La ciencia de los sentimientos. Ignacio Rodríguez de Rivera

Чтение книги онлайн.

Читать онлайн книгу La ciencia de los sentimientos - Ignacio Rodríguez de Rivera страница 8

La ciencia de los sentimientos - Ignacio Rodríguez de Rivera

Скачать книгу

neutros).

      Quiere decir esto, que nuestra cabeza es capaz de inhibir ciertos enlaces que implican sentir algo (como sentimiento), mediante el procedimiento de activar otros enlaces (de pensamiento, prioritariamente); pero no es capaz de anular las sensaciones que todo eso acarrea (tensión, ansiedad, etc).

      Los neurocientíficos han podido observar cómo unas vías neuronales pueden inhibir a otras de su proximidad. Tal vez por ahí podría encontrarse la explicación del cómo sucede eso (no el por qué, cuya explicación se hallará en la historia de la experiencia del individuo).

      A propósito de todo lo que vengo exponiendo sobre los sentimientos, sobre las sensaciones y el pensamiento, viene a cuento comentar, aunque sea de pasada, algo que creo muy interesante mencionar: se trata del título de un libro del filósofo español, nunca bastante destacado, Xavier Zubiri: Inteligencia Sentiente. Inteligencia y Realidad (Alianza Editorial, Madrid, 1980). El título lo dice todo respecto a lo que vengo diciendo. Trata del problema del saber, planteado en filosofía desde Aristóteles.

      Necesidad de saber a la que obedece este trabajo mío en el que me estás acompañando hasta ahora y espero que así continúes, pues también existe en mí la necesidad humana de compartir el saber.

      1. Wikipedia: En la especie humana y en muchos otros primates, existen tres tipos diferentes de conos, cada uno de ellos es sensible de forma selectiva a la luz de una longitud de onda determinada, verde, roja y azul. Esta sensibilidad específica se debe a la presencia de tres sustancias llamadas opsinas:

       La eritropsina tiene mayor sensibilidad para las longitudes de onda largas de alrededor de 700 nanómetros (luz roja).

       La cloropsina para longitudes de onda medias de unos 530 nanómetros (luz verde).

       La cianopsina con mayor sensibilidad para las longitudes de onda pequeñas de unos 430 nanómetros (luz azul).

      Los 3 tipos de conos mencionados más arriba son llamados:

      Tipo L: sensibles a longitudes de onda larga

      Tipo M: sensibles a longitudes de onda mediana

      Tipo S: sensibles a longitudes de onda corta (corta = short [en inglés])

      2. Rodolfo F. Llinás, El cerebro y el mito del yo (ed. Belacqua, Barcelona, 2002):

      3. Debo la idea de que los sentimientos están formados por sensación más pensamiento a un autor psicoanalítico, desgraciadamente poco conocido en nuestro país, tal vez por haber escrito su obra en inglés, a pesar de ser chileno, y de haber desarrollado una notable labor en Chile, (además de Londres, Milán y Roma) pero que se formó en Inglaterra. Se trata de Ignacio Matte Blanco, y su obra más destacada es ‘The Unconscious as Infinite Sets. An Essay in Bi-logic’, Ed. Karnac Books, London, 1975 (edición revisada, 1998). En dicha obra estudia las lógicas consciente e inconsciente, empleando la lógica matemática de Russell-Whitehead.

      4. Tomo este término metafórico de la obra antes citada de Matte Blanco

      2.

      ¿qué pone en movimiento a la mente?

      Recordemos que la mente es un sistema formado por un conjunto de elementos que hemos llamado cualia (cualidades sensibles, positivas, negativas y neutras) y que, por lo tanto, son de índole subjetiva – “y” de las relaciones entre ellos (que se originan por ser activados simultáneamente).

      Cada uno de esos conjuntos de cualia constituye una representación mental de una experiencia sensible del individuo, bien sea originada por estímulos externos o internos (o de ambos al mismo tiempo).

      Tomemos un ejemplo que muchos hemos podido experimentar en nuestra vida cotidiana: veamos cómo se produce una sensación de movimiento en algunas ocasiones:

      Estoy sentado en el asiento del tren, junto a una ventanilla, y el tren está detenido en la estación junto a otro tren, también parado.

      ‘Veo’ que el tren vecino se mueve, primero lentamente y, poco a poco, más rápido. Al poco tiempo, percibo una vibración en mi cuerpo y entonces siento y me doy cuenta de que es mi propio tren el que está moviéndose (si su movimiento fuese más acelerado, también percibiría, a través del órgano del equilibrio de mi oído, mi propio desplazamiento; pero en este ejemplo eso no sucede, porque la aceleración no es suficiente para estimularlo).

      Durante la primera etapa, cuando sólo siento el movimiento a través de la vista, lo atribuyo a que el movimiento es ajeno: el tren vecino. Pero cuando, además de la vista, interviene el sentido corporal de la vibración, ambos sentidos unidos y simultáneos dan como resultado la cualidad sensorial de movimiento propio.

      Lo que pretendo poner de manifiesto con este ejemplo es que un mismo hecho (movimiento del tren) puede producir dos cualia diferentes, según intervenga uno o varios sentidos en su formación: cualidad de movimiento ajeno, o cualidad de movimiento propio.

      (Queda por saber si, en realidad, al mismo tiempo que se mueve mi tren, también se mueve el otro en sentido contrario. Necesitamos otros datos para averiguarlo).

      Esto nos ocurre continuamente cada día, cuando vemos que el sol se desplaza allí arriba, porque no percibimos el movimiento de nuestro planeta. Por eso seguimos diciendo que el sol ‘sale’ o ‘se pone’ sobre el horizonte. Eso es lo que sentimos, aunque ‘sepamos’ que ambos se desplazan respectivamente: primero creímos saber que el Sol se movía; luego averiguamos que la Tierra se mueve en torno al Sol; más tarde llegamos a saber que ambos se desplazan respectivamente, aunque en distinta proporción. (Y el cuento sigue con que todo el sistema solar se mueve, que también se mueve la galaxia, etc.).

      Pero volvamos al tema de la mente y los hechos que ocurren en su interior:

      El hecho de que varios cualia se produzcan simultáneamente tiene la consecuencia de que las neuronas que se activan al mismo tiempo quedan enlazadas entre sí, de modo que, cuando uno de esos cualia es reactivado por un nuevo estímulo, se activan todos los demás a él enlazados; es decir, que si la primera constelación contenía, por ejemplo, la sensación de color rojo, y también el calor; cuando recibamos un estímulo visual de cierta frecuencia correspondiente al rojo, también se activa la cualidad de temperatura. O a la inversa: la activación del calor activa la de rojo.

      Esa ‘representación’ de la experiencia rojo-caliente se vuelve a hacer presente ante lo rojo o ante lo caliente. Por eso podemos decir que la mente es un sistema de re-presentaciones de la experiencia.

      Pero, antes de seguir adelante, tratemos de aclarar ese concepto de sistema que vengo usando:

      Un sistema es un conjunto de elementos relacionados entre sí de tal modo que la variación o cambio de uno de ellos acarrea (directa o indirectamente) cambios en los demás.

      Suele decirse que un sistema es un conjunto de elementos “y” la relación entre ellos. Por lo tanto un sistema es una unidad, no una suma o agregado de unidades; un sistema no es reducible a los elementos que lo componen.

      La molécula de agua es un sistema compuesto de tres elementos atómicos: dos átomos de

Скачать книгу