El patrimonio natural de la Ribera del Júcar.. AAVV
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No obstante, la sociedad moderna está intentando configurar una noción de patrimonio colectivo común para toda la humanidad, como concepto universal. Éste es una expresión irremplazable de la riqueza y de la diversidad de la cultura mundial. Es un punto de referencia universal con el que la humanidad se siente identificada. El patrimonio, como herencia cultural colectiva, contribuye a establecer vínculos entre las comunidades del pasado y las actuales (Rodríguez 1997), favoreciendo la incorporación en las últimas de aquellos elementos culturales más enriquecedores, y fortaleciendo el sentimiento de pertenencia de los grupos (Iranzo 2009). Efectivamente, en reiteradas ocasiones, el orgullo nacional y étnico queda asociado al patrimonio (Rioja 1999).
El geógrafo Juan Francisco Ojeda (2004) habla de la cultura territorial como el más elemental, pero también el más complejo y elaborado patrimonio de una sociedad. Elemental tanto en cuanto representa al conjunto de respuestas básicas de un grupo humano ante las limitaciones y recursos que halla en su espacio vital. Complejo debido a la acumulación de experiencias en la gestión de ese espacio, que da lugar a “los productos más elaborados de dicha cultura territorial: los paisajes”. El patrimonio de un territorio es el nexo, el puente entre la cultura de la zona y la persona que viene de fuera. Los productos del ingenio humano, con sus usos diversos, facilitan la comprensión de ese espacio y el modo de vida de sus habitantes. Aunque el aspecto del área continuamente esté variando, los elementos que la han configurado físicamente permanecen en el tiempo, aportando una rica información acerca de las actividades, conocimientos y actitudes de los que allí habitaban. Hay quien incluso defiende que el territorio en sí es patrimonio. Además, cabe remarcar, que el patrimonio también es asimilado como un recurso social, pues permite impulsar el sentimiento de pertenencia a una comunidad e identificarse con un territorio (Ruiz 2004).
Pero la definición de lo que es o no es patrimonio en un territorio no es una función exclusiva de los técnicos; también la sociedad tiene gran parte de esta responsabilidad, ya que es ella la que contribuirá a juzgar si un bien es representativo de sí misma como para ser considerado patrimonio, de acuerdo con su escala de valores. El concepto ha evolucionado y se ha ido ensanchando (Figura 1). Hoy consideramos patrimonio cultural elementos que no eran considerados como tal por nuestros ascendientes (Alba 2014, Iranzo y Hermosilla 2015). Ya no nos ceñimos sólo al arte o a los monumentos, sino que consideramos como patrimonio aquellos bienes que tienen la capacidad de salvaguardar la memoria y de identificarnos como miembros de un colectivo.
Hacemos referencia al conjunto de bienes materiales e inmateriales que una sociedad reconoce, selecciona y adopta como un legado para seguir legándolo. Pero, además, ahora los bienes del patrimonio se contextualizan en su territorio de referencia. Se le vincula el concepto paisaje. La Convención del Patrimonio Mundial de la UNESCO (1972) da una definición patrimonial del paisaje, al hablar del término paisaje cultural. Define paisajes culturales como la manifestación de un territorio que ha sido modelado por la actividad humana, en interacción con el medio natural.
Figura 1. Ensanchamiento del concepto patrimonio
Fuente: Elaboración propia.
El patrimonio es una herencia que nos dejan, y que dejamos a nuestros descendientes. Casi siempre decimos que el patrimonio es un conjunto de manifestaciones culturales que heredamos y que identificamos como propias. Pues bien, la naturaleza también nos deja su herencia, su patrimonio, por medio de formas geológicas, masas de agua, especies vegetales, especies animales… Este patrimonio natural se concibe como un recurso. Como un bien útil porque ofrece servicios ecosistémicos y porque puede generar riqueza. Ese conjunto de elementos que heredamos de los procesos medioambientales no pueden ser concebidos como elementos independientes e aislados entre sí, sino que interactúan dando lugar a una totalidad, a un geosistema, que tiene una manifestación paisajística que también es patrimonio.
Así pues, entendemos por Patrimonio Natural al conjunto de bienes y riquezas naturales o ambientales, que la sociedad ha heredado de sus ascendientes (Serrano 2002). La Convención de la UNESCO de París (1972) considera Patrimonio Natural, en su artículo 2, a:
• Los monumentos naturales construidos por formaciones físicas y biológicas o por grupos de esas formaciones que tengan un valor universal excepcional, desde el punto de vista estético y científico. Por ejemplo, Marcahuasi es una meseta de la Cordillera de los Andes situada a 4.000 metros de altitud sobre el nivel del mar. Se trata de una meseta de origen volcánico, donde se encuentra un singular conjunto de gigantescas rocas de granito de morfología singular, como consecuencia de la erosión del viento y la lluvia a lo largo del tiempo.
• Las formaciones geológicas y fisiográficas y las zonas estrictamente delimitadas, que constituyan el hábitat de especies animales y vegetales amenazadas con un valor universal excepcional, desde el punto de vista estético y científico.
• Los lugares naturales o las zonas naturales estrictamente delimitadas que tengan un valor universal excepcional, desde el punto de vista de la ciencia, de la conservación o de la belleza natural.
• Son patrimonio natural las formaciones que testimonian grandes fases de la historia de la Tierra, elementos geomórficos o fisiográficos de mucha significación. Como por ejemplo Messel, el mejor sitio fosilífero del mundo para conocer el medio ambiente del Eoceno, el periodo geológico que se extendió entre los 57 y los 36 millones de años antes de nuestra era. El sitio proporciona una información única en su género, sobre las primeras etapas de evolución de los mamíferos, de los que se encuentran fósiles bien conservados, desde esqueletos perfectamente articulados hasta el contenido de sus estómagos.
• Son patrimonio natural los procesos ecológicos y biológicos en curso en la evolución y el desarrollo de los ecosistemas y las comunidades vegetales y animales terrestres, acuáticos, costeros y marinos.
• Son patrimonio natural los fenómenos naturales o áreas de belleza natural e importancia estética excepcionales.
Por su parte, el World heritage Committee o Comité Intergubernamental de Protección del Patrimonio Mundial Cultural y Natural (1999), además de ratificar el artículo 2 de la Convención, expone que para que un bien sea tratado como Patrimonio Mundial Natural debe cumplir al menos uno de los siguientes criterios:
1. Ser ejemplo eminentemente representativo de las grandes fases de la historia de la tierra, incluido el testimonio de la vida, de procesos geológicos en curso en la evolución de las formas terrestres o de elementos geomorfológicos o fisiográficos de mucha significación;
2. Ser ejemplo eminentemente representativo de procesos ecológicos y biológicos en curso en la evolución y el desarrollo de los ecosistemas y las comunidades vegetales y animales terrestres, acuáticos, costeros y marinos;
3. Representar fenómenos naturales o áreas de belleza natural e importancia estética excepcionales;
4. Contener los hábitats naturales más representativos y más importantes para la conservación in situ de la diversidad biológica, comprendidos aquellos en los que sobreviven especies amenazadas que tienen un valor universal excepcional desde el punto de vista de la ciencia o de la conservación.