Una Vez Perdido . Блейк Пирс

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Una Vez Perdido  - Блейк Пирс Un Misterio de Riley Paige

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SIETE

       CAPÍTULO OCHO

       CAPÍTULO NUEVE

       CAPÍTULO DIEZ

       CAPÍTULO ONCE

       CAPÍTULO DOCE

       CAPÍTULO TRECE

       CAPÍTULO CATORCE

       CAPÍTULO QUINCE

       CAPÍTULO DIECISÉIS

       CAPÍTULO DIECISIETE

       CAPÍTULO DIECIOCHO

       CAPÍTULO DIECINUEVE

       CAPÍTULO VEINTE

       CAPÍTULO VEINTIUNO

       CAPÍTULO VEINTIDÓS

       CAPÍTULO VEINTITRÉS

       CAPÍTULO VEINTICUATRO

       CAPÍTULO VEINTICINCO

       CAPÍTULO VEINTISÉIS

       CAPÍTULO VEINTISIETE

       CAPÍTULO VEINTIOCHO

       CAPÍTULO VEINTINUEVE

       CAPÍTULO TREINTA

       CAPÍTULO TREINTA Y UNO

       CAPÍTULO TREINTA Y DOS

       CAPÍTULO TREINTA Y TRES

       CAPÍTULO TREINTA Y CUATRO

       CAPÍTULO TREINTA Y CINCO

       CAPÍTULO TREINTA Y SEIS

       CAPÍTULO TREINTA Y SIETE

       CAPÍTULO TREINTA Y OCHO

       CAPÍTULO TREINTA Y NUEVE

       CAPÍTULO CUARENTA

       CAPÍTULO CUARENTA Y UNO

       CAPÍTULO CUARENTA Y DOS

       CAPÍTULO CUARENTA Y TRES

       CAPÍTULO CUARENTA Y CUATRO

       CAPÍTULO CUARENTA Y CINCO

       CAPÍTULO CUARENTA Y SEIS

       CAPÍTULO CUARENTA Y SIETE

      PRÓLOGO

      Katy Philbin se reía mientras bajaba cuidadosamente por las escaleras.

      “¡Deja de reírte!”, se dijo a sí misma.

      ¿Qué era tan cómico, de todos modos?

      ¿Por qué estaba riéndose como una niñita, no como la chica de diecisiete años de edad que realmente era?

      Quería más que nada en el mundo actuar como una adulta seria.

      Después de todo, él la estaba tratando como una adulta. Había estado hablándole como si fuera un adulta durante toda la noche, haciéndola sentirse especial y respetada.

      Incluso la había llamado Katherine en lugar de Katy.

      Le gustaba mucho cuando la llamaba Katherine.

      También le gustaron los tragos para adultos que le preparó toda la noche, que según él se llamaban “Mai Tais”, tan dulces que apenas pudo probar el alcohol.

      Y ahora ni siquiera recordaba cuántos se había tomado.

      ¿Estaba borracha?

      “¡Eso sería horrible!”, pensó.

      ¿Qué pensaría de ella si ni siquiera podía aguantar unos cuantos tragos helados y dulces?

      Y ahora se sentía muy mareada.

      ¿Qué pasaría si se caía por las escaleras?

      Miró sus pies, preguntándose por qué no se movían como deberían. ¿Y por qué la luz estaba tan tenue aquí?

      Para su vergüenza, ni siquiera recordaba exactamente por qué estaba aquí en este tramo de escaleras de madera que cada vez parecían más largas.

      “¿Adónde vamos?”, preguntó.

      Sus palabras no salieron bien, pero al menos había logrado dejar de reírse.

      “Te

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