Paso a la juventud. Sandra Souto Kustrín

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Paso a la juventud - Sandra Souto Kustrín Historia

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y capacitación» podían «desenvolverse fácilmente sin necesidad de estar federadas comarcal, regional e ibéricamente» y que los «comités superiores impiden el libre desenvolvimiento de las juventudes locales»: «la labor de coordinación solo es necesaria para estructurar los planes defensibos y ofensibos (sic) de lucha frente al sistema» y para esta misión coordinadora «existe ya de hecho la F.A.I.». La organización de Villena (Alicante), por su parte, decidió, el 15 de enero de 1933, «darse de baja de la Federación de Juventudes, pues cree que aisladamente puede hacer su labor local».97

      Y, siquiera parcialmente, se inició un debate sobre la legalización de la organización que se mantendría –y acrecentaría– durante la guerra civil, como muestra la correspondencia cruzada entre la llamada Juventud de Educación Libertaria de Granada y el Comité Peninsular en el otoño de 1932. La primera reconocía actuar desde su constitución con un reglamento que parecía el de «una sociedad deportiva», lo que le permitía «organizar mítines y conferencias en toda la provincia sin que se metan con nosotros para nada» y agregaba que esto le facilitaba la labor proselitista entre los jóvenes socialistas, «acostumbrados a los reglamentos». El Comité Peninsular de la FIJL, por el contrario, consideraba que «el sentido legalista que tenéis acerca de vuestra juventud, es una de tantas lacras de origen burgués que no habéis podido desechar» y ponía como ejemplo la actuación de la FAI: la juventud «tiene que romper con todo el pasado, no reconociendo más autoridad que su temeridad y entusiasmo, ni más legalismos que la razón de ser y vencer en sus luchas» y la FIJL podía «aumentar y controlar sus cuadros juveniles al margen de la ley, desarrollando una propaganda de captación en talleres, fábricas, campos y barriadas».98 Sin embargo, no parece que desde la FIJL se hiciera una actividad propiamente juvenil destacada: el Comité de Relaciones de Levante publicó una octavilla en septiembre de 1934 llamando a los jóvenes a apoyar las ideas libertarias y organizarse para la revolución pero sin ninguna referencia específica a temas juveniles. Ya en enero de 1936, preparando su segundo congreso regional, el mismo comité diría que se había hecho un trabajo escaso por los problemas económicos y la «difícil» situación existente desde octubre de 1934.99

      Durante la Segunda República, por tanto, todas las organizaciones juveniles obreras se desarrollaron, pero la única que adquirió verdadera importancia fue la Federación de Juventudes Socialistas, que se puede decir que se conformó como un verdadero movimiento juvenil, dado que desarrolló un programa propio y una autonomía cada vez mayor con respecto a las organizaciones de los adultos, buscando, por una parte, influir en el PSOE y, por otra, desarrollar su propia política hacia la juventud. En este sentido, se puede decir que fue, hasta la formación de la Juventud Socialista Unificada (JSU) –que se puede considerar la prueba definitiva de la transformación que la FJS sufrió en los años treinta– una organización más juvenil que la UJCE, porque ésta mantuvo una dependencia mucho mayor del PCE, y que la FIJL, cuyo desarrollo antes de la guerra civil parece haber sido escaso.

      En el planteamiento y realización de la revolución de Octubre en el año 34, fue donde la Juventud Hispánica quedó consagrada definitivamente como puntal irrenunciable para cualquier tentativa de tipo revolucionario.100

      Las posibilidades de una acción común entre la Federación de Juventudes Socialistas y las demás organizaciones juveniles prácticamente no existieron durante el primer bienio republicano (1931-1933), por la participación del PSOE en el gobierno entre abril de 1931 y septiembre de 1933 y las duras críticas que esta colaboración recibió por parte de las organizaciones anarcosindicalistas y comunistas. Pero la situación cambió a lo largo de 1933 con el desarrollo de movimientos autoritarios y/o fascistas en Europa en general y en España en concreto; la creciente dificultad en la aplicación de las reformas republicanas y la salida de los socialistas del gobierno. Entonces, la FJS publicó una nota viendo con satisfacción la ruptura de los compromisos con «los partidos burgueses» y considerando que había «llegado el momento de organizar nuestras fuerzas en forma que se basten por sí solas para impedir el desarrollo del fascismo en nuestro país» y que era «necesario conquistar la democracia social recurriendo para ello a cuantos procedimientos se consideren precisos hasta llegar a la total implantación del socialismo».101 Las elecciones de 1933 dieron el triunfo a las organizaciones de centro-derecha y llevaron, en la práctica, a la paralización de muchas de las reformas desarrolladas durante el primer bienio, lo que influiría en la radicalización de las bases socialistas,102 especialmente importante en su organización juvenil.

