Las agrociencias como soporte a una producción agropecuaria sostenible. Liliana Chacón Jaramillo
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Fuente: datos tomados de Schmidt et al. (2013).
Fuente: Parque Bicentenario Ciudad de México.
La biorremediación por biopilas se aplicó, en principio, en el tratamiento del suelo contaminado con HFM e HFP. Posterior a la excavación con maquinaria, se elaboraron bioceldas con el uso de aditivos orgánicos, nutrientes, agua y venteo mecánico, que establecieron las condiciones óptimas del tratamiento. La extracción de vapores y bioventeo se combinó en el suelo con HFL y BTEX (García-Villanueva y Fernández-Villagómez, 2014). Este proceso comenzó al instalar pozos de extracción o bioventeo en el sitio contaminado, el cual se conectó a ventiladores o extractores que, por medio de válvulas, se controlaron por unidades centrales automatizadas, mediante ciclos de inyección o extracción para aumentar su eficiencia (Schmidt et al., 2013). En ambos procesos, la degradación de los contaminantes se efectuó con microorganismos nativos del suelo (bioestimulación) o nativos aclimatados (bioaumentación), mientras se acondicionó el suelo con aireamiento, humedad y la relación C:N:P, para hacer más eficiente el proceso.
Posterior a las acciones necesarias en la remediación del predio que ocupó la ex Refinería 18 de marzo, se destinó a la construcción de una zona recreativa, conocida como Parque Bicentenario, que genera beneficios al medio ambiente de la Zona Metropolitana del Valle de México y es el segundo espacio de convivencia natural más grande de la ciudad.
Conclusiones
A nivel mundial, las autoridades ambientales señalan la importancia de disminuir el uso, aplicación y formulación de sustancias tóxicas en el ambiente. En este sentido, la recuperación de sitios contaminados, nombrados pasivos ambientales, debería ser una prioridad nacional para reducir el impacto de contaminantes orgánicos. El apoyo y la autorización de tecnologías responsables, como la biorremediación, por parte de las autoridades, debe ser prioritario en los sitios degradados. De igual forma, los responsables técnicos deben contar con respaldo científico y cumplir con los requerimientos de las autoridades ambientales para utilizar estas tecnologías y evitar efectos adversos en el ambiente.
Por otra parte, la biorremediación constituye una tecnología de tratamiento que resulta partidaria con el ambiente, debido a que incorpora contaminantes a los procesos bioquímicos de los organismos y los transforma a compuestos menos tóxicos. No obstante, para que un proceso de biorremediación sea exitoso, es necesario conocer las características fisicoquímicas y biológicas del suelo del sitio. En la actualidad, no existe una tecnología universal que limpie el suelo con alta eficiencia en todos los casos. Cada sitio es único; en consecuencia, para seleccionar una tecnología adecuada en la remediación, hay que conocer la información del sitio y las características del contaminante a tratar. A la par, saber la historia del siniestro determinará cómo y en qué medida ocurrió la migración de los contaminantes en el subsuelo y la aclimatación de las especies microbiológicas.
La aplicación de la biorremediación en sitios reales contaminados demuestra su viabilidad en la recuperación y reutilización de áreas contaminadas, al recobrar el valor de los sitios y su reintegración a los ciclos ambientales y ciclos económicos de las localidades cercanas, para que, gracias a los casos de éxito, autoridades, gobiernos, empresas e instituciones implementen estas tecnologías en la restauración ambiental con beneficios a la sociedad.
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