Una Vez Acechado . Блейк Пирс

Чтение книги онлайн.

Читать онлайн книгу Una Vez Acechado - Блейк Пирс страница 5

Una Vez Acechado  - Блейк Пирс Un Misterio de Riley Paige

Скачать книгу

ella y Liam hablaron, Riley se preguntó el estatus de su relación. Solo quedaban dos meses del año escolar. ¿Se separarían y perderían el interés? Riley esperaba que no fuera así.

      “¿Qué harás este verano, Liam?”, preguntó Riley.

      “Iré al campamento de ajedrez”, dijo Liam. “En realidad seré entrenador. He estado tratando de convencer a April para que vaya conmigo”.

      Riley miró a April.

      “¿Por qué no vas, April?”, preguntó.

      April se sonrojó de nuevo.

      “No sé”, dijo. “Estaba pensando en ir al campamento de fútbol. Eso es más lo mío. Probablemente me sentiría fuera de lugar en el campamento de ajedrez”.

      “No, ¡claro que no!”, dijo Liam. “Habrá jugadores de todos los niveles, incluyendo algunos que apenas están empezando a aprender el juego, como tú. Y queda aquí en Fredericksburg, así que no tendrías que viajar”.

      “Lo voy a pensar”, dijo April. “En este momento solo quiero concentrarme en mis notas”.

      A Riley le contentaba el hecho de que Liam no parecía ser estar distrayendo a April de la escuela. Sin embargo, Riley deseaba que al menos considerara asistir al campamento de ajedrez. Pero sabía que lo mejor era no presionarla. Eso podría convertirse en otra cosa que hacen las “mamás mala onda”. Lo mejor era que Liam tratara de persuadirla.

      De todos modos, Riley estaba contenta de ver a April tan feliz. Con el cabello oscuro y ojos color avellana como Riley, a veces April se veía demasiado adulta. Riley recordó que había elegido el nombre April debido a que era su mes favorito. Y era su mes favorito debido a días como este.

      Blaine levantó la mirada de su comida y se centró en Riley.

      Dijo: “Cuéntanos de este premio que vas a recibir mañana, Riley”.

      Era el turno de Riley de sonrojarse un poco.

      “No es gran cosa”, dijo.

      Jilly dejó escapar un chillido de protesta.

      “¡Claro que es gran cosa!”, dijo Jilly. “Se llama el Premio de la Perseverancia, y lo va a recibir por este caso enfriado que acaba de resolver. El jefe de todo el FBI va a otorgárselo”.

      Los ojos de Blaine se abrieron.

      “¿Estás hablando del director Milner?”, dijo.

      Riley se sentía realmente incómoda y cohibida ahora.

      Se echó a reír de los nervios.

      “No es tan impresionante como suena”, dijo. “No es gran cosa que venga a Quántico. Trabaja aquí mismo en DC”.

      Blaine se quedó boquiabierto del asombro.

      Jilly dijo: “Blaine, April y yo saldremos de la escuela temprano para verla recibir el premio. Crystal y tú deberían acompañarnos”.

      Blaine y Crystal ambos dijeron que les encantaría asistir.

      “Está bien”, dijo Riley, sintiéndose avergonzada. “Espero no se aburran. De todos modos, ese no es el mayor evento de mañana. Jilly es la protagonista de la obra de la escuela y se presentará mañana por la noche. Eso es mucho más importante”.

      Ahora Jilly estaba sonrojada.

      “No soy la protagonista, mamá”, dijo.

      Riley se rio ante la repente timidez de Jilly.

      “Bueno, tienes uno de los papeles principales. Eres Perséfone en una obra llamada Deméter y Perséfone. ¿Por qué no nos cuentas la historia?”.

      Jilly empezó a contar la historia del mito griego, tímidamente al principio, pero cada vez más entusiasmada mientras seguía. Riley se sentía cada vez más complacida. Una de sus hijas estaba aprendiendo a jugar al ajedrez; la otra estaba emocionada por la mitología griega.

      “Tal vez las cosas están mejorando”, pensó.

      Sus esfuerzos en el matrimonio y la familia habían sido problemáticos. Recientemente había cometido un grave error, tratando de dejar que su ex esposo, Ryan, entrara de nuevo en su vida y en las vidas de sus hijas. Ryan había demostrado ser el mismo hombre incapaz de compromiso de siempre.

      ¿Pero ahora?

      Riley miró a Blaine, y se dio cuenta de que ya él la estaba mirando. Estaba sonriendo, y ella le devolvió la sonrisa. Definitivamente había una chispa entre ellos. Incluso habían bailado y besado durante una cita este pasado mes, su única cita a solas hasta el momento. Pero Riley se encogió un poco por dentro al recordar lo incómodamente que había terminado: ella corriendo a trabajar en un caso.

      Blaine parecía haberla perdonado.

      Pero, ¿hacia dónde iban las cosas entre ellos?

      Una vez más esa oscuridad al acecho se apoderó de Riley.

      Tarde o temprano, esta ilusión feliz de familia y amistad podría dar paso a la realidad de la maldad, asesinato, crueldad y monstruos humanos.

      Y tenía la sensación de que eso sucedería muy pronto.

      CAPÍTULO DOS

      Sentada en la primera fila del auditorio en Quántico, Riley se sentía terriblemente incómoda. Había enfrentado un sinnúmero de asesinos despiadados sin perder la compostura. Pero, en este momento, se sentía a punto de entrar en pánico.

      El director del FBI, Gavin Milner, estaba parado en el podio en la parte delantera de la gran sala. Estaba hablando de la larga trayectoria de Riley, especialmente del caso por el que estaba siendo honrada, el caso enfriado del llamado “Asesino de la Caja de Fósforos”.

      A Riley le sorprendió el ronroneo distinguido de su voz. No había hablado mucho con el director Milner, pero le agradaba. Era un hombre delgado y apuesto con un bigote impecablemente arreglado. Riley pensó que se veía y sonaba más como un decano de una escuela de bellas artes que como la cabeza de la organización de aplicación de ley más élite de la nación.

      Riley no había estado prestándole mucha atención a sus palabras. Estaba demasiado nerviosa y acomplejada. Pero ahora que parecía que estaba llegando al final de su discurso, Riley comenzó a prestar más atención.

      Milner dijo: “Todos sabemos del coraje, inteligencia y gracia bajo presión de la agente especial Riley Paige. Ha sido galardonada por todas estas cualidades en el pasado. Pero hoy estamos aquí para honrarla por algo diferente, por su tenacidad, su determinación por hacer justicia. Debido a sus esfuerzos, un asesino que cobró tres víctimas en veinticinco años al fin comparecerá ante la justicia. Todos estamos en deuda con ella por su servicio, y por su ejemplo”.

      Sonrió, mirándola directamente. Cogió la caja en la que estaba guardada el premio.

      “Esa es mi señal de entrada”, pensó Riley.

      Sus

Скачать книгу