El Capitán Veneno. Pedro Antonio de Alarcón

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El Capitán Veneno - Pedro Antonio de Alarcón

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descontentos y sinsabores146 a la respetable dama y a la digna señorita que, eficazmente secundadas por su activa y robusta doméstica, te libraron de morir en mitad de la calle… – ¡No me repliques! ¡Sabes que yo pienso mucho las cosas antes de proveer,147 y que nunca revoco mis propios autos! Por lo demás, la señora Generala y yo hablaremos a solas (cuando le sea cómodo, pues yo no tengo nunca prisa) acerca de insignificantes pormenores de conducta, que darán forma natural y admisible a lo que siempre será, en el fondo, una gran148 caridad de su parte… – Y, como quiera que ya he dilucidado por medio de este ligero discurso, para el cual no venía preparado, todos los aspectos y fases de la cuestión, ceso por ahora en el ejercicio de la palabra. He dicho.

      El Capitán seguía silbando el himno de Riego, y aun creemos que el de Bilbao149 y el de Maella, con los iracundos ojos fijos en el techo de la alcoba, que no sabemos como no principió a arder o no se vino al suelo.

      Angustias y su madre, al ver derrotado a su enemigo, habían procurado dos o tres veces llamarle la atención, a fin de calmarlo o consolarlo con su mansa y benévola actitud; pero él les había contestado por medio de rápidos y agrios gestos, muy parecidos a juramentos de venganza, tornando en seguida a su patriótica música, con expresión más viva y ardorosa.

      Dijérase que era un loco en presencia de su loquero; pues no otro oficio que este último representaba el Marqués en aquel cuadro.

      IV

      PREÁMBULOS INDISPENSABLES

      Retirose en esto150 el doctor Sánchez, quien, a fuer de151 experimentado fisiólogo y psicólogo, todo lo había comprendido y calificado, cual si se tratase de autómatas y no de personas, y entonces el Marqués pidió de nuevo a la viuda que le concediese unos minutos de audiencia particular.

      Doña Teresa le condujo a su gabinete, situado al extremo opuesto de la sala, y, una vez establecidos allí en sendas butacas152 los dos sexagenarios, comenzó el hombre de mundo por pedir agua templada con azúcar, alegando que le fatigaba hablar dos veces seguidas, desde que pronunció en el senado un discurso de tres días en contra de los ferrocarriles y telégrafos; pero, en realidad, lo que se propuso al pedir el agua, fue dar tiempo a que la guipuzcoana le explicase qué generalato153 y qué condado154 eran aquellos de que el buen señor no tenía anterior noticia, y que hacían mucho al caso, dado que iban a tratar de dinero.

      ¡Pueden imaginarse los lectores con cuánto gusto se explayaría la pobre mujer en tal materia, a poco155 que le hurgó156 D. Álvaro!.. Refirió su expediente de pe a pa, sin olvidar aquello del derecho157 virtual, retrospectivo e implícito… a tener que comer, que le asistía,158 con sujeción al artículo 10 del Convenio de Vergara; y cuando ya no le quedó más que decir y comenzó a abanicarse en señal de tregua, apoderose de la palabra el Marqués de los Tomillares, y habló en los términos siguientes:

      (Pero bueno será que vaya también por separada su interesante relación, modelo de análisis expositivo, que podrá figurar en la Sección vigésima de sus obras titulada Cosas de mis parientes, amigos y servidores.)

