Elementos históricos, políticos y militares para comprender las relaciones Colombo-Venezolana. Martha Ardila
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Por último, se relacionan las conclusiones orientadas a señalar que la percepción de las Fuerzas Militares colombianas, frente a Venezuela ha venido cambiando y aumentando desde 1999. Lo anterior como producto del cambio de enfoque, que era determinado por el diferendo limítrofe, hacia hechos políticos e ideológicos, articulados y afines a la naturaleza del conflicto interno, asociados a la revolución bolivariana Socialismo del Siglo XXI, iniciada con Hugo Chávez y continuada por Nicolás Maduro.
Este libro se presenta a la comunidad académica y a los tomadores de decisiones en un momento de ausencia de canales de comunicación y de ruptura de relaciones diplomáticas entre los dos países. Desde enero de 2018, Bogotá retiró su embajador en Caracas y los 18 consulados que tenía Colombia en el vecino país, se cerraron. Y desde el 2015, la frontera entre ambos países presenta cierres intermitentes. En el 2021, el presidente Duque planteó la reapertura de la frontera que fue fuertemente criticada por Nicolás Maduro.
Al mismo tiempo, el recrudecimiento de los temas de seguridad, y la presencia de ELN, de disidentes de las Farc y del crimen transnacional, tensionan las relaciones bilaterales. También la inmigración venezolana se acerca a los 2 millones; más de la mitad de ellos se encuentran en la informalidad lo que en un momento de pandemia ocasionada por el Covid-19, dificulta la situación. No obstante, en marzo del 2021, el gobierno colombiano formuló el Estatuto Temporal de Protección a Migrantes que busca regularizar la situación del inmigrante en territorio nacional.
Este libro que presenta una visión política y militar desde un enfoque del realismo y del constructivismo en las relaciones internacionales, busca llenar un vacío que se advierte en los estudios sobre las relaciones colombo-venezolanas. El hecho de los autores haber tenido una praxis en ambos temas, tanto el político como el militar, enriquece y muestra una visión integral, multidimensional y también práctica, para comprender la encrucijada en que se encuentran los dos países. A su vez, la realización de 60 entrevistas que incluyeron militares activos y retirados, tomadores de decisiones y académicos, enriqueció y mostró la percepción militar y civil frente a la problemática planteada en este libro.
Al revisar las relaciones colombo-venezolanas encontramos principalmente tres tipos de estudios: los primeros muestran dinámicas de ideologización y de pragmatismo; los segundos son temas de seguridad vinculados con una carrera armamentista; y los terceros se refieren a elementos estructurales y/o coyunturales. Todos ellos varían según el actor, temas y objeto de estudio, lo que lleva a señalar que hay estudios con lentes políticos, otros enfoques militares y otros análisis económicos, pero que carecen de un diálogo entre ellos, los cuales examinan prioritariamente al Estado y, de manera más reciente, a los migrantes. En ellos, también se encuentran presentes aproximaciones conceptuales como poder, liderazgo y seguridad que resultan prioritarias para el objeto de estudio. Teniendo en cuenta las anteriores consideraciones, se analizan las Fuerzas Militares colombianas frente a Venezuela en el contexto de las relaciones colombo-venezolanas.
1.1. ENTRE LO IDEOLÓGICO Y LO PRAGMÁTICO
La política exterior latinoamericana vincula y plantea una tensión entre ideología y pragmatismo. En este sentido, Gian Gardini y Peter Lambert (2011) analizan y explican la política exterior de once países latinoamericanos: Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Cuba, México, Nicaragua, Paraguay, Perú y Venezuela, percibiendo la ideología como lo deseable y el pragmatismo como lo alcanzable, al mismo tiempo que se observa una complementariedad entre ambos. En el caso de Venezuela se resalta la combinación entre lo ideológico y lo pragmático (Raby, 2011) y en el de Colombia la estrecha relación con Estados Unidos (Randall, 2011) que bien podría interpretarse como ideológica o pragmática, pero que sí ha sido el principal referente para la inserción internacional colombiana. Lo cierto es que se observa una tensión entre ambos como también ocurre en otros aspectos de la política internacional (Gardini y Lambert, 2011).
Al respecto debe señalarse que para el enfoque del realismo en las relaciones internacionales, la ideología y el pragmatismo son independientes y presentan una jerarquía. Es decir, que para los Estados lo prioritario es preservar su existencia y mantener su seguridad, antes que propugnar por aspectos relacionados con ideales de prosperidad, erradicación de la pobreza y cooperación regional, etc. En tanto para los constructivistas, la realidad y la política exterior, son aspectos netamente construidos que dependen de quien sea el jefe de Estado.
Desde dicha perspectiva, se encuentran diferentes puntos de análisis a considerar en las relaciones colombo-venezolanas que, en múltiples ocasiones, se han instrumentalizado. En primer lugar, se identifica la tensión existente entre los intereses de la política nacional y exterior, debido a que estas son permeadas por elementos ideológicos, en ocasiones difíciles de materializar, que dificultan construir consensos. En este orden de ideas, la dicotomía a la que hacen referencia Gardini y Lambert, es la misma que afecta la proyección económica de esa nación y su imagen en el exterior.
En segundo lugar, y de manera complementaria, son de vital importancia las aspiraciones, ideales, realidades e intereses que orientan el comportamiento humano. En consecuencia, las creencias deben estar fundadas en principios que permitan darle sentido a los acontecimientos y asuntos, para así determinar las metas y preferencias políticas, que luego serán traducidas en decisiones políticas. Eso sí, con la mirada puesta en la viabilidad, resultados y limitaciones, que conlleva pasar de la teoría a la práctica. La ideología y el pragmatismo forman parte integral de toda actividad política y, por ende, de la política exterior. Por esta razón, cualquier política exterior que se elabore debe contener elementos de uno y otro, por cuanto “son términos complementarios, más que opuestos o irreconciliables. Aunque ciertamente existe una tensión entre la ideología y el pragmatismo, están interrelacionados y son compatibles, no son mutuamente excluyentes” (Gardini, 2011, p. 13). En otras palabras, una política exterior donde solo prevalezcan las ideas, termina siendo una utopía; mientras que una dominada por el pragmatismo caería en el oportunismo y lo que es más grave en la falta de dirección.
La política exterior de Venezuela, desde el arribo de Chávez en 1999, ha sido muy proactiva e innovadora, pero también más controvertida. El proceso de la revolución bolivariana ha conllevado cambios profundos en Venezuela y los objetivos proclamados por Chávez se han vuelto más radicales con el paso del tiempo. De ahí, el cambio que se ha ido dando de la democracia participativa y protagónica al Socialismo del Siglo XXI, con una política exterior expandiéndose y una visión internacional que va desde la multipolaridad, pasando por la integración regional con los países del Alba para llegar a un nuevo orden económico internacional de carácter anticapitalista. En el binomio ideología-pragmatismo, la primacía claramente está en la ideología, pero desarrolla una gran habilidad para