Clima, naturaleza y desastre. AAVV
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Sin duda, ello exigirá el desarrollo de herramientas –hemos señalado las lexicográficas– y una sistematización metodológica adaptada a las peculiaridades de esta documentación y de los procedimientos de cuantificación ya establecidos.
Del mismo modo, hemos querido también poner de manifiesto la absoluta necesidad de contrastar la información obtenida mediante los epistolarios con la proporcionada por otro tipo de fuentes, en primer término las propias documentales (rogativas, dietarios...), pues es indudable que por sí solos los epistolarios –aun con el grado de consistencia del que hemos manejado– están lejos de permitirnos efectuar, por sí solos, una caracterización climática de los periodos en que fueron escritos.
ANEXO 1 Citas textuales sobre el clima en los reales sitios según la correspondencia italiana de Carlos III (1759-1765)
Fuente: ASP, Carteggio Farnesiano e Borbonico Estero-Spagna. Los textos entre comillas corresponden a citas textuales de la correspondencia. (1)Se indican sólo las cartas enviadas a Tanucci en Nápoles. El resto son todas las remitidas a D. Felipe de Parma. (2)Se trata de cartas enviadas en el curso del viaje a la corte, datadas todas en Zaragoza.
ANEXO 2 Extracto de las anotaciones sobre el clima en Parma contenidas en la correspondencia italiana de Carlos III (1759-1765)
Fuente: ASP, Carteggio Farnesiano e Borbonico Estero-Spagna. Los párrafos entrecomillas corresponden a citas textuales de Carlos III. (1) La fecha de las cartas de D. Felipe de Parma la indica Carlos III al acusar recibo en la suya.
Notes
NOTA: Este estudio forma parte de los resultados del proyecto de investigación Riesgo y desastre natural en la España del siglo XVIII. Episodios meteorológicos extremos y sus efectos a través de la documentación oficial, la religiosidad popular y la reflexión científica (HAR2009-11928), financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovació del Gobierno de España y los fondos FEDER.
1. A. Alberola Romá: «No puedo sujetar la pluma de puro frío, porque son extremados los yelos: el clima en la España de los reinados de Felipe V y Fernando VI a través de la correspondencia de algunos ilustrados», Investigaciones Geográficas, 49 (2009), pp. 65-88.
2. G. Anes: «Prólogo» a Carlos III. Cartas a Tanucci (1759-1763), introducción, transcripción y notas a cargo de M. Barrio Gozalo, Madrid (1988), p. XI. El propio Anes, en un innegable tono vindicativo, añade que estas cartas «permitirán escribir una biografía del rey que restablezca la verdad y que esté libre de prejuicios y de ignorancias» (ibid, p. XXVIII).
3. Estos epistolarios han sido profusamente empleados en biografías recientes del rey, tales como las de M. A. Pérez Samper: La vida y la época de Carlos III, Barcelona (1998), o R. Fernández: Carlos III, Madrid (2001). El Archivo Histórico Nacional (AHN), en su sección de Estado, conserva –entre otras– la co rrespondencia cruzada entre el infante D. Luis y D. Carlos con su madre; en el Archivo General de Simancas (AGS), también en su sección de Estado, se halla la correspondencia entre Carlos III y Tanucci (de la que nos ocuparemos a continuación), de la reina María Amalia con el mismo Tanucci, de D. Carlos con su madre, del duque Fernando de Parma –sucesor de D. Felipe– con el mismo rey, así como la correspondencia cruzada entre ministros, tales como la de Wall a Tanucci, o la de Grimaldi con Du Tillot. En el Archivio di Stato di Parma (ASP) obran las cartas enviadas por doña Isabel de Farnesio a su hijo D. Felipe.
4. Estas cartas se hallan en AGS, Estado, libros 318 a 355 (falta el libro correspondiente a las cartas del primer semestre de 1762); vid. M. Barrio Gozalo, op. cit., p. 2.
5. ASP, Carteggio Farnesiano e Borbonico Estero-Spagna, busta 150. En lo sucesivo, salvo indicación en contrario, citaremos este fondo indicando sólo el lugar y la fecha de redacción. D. Carlos desembarcó en el puerto de Barcelona el 17 de octubre de 1759; la muerte de D. Felipe se produjo el 18 de julio de 1765. Debemos el hallazgo de esta correspondencia al profesor E. Giménez López.
6. M. Barrio Gozalo, op. cit., p. 2.
7. Durante el viaje entre Barcelona y Madrid, hubo cuatro fechas en las que el rey escribió el correo semanal a su hermano pero no a Tanucci (las del 17, 21 y 29 de octubre, y 6 de noviembre de 1759). Sin embargo, D. Carlos sí escribió a Tanucci el 25 de octubre y el 1° y 8 de noviembre. Ya establecido en los Reales Sitios –sin tener en cuenta el primer semestre de 1762, que supone la pérdida de 23 cartas a Tanucci– y hasta mitad de 1763, hubo 28 semanas en las que el rey escribió a Tanucci pero no (o se han perdido) a D. Felipe de Parma: 6 corresponden a 1760, 15 a 1761, y 7 a 1763.
8. Según opinión asentada por Danvila y Collado y seguida por Anes, todas las cartas a Tanucci son autógrafas, «de su puño y letra, claras y concisas» (G. Anes, op. cit., p. XIII). Hemos podido comprobar que la caligrafía es idéntica. Un pasaje en una enviada a Tanucci (Aranjuez, 12-abril-1763; Barrio, op. cit., n.° 156, p. 422) dejaría claro que era el propio rey quien las escribía: aquejado por una dolencia leve, la carta es muy breve pues «no quieren que oy escriva mucho, y me regañan». Sin embargo, el hecho de tratarse de copias a limpio, junto con el volumen de escritura que suponían, nos lleva pese a todo a no excluir la posibilidad de la intervención de un amanuense.
9. M. Barrio Gozalo, op. cit., p. 2.
10. Con cierta frecuencia, el rey se disculpa por ello con Tanucci, indicando que las escribe apresuradamente por falta de tiempo. No encontramos nada parecido en las enviadas a D. Felipe.
11.