Republicanas. Luz Sanfeliu Gimeno
Чтение книги онлайн.
Читать онлайн книгу Republicanas - Luz Sanfeliu Gimeno страница 13
[el] peso e influencia del republicanismo durante la Restauración no se demostraron por su actuación como fuerza política nacional, sino como fuerza cultural y social; lo que significa que tuvo más éxito en un intento de cambiar las costumbres, tradiciones y modos de pensamiento de la sociedad española que en el de modificar las instituciones y la política gubernamental de la monarquía.21
De este modo, a través de lo publicado en El Pueblo es posible extraer un repertorio de modelos de comportamiento y de relación que reflejan una cierta mentalidad, en la que quienes leían y quienes escribían en el periódico coincidían y se reconocían y en donde, además, también se proponían nuevos gestos, pensamientos y actitudes cotidianas.
Y aun cuando los textos no tienen un sentido estable, ni fijo, ni universal, sino que, como afirma Chartier, están investidos de significaciones plurales y móviles, en el momento en que circulan por una determinada sociedad, «organizan y singularizan la distribución del poder, la organización de la sociedad o la economía de la personalidad», lo que constituye una fuente muy estimable para conocer cómo se construye la vida social y sus sistemas de valores.
Ya desde finales del siglo XIX y comienzos del XX, el mundo de las publicaciones, a través de nuevos medios de producción y consumo cultural, como los periódicos o las novelas, se había convertido además en un instrumento eficaz con el que los distintos grupos sociales afirmaban sus aspiraciones e ideales, tratando de diferenciarse de otros grupos a los que consideraban, no sólo contrarios políticos, sino también enemigos, respecto a toda una serie de concepciones que hacían referencia a los valores y el significado que tenía o debía tener la vida social.
En este sentido, los modelos de masculinidad o feminidad, o las alusiones al amor o a la vida familiar que los republicanos valencianos representaban en la escritura, llegaron a ejercer una función afirmativa y distintiva, puesto que, a través de los papeles genéricos y de las relaciones entre los sexos, se negociaba también la hegemonía de un determinado grupo social, con efectos de poder y control sobre el resto de grupos.
De esta manera, podemos considerar que los textos, al producir imágenes culturales, llegaron a alcanzar una función realmente «actuante» sobre las prácticas sociales, pues, como observa Chartier, las representaciones son, a la vez, las formas en las que los individuos incorporan las divisiones del mundo social y organizan sus esquemas de percepción y clasificación; y también las formas de exhibición del ser social, es decir, las prácticas con las que muestran en público su estatus y pretenden que se les reconozca la identidad social que se atribuyen.22
1 M. Suárez Cortina: El gorro frigio. Liberalismo, democracia y republicanismo en la Restauración, Madrid, Biblioteca Nueva, 2000, p. 83.
2 C. Blanco Aguinaga: Juventud del 98, Madrid, Siglo XXI, 1970, p. 189.
3 Más información sobre el periódico blasquista en A. Laguna: El Pueblo. Historia de un diario republicano (1894-1939), Valencia, Alfons el Magnànim, 1999.
4 M. Suárez Cortina: El gorro frigio..., p. 81.
5 J. B. Cullà, Á. Duarte: La prensa republicana, Barcelona, Diputación de Barcelona, 1990.
6 A. Laguna: Historia del periodismo valenciano, Valencia, Conselleria de Cultura, 1990, p. 79.
7 Reig sitúa en esas cifras la tirada del periódico El Pueblo. R. Reig: Blasquistas y..., p. 223.
8 El Pueblo, 19 de julio de 1897.
9 El Pueblo, 7 de marzo de 1901.
10 Sobre la relación entre la prensa republicana y la Ley de Policía de Imprenta de 1883, véase M. Suárez Cortina: El gorro frigio..., pp. 69-73.
11 R. Reig: Blasquistas y clericales, Valencia, Alfons el Magnànim, 1986, p. 7.
12 Pigmalión: Blasco Ibáñez novelista y su Universidad Popular, Valencia, Editorial Iturbi, 1967, p. 44.
13 R. Chartier: El mundo como..., p. 107.
14 J. Habermas: Historia y crítica de la opinión pública, Barcelona, Gustavo Gili, 1981, p. 4.
15 El Pueblo, 28 de junio de 1897.
16 M. Suárez Cortina: El gorro frigio..., p. 89.
17 M. Bajtín: Teoría y estética de la novela, Madrid, Taurus, 1991.
18 R. Reig: Obrers i..., p. 334.
19 Para aquilatar la referencia que acoge el término blasquista tomaremos como base a los propios grupos que mencionaba el periódico. Como manifestaban en sus convocatorias se apelaba a: «Republicanos, librepensadores, masones, socialistas y anarquistas». El Pueblo, 24 de marzo de 1910. Como afirma Gabriel, frente a los anteriores enfoques que identificaban el movimiento obrero con el anarquismo y el socialismo marxista exclusivamente, en la actualidad, se está destacando que el republicanismo constituía un marco básico de referencia política para los sectores obreros y populares durante las primeras décadas de la Restauración. P. Gabriel: «El marginament del republicanisme i l’obrerisme», L’Avenç, 85 (1985), pp. 34-38. La misma idea en F. A. Martínez Gallego et al.: Valencia, 1900, Castellón, Diputació de Castelló / Universitat Jaume I, 2001, p. 100.
20 Chartier, citando el concepto de Lukacs, se refiere así al término o concepto visión del mundo. R. Chartier: El mundo como..., p. 27.
21 N. Townson: «Introducción», en N. Townson: El republicanismo en..., p. 23.
22 R. Chartier: El mundo como..., pp. 15 y 48.
III. REPRESENTACIONES Y PRÁCTICAS DE LA IDENTIDAD MASCULINA
En la construcción de este nuevo ámbito simbólico, que progresivamente fue privilegiando imágenes y comportamientos adecuados para hombres y mujeres, y relegando los que resultaban inoperativos e incómodos para el modelo de sociedad que los blasquistas pretendían crear, resulta interesante retomar las tesis de Reig y evaluar la importancia que para la construcción de las