      V

      HISTORIA DEL CAPITÁN

      – Tiene usted, señora Condesa, la mala fortuna de albergar en su casa a uno de los hombres más enrevesados e inconvenientes que Dios ha echado al mundo. No diré yo que me parezca enteramente un demonio; pero sí que se necesita ser de pasta de ángeles,159 o quererlo, como yo lo quiero, por ley natural y por lástima, para aguantar sus impertinencias, ferocidades y locuras. ¡Bástele a usted saber que las gentes disipadas y poco asustadizas160 con quienes se reúne en el Casino y en los cafés, le han puesto por mote el Capitán Veneno, al ver que siempre está hecho un basilisco y dispuesto a romperse la crisma161 con todo bicho viviente por un quítame allá esas pajas!162 Úrgeme, sin embargo, advertir a usted para su tranquilidad personal y la de su familia, que es casto y hombre de honor y vergüenza, no sólo incapaz de ofender el pudor de ninguna señora, sino excesivamente huraño y esquivo con el bello sexo. Digo más: en medio de su perpetua iracundia, todavía no ha hecho verdadero daño a nadie, como no sea163 a sí propio, y por lo que a mí toca, ya habrá usted visto que me trata con un acatamiento y el cariño debidos a una especie de hermano mayor o segundo padre… Pero, aun así y todo, repito que es imposible vivir a su lado, según lo demuestra el hecho elocuentísimo de que, hallándonos él soltero y yo viudo, y careciendo el uno y el otro de más parientes, arrimos o presuntos y eventuales herederos, no habite en mi demasiado anchurosa casa, como habitaría el muy necio si lo deseare;164 pues yo, por naturaleza y educación, soy muy sufrido, tolerante y complaciente con las personas que respetan mis gustos, hábitos, ideas, horas, sitios y aficiones. Esta misma blandura de mi carácter es a todas luces lo que nos hace incompatibles en la vida íntima, según han demostrado ya diferentes ensayos; pues a él le exasperan las formas suaves y corteses, las escenas tiernas y cariñosas, y todo lo que no sea rudo, áspero, fuerte y belicoso. ¡Ya se ve!165 Criose sin madre y hasta sin nodriza… (Su madre murió al darlo a luz, y su padre, por no lidiar con amas de leche, le buscó una cabra… por lo visto montés, que se encargase de amamantarlo.) Se educó en colegios como interno, desde el punto y hora que le destetaron; pues su padre, mi pobre hermano Rodrigo, se suicidó al poco tiempo de enviudar. Apuntole el bozo166 haciendo la guerra en América, entre salvajes, y de allí vino a tomar partido en nuestra discordia civil de los siete años. Ya sería general, si no hubiese reñido con todos sus superiores desde que le pusieron los cordones de cadete, y los pocos grados y empleos que ha obtenido hasta ahora, le han costado prodigios de valor y no sé cuántas heridas; sin lo cual no habría sido propuesto para recompensa por sus jefes, siempre enemistados con él a causa de las amargas verdades que acostumbra a decirles. Ha estado en arresto diez y seis veces, y cuatro en diferentes castillos; todas ellas por insubordinación. ¡Lo que nunca ha hecho ha sido167 pronunciarse! Desde que se acabó la guerra, se halla constantemente de reemplazo; pues, si bien he logrado, en mis épocas de favor político, proporcionarle tal o cual colocación en oficinas militares, regimientos, etc., a las veinticuatro horas ha vuelto a ser enviado a su casa. Dos Ministros de la Guerra han sido desafiados por él; y no le han fusilado todavía, por respeto a mi nombre y a su indisputable valor. Sin embargo de todos estos horrores, y en vista de que había jugado al tute, en el pícaro Casino del Príncipe, su escaso caudal, y de que la paga de reemplazo no le bastaba para vivir con arreglo a su clase, ocurrióseme, hace siete años, la peregrina idea de nombrarle Contador de mi casa y hacienda, rápidamente desvinculadas por la muerte sucesiva de los tres últimos poseedores (mi padre y mis hermanos Alfonso y Enrique), y muy decaídas y arruinadas a consecuencia de estos mismos frecuentes cambios de dueño. ¡La Providencia me inspiró sin duda alguna pensamiento tan atrevido! Desde aquel día mis asuntos entraron en orden y prosperidad: antiguos e infieles administradores perdieron su puesto o se convirtieron en santos, y al año siguiente se habían duplicado mis rentas, casi cuadruplicadas en la actualidad, por el desarrollo que Jorge

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<p>146</p>

ahorrar descontentos y sinsabores, to spare the lady annoyances and offenses.

<p>147</p>

proveer = resolver, deciding.

<p>148</p>

gran: apocopated, instead of grande as usual whether before masculine or feminine noun.

<p>149</p>

Bilbao: one would think first of the famous Chilean patriot, Francisco Bilbao, after mention of Riego; but as there was no man Maella corresponding, the two names must refer to the towns. Bilbao was besieged several times, and as late as 1874, in the Carlist wars. The Bilbaínos are sturdy and brave, love liberty, and easily join against the government. The battle of Maella was won by General Cabrera in 1830.

<p>150</p>

en esto, meantime: like en tanto, en cuanto.

<p>151</p>

a fuer de = al tenor de, as a.

<p>152</p>

en sendas butacas, in their respective chairs.

<p>153</p>

generalato: note -ato and -ado, different forms of the same ending.

<p>154</p>

condado: note -ato and -ado, different forms of the same ending.

<p>155</p>

a poco, in a little while, as soon as: cf. al ver, when he saw.

<p>156</p>

hurgó [from furca, fork; cf. stir, prod]: preterit of hurgar, confused with urgió, urged, from urgir.

<p>157</p>

derecho… a tener que comer, the right to have something to eat, i.e. right to live, have a pension.

<p>158</p>

que le asistía, that was present to her or that she had: cf. para sospechar que le asistían razones para no decirlo, to suspect that he had reasons for not telling. Escándalo, p. 44.

<p>159</p>

pasta de ángeles, the nature of angels: cf. Soy de la madera de Diógenes, I am of the wood (material) of Diogenes. Escándalo, p. 33.

<p>160</p>

poco asustadizas, not scary: cf. bold, bad man.

<p>161</p>

crisma, the [anointed or sprinkled] head: familiar even from such a dignified man; el bautismo is used in the same sense. Otelo II, 2.

<p>162</p>

quítame allá esas pajas, take away those straws: a common phrase for bagatelle, a mere nothing. Don Quixote says, Parte I, cap. XXIX: en dácame esas pajas, in a 'give me those straws' = in no time, in the twinkling of an eye.

<p>163</p>

como no sea, as it be not = if not, unless.

<p>164</p>

deseare: must be for deseara or desease. All editions have deseare. It is the only instance in Alarcón along with a form in -ría.

<p>165</p>

Ya se ve, It is seen = That is plain, the reason is plain.

<p>166</p>

Apuntole el bozo, His beard started, i.e. At puberty [he was in wars in America].

<p>167</p>

ha hecho ha sido: note even in verbs the tendency to repeat forms after a relative.