El estudio de la sociología.. María Angélica Garzón Martínez
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La estructura social descrita por el autor se sustenta en diferentes tipos y formas de organización: civil, militar, industrial, intelectual. La primera se orienta a mantener la paz, la segunda a la defensa de la nación, la tercera al desarrollo económico y la cuarta a la orientación de todo lo anterior. Los vínculos de cohesión de la población se producen desde sentimientos de colectividad desarrollados a partir de una historia y un porvenir en común y a través de elementos como la lengua, la tradición, la jurisprudencia, la literatura, entre otros. Ahora bien, para el autor, el vínculo más fuerte de la unidad de una nación es la comunidad del derecho y la libertad individual, señalando así el papel social de las organizaciones políticas: garantizar el desarrollo del individuo.
Otros temas del resorte de la sociología que hacen parte del discurso, como el cambio social, el derecho de propiedad o el gobierno, ocupan varios tramos y evidencian el interés del autor por exponer la complejidad y variantes de la nueva ciencia. Su argumento principal es que la sociedad transita hacia formas sociológicas que dan primacía al individuo y a su capacidad de pensamiento. Esto propone mayores grados de especialización, una división del trabajo profunda y redes de intercambio económico más densas que van delineando lo que puede considerarse una sociedad moderna que ha alcanzado grados importantes de progreso. El motor de todo este proceso tiene que ver, en buena parte, con la idea de propiedad que encierra a su vez una concepción de individualidad.
El segundo aspecto de interés del discurso es la definición de leyes sociales. Recordemos que el principal reto para la naciente sociología europea era adquirir estatus de legitimidad como ciencia a partir de un método propio y de su capacidad para determinar leyes asociadas al comportamiento colectivo. Camacho Roldán ensaya el planteamiento de algunas, desde la creencia de que las leyes de la naturaleza pueden ser trasladadas al mundo social. De esta forma, propone una primera ley sociológica que, en sus términos, puede denominarse “crecer y multiplicarse”. Esta ley aplica tanto a seres individuales como colectivos. Hace referencia a fenómenos de transformación que van desde la debilidad, la virilidad y la madurez, hasta llegar a la descomposición, decadencia o muerte. En general, el ciclo de la vida.
El proceso anterior es definido por el autor como evolución, un fenómeno que le resulta “misterioso” y que acompaña la reproducción de la vida, de sus formas físicas, intelectuales y morales. A la vez, dicho proceso se presenta en un escenario de escasez de recursos lo que propone luchas por la supremacía en las que se impone el más fuerte. Estas luchas socialmente se traducen en guerras por territorios, por intereses comercia- les, por independencias o conquistas o por lograr influencia política o social. Así, la primera ley no habla solo de la vida y su reproducción, sino de la confrontación y luchas por imponerse.
De lo anterior se desprende la segunda ley sociológica que es tomada de la propuesta de selección natural realizada por Darwin e interpretada por Camacho Roldán como una selección antropológica y social, donde tribus, pueblos, razas o imperios débiles sucumben ante colectivos más fuertes y mejor adaptados. Para el autor, la historia está llena de vestigios que testimonian este proceso. La lucha del hombre con la naturaleza y del hombre con el hombre propone una tercera ley sociológica: la asociatividad. Esta ley da cuen- ta de la transformación histórica de las formas políticas que varían de la totalidad a una mayor individualidad y garantía de libertades.
Para el autor, el devenir de la humanidad ha consistido en grados más amplios y complejos de asociación: la tribu, la ciudad, el Estado, las naciones. Es la necesidad de adaptarse a la naturaleza y sus cambios lo que le propuso en primer término al ser humano la asociación de sus individuos, de allí vino el lenguaje, los sentimientos, la idea de bien común y una estructuración organizativa. También formas regulativas como el derecho, que pueden pensarse en términos universales a manera de un derecho internacional que tiende a perfeccionarse en concepción y aplicabilidad. Así, el objetivo principal de la organización política es garantizar la libertad individual.
