Una Vez Abandonado . Блейк Пирс
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April volvió a los probadores varias veces más. Siempre regresaba con jeans que Riley odiaba. Ella sabía que lo mejor era dejárselos comprar. Realmente no valía la pena pelear por eso, y sabía que perdería de una u otra forma.
A lo que observó a April frente al espejo, se dio cuenta de que su hija tenía casi su misma altura, y que la camiseta que llevaba revelaba una figura bien desarrollada. Con su pelo oscuro y ojos color avellana, el parecido de April a Riley era sorprendente. Obviamente April no tenía canas como Riley. Pero, aún así...
“Se está convirtiendo en una mujer”, pensó Riley.
No pudo evitar sentirse intranquila por eso.
¿April estaba creciendo demasiado rápido?
Sin duda había pasado por situaciones difíciles este año. Había sido capturada dos veces. Una de esas veces había sido cautiva de un sádico con un soplete. También tuvo que luchar contra un asesino en su propia casa. Lo peor de todo fue que un novio abusivo la drogó y trató de convertirla en esclava sexual.
Riley sabía que era demasiado para una chica de quince años de edad. Se sentía culpable de que su trabajo había puesto a April y a otras personas que amaba en peligro mortal.
Y ahora aquí estaba April, viéndose muy madura a pesar de sus esfuerzos por parecer y actuar como una adolescente normal. April parecía haber superado lo peor de su TEPT. Pero ¿qué tipo de miedos y ansiedades todavía la inquietaban en lo profundo de su ser? ¿Realmente lograría superarlos?
Riley pagó la ropa nueva de April y salió a la terraza del centro comercial. La confianza en el caminar de April hizo a Riley sentirse menos preocupada. Las cosas sí estaban mejorando después de todo. Lo supo justo en el momento en el que Ryan comenzó a llevar algunas de sus pertenencias a su casa adosada. Y April y Jilly estaban saliendo bien en la escuela.
Riley estaba a punto de sugerir que fueran a comer cuando el teléfono de April sonó. April se alejó precipitadamente para contestar la llamada. Riley se sintió un poco consternada. A veces ese teléfono celular parecía ser un ser viviente que exigía toda la atención de April.
“Hola, ¿cómo estás?”, le preguntó April a la persona que la llamó.
De repente, las rodillas de April se tambalearon, y ella se sentó en un banco. Estaba pálida, y se veía dolida. Lágrimas comenzaron a rodar por su rostro. Alarmada, Riley se acercó a ella rápidamente y se sentó a su lado.
“¡Dios mío!”, exclamó April. “Cómo podría... Por qué... No puedo...”.
Riley sintió una sacudida de alarma.
¿Qué había pasado?
¿Alguien estaba herido o en peligro?
¿Jilly, Ryan o Gabriela?
No, alguien seguramente habría llamado a Riley con este tipo de noticias, no a April.
“Lo siento mucho”, dijo April una y otra vez.
Finalmente finalizó la llamada.
“¿Quién era?”, le preguntó Riley ansiosamente.
“Era Tiffany”, dijo April en voz baja.
Riley reconocía el nombre. Tiffany Pennington era la mejor amiga de April ahora. Riley la había visto un par de veces.
“¿Qué pasó?”, preguntó Riley.
April miró a Riley con una expresión de dolor y horror.
“La hermana de Tiffany está muerta”, dijo April.
April parecía no poder creer sus propias palabras.
Luego, con una voz conmovida, agregó: “Dicen que se suicidó”.
CAPÍTULO DOS
Durante la cena esa noche, April trató de contarle a su familia lo poco que sabía de la muerte de Lois. Pero sus palabras sonaban extrañas y ajenas, como si otra persona estuviera hablando.
“No parece real”, pensó.
April se encontró con Lois varias veces durante sus visitas a la casa de Tiffany. Recordaba la última vez como si fuera ayer. Lois estuvo sonriente, feliz y con muchas historias que contar de la universidad. Era imposible creer que ella estaba muerta.
La muerte no era una completa desconocida para April. Sabía que su mamá se había enfrentado a la muerte y que realmente había matado en algunos casos del FBI. Pero habían sido malas personas, y tenían que ser liquidadas. April incluso ayudó a su madre a luchar y a matar a un asesino sádico después que capturó a April. También sabía que su abuelo murió hace cuatro meses, pero no lo había visto en mucho tiempo y nunca habían sido cercanos.
Pero esta muerte era más real para ella, y no tenía ningún sentido en absoluto. De alguna manera aún no parecía posible.
Mientras April hablaba, vio que sus familiares también estaban confundidos y angustiados. Su madre tomó su mano. Gabriela se persignó y murmuró una oración. Jilly estaba boquiabierta.
April trató de recordar todo lo que Tiffany le dijo cuando hablaron de nuevo esa tarde. Le explicó que Tiffany, su mamá y su papá encontraron el cuerpo de Lois guindando en su garaje ayer por la mañana. Para la policía, era un suicidio. De hecho, todo el mundo actuaba como si había sido suicidio. Como si esa era la respuesta y punto.
Todo el mundo menos Tiffany, quien seguía diciendo que no lo creía.
El padre de April se estremeció cuando terminó de decirles todo.
“Conozco a los Pennington”, dijo. “Lester es el gerente financiero de una empresa de construcción. No exactamente rico, pero sí cómodo. Siempre me parecieron una familia estable y feliz. ¿Por qué Lois haría tal cosa?”.
April había pasado todo el día preguntándose lo mismo.
“Tiffany dice que nadie sabe”, dijo April. “Lois estaba en su primer año en la Universidad de Byars. Estaba un poco estresada por eso, pero igual...”.
Papá negó con la cabeza.
“Bueno, tal vez esa sea la explicación”, dijo. “Byars es una universidad difícil. Aún más difícil que Georgetown. Y es muy cara. Me sorprende que la familia pudiera costearla”.
April suspiró profundamente y no dijo nada. Creía que Lois estaba becada, pero se lo guardó para sí misma. No tenía ganas de hablar del tema. Tampoco tenía ganas de comer. Gabriela había preparado una de sus especialidades, una sopa de mariscos llamada tapado que le encantaba. Pero ni siquiera había probado una cucharada.
Nadie habló por unos momentos.
Luego Jilly dijo: “No se suicidó”.
Sorprendida, April miró fijamente a Jilly. Los demás también estaban mirándola. La adolescente cruzó sus brazos y se veía