Momentos twitter. Álvaro Santos Iglesias

      Momentos twitter

      Álvaro Santos

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      Presentación

      Twitter. Una inmensa red social donde la comunicación, el pensamiento, la palabra, la imagen y el sonido se mueven libremente a una velocidad vertiginosa. Todo un mundo de posibilidades para expresarse, para informar, para opinar, para tomar el pulso a la sociedad y ver cuáles son sus preocupaciones, sus puntos de interés, los temas que más preocupan, que más divierten, que más soliviantan... Ciento cuarenta caracteres pueden ser suficientes para revelar un secreto, lanzar una ocurrencia, rebatir una opinión, señalar un error en el otro (máxime si el otro es un rival o alguien que ejerce o detenta el poder) recomendar una canción, mostrar apoyo a una causa solidaria...

      Ciento cuarenta caracteres que obligan a hacer un esfuerzo de concisión, de precisión, de creatividad, que son un reto a la habilidad (y a la libertad) de cada cual para expresarse con o sin faltas de ortografía, de puntuación o gramaticales.

      Pero, ¿se puede decir algo importante, algo serio, algo que vaya más allá del lugar común, la obviedad, la bravuconada o el chiste fácil en tan solo ciento cuarenta caracteres? Se puede, desde el momento en que esa limitación se convierte en la posibilidad de sugerir sin decir, de insinuar sin mostrarlo todo. Como hacen también una mirada, una sonrisa, una puerta entreabierta o un botón desabrochado en una blusa...

      Uno lanza una frase, un pensamiento expresado en ciento cuarenta caracteres y no sabe muy bien el alcance que tendrá, a quién llegará, cuánta gente podrá recibirlo. Es sorprendente lo fácil que puede llegar a ser que un mensaje se extienda, lo fácil que resulta que cualquiera pueda hacerlo suyo y propagarlo con tan solo darle a retwittear. Incluso convertirlo en un trending topic.

      Los mensajes o consejos que ofrezco en este librito, pensamientos de contenido moral y tono positivo condensados en un máximo de ciento cuarenta caracteres, están inspirados en frases y pensamientos que otros escribieron y que he ido recopilando a lo largo de los años. Quizá alguno pueda pensar, y me sentiría a la vez abrumado por el halago y orgulloso de que alguien lo entendiera así, que este libro obedece a la máxima de Voltaire: «Una colección de pensamientos debe ser una farmacia donde se encuentra remedio a todos los males».

      No es mi intención ejercer de boticario del pensamiento, ni mucho menos de confesor, psicólogo o maestro de autoayuda espiritual. No tengo ninguna pretensión de curar a nadie, ni de dar más consejo que el de quien invita a pensar y a quererse a uno mismo y a los demás. Si esta colección de ciento cuarenta mensajes escritos a modo de tweets puede ayudar alguna vez a alguien, estoy convencido de que no es mi mérito, sino del autor del mensaje original en quien me inspiré, por un lado, y en la propia apertura del lector a que ese mensaje le ayude.

      Si no continuación, este librito es el hermano pequeño del anterior, que me ha deparado grandes satisfacciones. Siempre estaré agradecido a la Editorial San Pablo por haber confiado en mí y por haberlo publicado, y a los ¡miles! (la exclamación es de alegría, pero también de sorpresa permanente) de lectores que se han llevado a sus casas esos Momentos de sabiduría. Ojalá este su hermano pequeño no les decepcione.

      Álvaro Santos