El corazón del cambio social. Marshall B. Rosenberg
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Noviolencia
Elegimos escribir noviolencia en una sola palabra porque, lejos de ser la mera ausencia de violencia, se refiere a una fuerza inusual*; según Gandhi** la más potente que posee la humanidad. Considero que el término noviolencia ha sido a menudo malinterpretado e incluso olvidado en Occidente.
Michael Nagler explica que esta fuerza fue descrita por los Rishis —los antiguos sabios de la India— en los Upanishads como ahimsa. Significa literalmente “la intención de no herir”, y constituye en realidad un concepto en positivo igual que otras palabras en sánscrito, como por ejemplo avera, literalmente “no-odio” que significa “amor”. Para mayor claridad, Gandhi añade a ahimsa la palabra satyagraha: la fuerza del alma y la verdad.
Me parece que a tal fuerza se accede no con una intención momentánea, sino tomándola como un camino de vida, con un compromiso interno firme. Experimentar esta fuerza alimenta la confianza y la determinación. La noviolencia no es un aprendizaje intelectual, sino del corazón.
Tal como Gandhi, Lanza del Vasto, Martin Luther King, Nelson Mandela y much@s otr@s consiguieron una transformación de sí mismos y de su entorno, Marshall Rosenberg nos ofrece un sendero bien señalizado para aprender ahimsa (noviolencia) que me atrevo a definir como el camino de unión con la fuerza del alma a través del uso del coraje, el amor y la verdad*** con el fin de proteger y cuidar todas las formas de vida.
Fuentes:
* MICHAEL NAGLER: Is There No Other Way?, Berkeley Hills Books, 2001.
** MAHATMA GANDHi: Autobiografía. La historia de mis experimentos con la verdad
Ediciones Aura, Barcelona 1991
*** MIKI KASHTAN
Nota de Niels Janssen a la edición española
Esforzarse por
cambiar los sistemas
PM: Por curiosidad, ¿qué podemos hacer para cambiar la raíz de los problemas sociales en lugar de abordar solo los síntomas; para llegar a la fuente de la que parte todo? ¿Qué podemos hacer para cambiar lo que sucedió hace ocho mil años, o tal vez para recrearlo de una manera compasiva, de tal forma que se pueda dar un cambio en los próximos ocho mil años?
MBR: En primer lugar, puedo hablar de la estrategia que yo trato de seguir; la mejor que he encontrado hasta el momento: cambiar el paradigma en mi interior, liberarme de la programación que recibí para así estar en armonía con cómo quiero vivir, con cómo reflejo la narrativa que más resuena en mi corazón. En otras palabras, me esfuerzo por crear en mi interior el mundo que deseo ver fuera. La paz comienza en mí.
Lo siguiente es que a mí me gusta de verdad el paradigma que he elegido. He llegado a la conclusión de que no es nada nuevo. Recientemente, en la provincia canadiense de Columbia Británica, varias personas indígenas con las que estaba trabajando me decían que les gustaba lo que les estaba presentando. Me decían: “sabes, Marshall, esto es lo que nos enseñaron nuestros mayores”, y algunos palestinos con los que he trabajado me dicen que lo he yo he elaborado como nuevo paradigma para mí mismo es simplemente lo que dice la religión islámica.
Lo que he elaborado me funciona a mí y al parecer es algo que también otras personas han decidido integrar en su propio paradigma. Así que hagamos todo lo posible por compartir el nuevo paradigma con los demás. Esa es una manera de contribuir al cambio social: compartir lo que nos funciona, lo que enriquece nuestra vida, sin echar por tierra el viejo paradigma, sin tachar a los demás de panda de intolerantes… contar lo que nos gusta de nuestra visión, cómo se ha enriquecido nuestra vida.
A continuación podemos esclarecer cómo serían las estructuras sociales. ¿Cómo sería una banda (véase El concepto de banda y las estructuras sociales, página 10) que funcionara en armonía con el paradigma que hemos elegido? ¿Cómo podemos desarrollar capacidades para transformar de forma radical las estructuras actuales en estructuras que estén en armonía con nuestro paradigma? Entonces me pregunto: ¿Qué educación es necesaria para promover este paradigma y que las personas puedan crear estructuras que se le parezcan? Trato de trabajar conjuntamente en estas cuatro áreas.
Esta última —la educación— es una en la que pongo muchísima energía. Quiero que la próxima generación de personas de todo el mundo sea educada en un paradigma completamente diferente, y que desarrollen capacidades para crear estructuras que respalden ese nuevo paradigma. De modo que, por ejemplo, en nuestras escuelas no solo se enseña a los niños, sino que también se organizan cursos de Comunicación NoViolenta para padres, profesores y directores.
Y es igual de importante que la escuela sea un reflejo del tipo de gobierno que nos gustaría tener. Que muestre que los líderes son servidores. Los profesores están al servicio de los alumnos; los directores están al servicio de los profesores. No se recurre a los premios y castigos. Las relaciones entre los alumnos se basan en la interdependencia, no en la competición. No se hacen exámenes para poner notas. Se hacen pruebas para ver si los profesores han hecho su trabajo. No son pruebas para evaluar a los estudiantes, sino para valorar su proceso de aprendizaje. De todo esto hablo en mi libro Life-enriching education (Educación para enriquecer la vida).
Cambiar el paradigma
en nuestro interior
SENTIRNOS MOTIVADOS A ENRIQUECER LA VIDA
Enriquecer la vida es el concepto clave en mi paradigma: cada acción parte de una visión de cómo se cubrirían las necesidades humanas por medio de ella. Esa es la visión que lo pone todo en marcha. Una organización que enriquece la vida es aquella en la que todo el trabajo que se lleva a cabo, todo lo que hace cada uno de los participantes, está motivado por una visión de cómo ese trabajo va a respaldar la vida, al cubrir necesidades —necesidades del planeta físico, de los árboles, de los lagos, de los seres humanos o de los animales— y está claro de qué forma se va a enriquecer la vida al satisfacer esas necesidades. Esa es la visión que inspira las acciones, puramente.
En una estructura que enriquece la vida, nadie trabaja por dinero. El dinero es como la comida para una madre que está amamantando a su hijo. Esa comida no la recibe como pago, sino que le nutre para que ella tenga energía para servir a la vida. Todo se reduce a necesidades humanas, y por eso la Comunicación NoViolenta está tan arraigada en la conciencia de las necesidades. Todo lo que hacemos está al servicio de necesidades y del placer que sentimos cuando las necesidades están cubiertas, especialmente las necesidades espirituales. Esas son las que resulta más satisfactorias y divertidas de cubrir.
Para mí, las abejas y las flores forman parte de una organización que enriquece la vida. Fíjense en cómo ambas satisfacen las necesidades las unas a las otras. No lo hacen por no sentirse culpables, por obligación o por pensar que es su deber, sino de forma natural, actuando dentro de un sistema natural. La abeja consigue su néctar de la flor y la poliniza.
SOBRE LAS NECESIDADES
Es difícil separar la