Los orígenes geológicos de la especie humana, las fuentes etnológicas de las razas, la formación de las ideas, la moral, las costumbres y sus cambios, el nacimiento de las instituciones, los límites entre la vida individual y la vida colectiva, entre otros temas, hacen parte de lo que Camacho Roldán define como el “teatro de los estudios sociológicos”, su campo de acción o su escenario. Con esto, el autor no solo se esfuerza por hacer una definición del objeto de estudio de la sociología —la nación— y de las leyes que rigen el cambio social, sino que apuesta por una definición de contenidos y límites para la nueva ciencia. Este es el tercer aspecto para destacar en el discurso: el esfuerzo por darle sustento a la sociología delineando contenidos, bordes, metodología y aplicaciones13.
Así, el discurso de Camacho Roldán es iniciador del canon sociológico colombiano. Es ejemplo de la asimilación temprana que se hizo de la sociología en Colombia alentada por un intelectual que creía firmemente en la capacidad de las élites locales para dialogar con el pensamiento europeo. Aunque sus elaboraciones pueden corresponder a una sociología eurocentrada, espontánea o parecer erradas o inexactas a la luz de lo que hoy conocemos14, el discurso no deja de ser importante en tanto aporte al desarrollo sociológico nacional, a la inquietud de dirigir los rumbos de las colectividades mediante un conocimiento que dé cuenta de sus dinámicas y particularidades y, especialmente, por la preocupación de construir parámetros que le permitan a la nación colombiana enfilarse en las rutas del progreso, del desarrollo o del bienestar.
La industria nacional, la agricultura, la conexión del país mediante vías, la constitución de un Estado moderno a tono con sociedades europeas y norteamericanas, las garantías a los derechos individuales, entre otros, no son preocupaciones del pasado. En el país actual —los constantes escándalos de corrupción paralizan, entre otras cosas, el desarrollo de su infraestructura; suenan alocadas las ideas de fortalecer la economía mediante la exportación de productos agrícolas, como el aguacate; campea la incompetencia para constituir un Estado de bienestar, o uno moderno o al menos uno social de derecho, pero en cambio es muy eficiente en reprimir con fiereza la protesta social, la búsqueda de garantía de derechos y la protección de los pactos por lograr la anhelada paz— las inquietudes de Camacho Roldán y sus palabras cobran vigencia.
La autorreflexión es responsabilidad de la sociología contemporánea. Conocer qué hemos hecho, en qué momento, bajo qué supuestos y con qué fines permite elaborar nuestra genealogía como académicos, académicas, profesionales y gremio sociológico, identificándola y transformándola de ser necesario. Esto es parte del trabajo intelectual y político que la sociedad y nuestro propio ejercicio nos invita a realizar. Conocer nuestros orígenes como pensamiento, ciencia y acción para entender nuestra historia y reconocer en ella alternativas y matrices diversas de pensamiento y acción es la oportunidad que nos ofrece la relectura de este discurso.
1 Fernando Cubides, “Estudio de la sociología”, en Escuela de litera- tura y filosofía, editado por Fernando Cubides, Luis Javier Villegas y Eduardo Santa, Bogotá: Centro de Estudios Sociales. Facultad de Ciencias Humanas, Universidad Nacional de Colombia, 2004.
2 Alberto Henao, “La influencia del positivismo en la obra de don Salvador Camacho Roldán”, en Cien años de la sociología en Colombia. 1882-1982, editado por Carlos Uribe Celis, Alberto Henao Valencia y Miguel Ángel Hernández, Bogotá: Universidad Nacional de Colombia, 2010, 156.
3 Javier Ocampo López, “Positivismo spenceriano y tradicionalismo en la Constitución de 1886. La regeneración”, Universitas Huma- nística, vol. 15, n.o 26, 2004. https://revistas.javeriana.edu.co/ index.php/univhumanistica/article/view/10163