuestos requeridos en cantidades grandes y forman parte de las macromoléculas de las células, como carbohidratos, lípidos y ácidos nucleicos. Entre los macronutrientes principales se encuentran el N y P; por lo tanto, una limitación de estos resulta en la reducción de la actividad microbiana y su presencia es fundamental en la biorremediación. La cuantificación de N y P, junto con la materia orgánica (MO), es importante para precisar qué nutrientes presentan un déficit en el suelo, pues no permitirían el desarrollo adecuado de los microorganismos autóctonos o alóctonos que participan en la biorremediación.

ContaminanteCompuestoMicroorganismosReferencia
Plaguicida organofosforadoClorpirifósBacillus aryabhattaiSerratia marcescensPseudomonas stutzeriKumar et al. (2018)
ParatiónLeuconostoc mesenteroidesFlavobacterium sp.Serratia marcescens
DiazinónLactobacillus brevisMycobacterium sp.Arthrobacter sp.
Plaguicida organocloradoLindanoDDT HCBPseudomonas sp.Rhodococcus erythropolisBacillus pumilusLysinibacillus fusiformisMucor ambiguousTaylorella asinigenitalisEnterococcus faecalisStaphylococcus aureusGalactomyces geotrichumMucor circinelloidesPurnomo et al. (2011)Lovecka et al. (2015)Saghee y Bidlan (2018)
HidrocarburosPetróleoActinomyces sp.Alcanivorax sp.Thalossolituus sp.Proteus sp.Aspergillus flavusAlternaria alternataFusarium solaniRhizopus stoliniferChikere et al. (2011)Hassan (2014)
DiéselAeromonas sp.Flavobacterium sp.
Aromáticos policíclicosMycobacterium sp.Neptumonas sp.Cutibacterium sp.Beijerinckia sp.Xanthomonas sp.
ColorantesIndustriales, textiles-azoMyrothecium roridumPycnoporus sanguineusPhanerochaete chrysosporiumTrametes trogiiPenicillium ochrochloronMicrococcus luteusAbatenh et al. (2017)
Bifenilos policloradosCongéneres di, tri, tetra, pentaRalstonia eutrophusmArthrobacter sp.Singer et al. (2000)

      Fuente: autor.

      La MO es del 5 % del volumen total del suelo y es un factor clave en su dinámica y fertilidad, porque actúa sobre las propiedades físicas y químicas, mientras aporta nutrientes mediante la mineralización y su capacidad de cambio de cationes, los cuales funcionan como una reserva nutricional. A su vez, la MO opera sobre las propiedades biológicas, debido a que mantiene la actividad microbiana del suelo (Julca-Otiniano et al., 2006).

      La estructura del suelo (granulometría y textura) suele afectar la entrada efectiva de aire, agua, nutriente y la movilidad del contaminante durante la biodegradación. Los suelos con partículas de mayor tamaño (arenas) son los más fáciles de tratar, porque favorecen la permeabilidad y difusión de oxígeno, mientras que un suelo con baja permeabilidad (limos y arcillas) impedirá los movimientos de agua, nutrientes y oxígeno, al formarse complejos húmicos que disminuyen la disponibilidad de microorganismos y la menor remediación y absorción de contaminantes (Vidali, 2001; Volke-Sepúlveda et al., 2005).

      La humedad es un factor prioritario en el crecimiento y actividad biológica de los microorganismos que contribuyen a la biodegradación de contaminantes del suelo, esto debido a que el agua participa en diversos procesos metabólicos, al tiempo que funciona como solvente y portador de nutrientes (Choi et al., 2003; Fernández et al., 2006). Al respecto, Molina-Barahona et al. (2004) demostraron que este factor favorece el crecimiento de microorganismos degradadores, incluso si se mejoran los porcentajes de remoción en suelos contaminados; sin embargo, si se encuentra en exceso, disminuye el intercambio gaseoso a través del suelo.

      Por su parte, el pH también afecta la solubilidad y disponibilidad de macro y micronutrientes en el suelo, así como la presencia de otros grupos de microorganismos; de modo que, en suelos ácidos, se favorece la presencia de hongos mientras que, en suelos alcalinos, es común encontrar bacterias (Volke-Sepúlveda et al., 2005).

      La aireación en el proceso de biorremediación es fundamental, puesto que el oxígeno es el mejor aceptor de electrones. Por consiguiente, en un mismo substrato orgánico, los microorganismos, que emplean el oxígeno como agente oxidante, generan más energía que aquellos que usan nitratos, sulfatos u otros aceptores de electrones alternativos, para alcanzar una mayor velocidad, que implica un consumo superior del contaminante. Por lo tanto, la biorremediación aerobia es más eficiente que la biorremediación de contaminantes orgánicos en forma anaerobia (Gómez et al., 2008).

      La temperatura óptima para desarrollar la actividad microbiana y la biorremediación se encuentra en el intervalo de 20-40 °C. La temperatura afecta las reacciones bioquímicas y la velocidad de degradación de los contaminantes, por lo que un incremento resulta útil. La degradación se duplica cuando la temperatura se incrementa en 10 °C, pero hacerlo en el campo implica un incremento en los costos del proceso. Por encima de los 40 °C, los microorganismos pueden morir, provocar cambios poblacionales en el suelo, desnaturalizar enzimas y proteínas, cuando decrece la biorremediación; por el contrario, con temperaturas menores a 7 °C se inhibe la biodegradación. Para mantener temperaturas adecuadas, se usan cubiertas de plástico, paja o restos de vegetación (Gómez et al., 2008; Sutar y Das, 2012).

      Si se toma en cuenta que cada sitio contaminado tendrá suelos con características fisicoquímicas y biológicas particulares, el éxito de la biorremediación dependerá de los parámetros adecuados de los microorganismos degradadores y del tipo de contaminante. En el cuadro 2, se establecen las condiciones óptimas de temperatura, humedad, oxígeno, pH y nutrientes, para que los microorganismos biodegraden los hidrocarburos y plaguicidas, compuestos más estudiados a nivel mundial.

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