      Las juventudes socialistas prestaron una especial atención a la extensión de los movimientos fascistas en Europa: ya el 21 de mayo de 1932 Renovación preveía que «será Alemania, a no tardar, quien tenga posiblemente que resignarse a soportar el fascismo», aunque todavía expresaba cierta confianza en la socialdemocracia de este país, «que sucumbiría antes que permitir la dictadura», y, al igual que la Internacional Comunista, veía en el avance del fascismo «el fin inminente del capitalismo».103 El triunfo de Hitler les convenció de que la democracia burguesa y las tácticas reformistas socialdemócratas eran incapaces de frenar al fascismo. El 15 de junio de 1933 la Comisión Ejecutiva de la FJS publicó en Renovación un manifiesto en que se decía partidaria de la democracia, pero siempre que se garantizase «el libre ejercicio de la misma» y, ante las primeras formulaciones fascistas españolas, llamaba a los jóvenes a impedir «por todos los procedimientos» que creciera el fascismo en España. En otro artículo publicado ese mismo día se apoyaba adaptar las formas de lucha a las «necesidades de cada hora»: «cuando nuestros enemigos nos tienden la celada para que nos estrellemos, el instrumento democrático no nos sirve».104

      La crisis política española del segundo semestre de 1933 y la derrota del partido socialdemócrata austriaco –junto con el alemán, espejo en que se miraba la socialdemocracia europea de entreguerras–, en su tardía insurrección frente al autoritarismo de Engelbert Dollfuss en febrero de 1934, acentuaron estas posiciones, como refleja un pleno celebrado por la organización juvenil socialista alicantina para la que el ejemplo austriaco demostraba que era necesario «el triunfo de la revolución social», que «no se debe atrasar más de lo preciso». Ya tras la primera vuelta de las elecciones de 1933, la ejecutiva de la Federación Provincial Madrileña de la FJS había expresado a la dirección del PSOE su opinión de que se daban «las condiciones necesarias para poder intentar con éxito el asalto al Poder». La vía legal hacia la toma del poder quedó cerrada definitivamente con el fracaso electoral: Renovación planteó que las Cortes no representaban la voluntad popular y los trabajadores sólo tenían un camino: «el de la insurrección».105

      El desarrollo de movimientos autoritarios y fascistas en el conjunto de Europa también aumentó la atracción que ejercía la URSS sobre las juventudes socialistas,106 lo que también se reflejó en los planteamientos culturales de Renovación. Así, aunque éstos pasaron a un segundo plano en el órgano juvenil ante las exigencias políticas, también sufrieron cambios importantes: es en 1934, por ejemplo, cuando Renovación empezó a destacar las «realizaciones» culturales soviéticas en el cine o el deporte.107 No se abandonó la conmemoración de fechas tradicionalmente destacadas de la historia socialista, como la muerte de Pablo Iglesias (9 de diciembre), la Comuna de París, el asesinato, en 1914, del dirigente socialista francés Jean Jaurés, convertido en día de lucha por la paz por la Internacional Juvenil Socialista (31 de julio); o la muerte de Tomás Meabe, considerado fundador de la FJS (4 de noviembre).108 Sin embargo, a finales de 1933 y principios de 1934, Renovación conmemoró la revolución bolchevique rusa y el aniversario de la muerte de Lenin.109

      También cambiaron los libros y folletos reproducidos o recomendados por Renovación. En 1931 se reprodujeron extractos de la obra Para ser socialista, del dirigente francés Leon Blum. Intermitentemente a lo largo de 1932 se publicaron programas del socialismo alemán del siglo XIX, y en 1932 y 1933, artículos sobre la revolución rusa de 1905 o partes del libro

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