Rebelde, Pobre, Rey . Морган Райс
Чтение книги онлайн.
Читать онлайн книгу Rebelde, Pobre, Rey - Морган Райс страница 13
Le pareció reconocer el principio del camino que llevaba a la playa y fue a toda prisa por él, con los ojos bien abiertos ante posibles emboscadas. Allí no parecía haber nadie. Solo un poco más adelante y estaría de vuelta en su barca, podría…
Giró la esquina que llevaba a la playa y se detuvo. Uno de los Abandonados, enorme y musculoso, estaba allí. Estaba de pie sobre la barca de Thanos o, al menos, sobre lo que quedaba de ella. Mientras Thanos miraba, el prisionero le dio un golpe con una espada que parecía un palillo en sus manos, destrozando algunas de las tablas que quedaban.
A Thanos se le encogió el corazón.
Ahora no había salida.
CAPÍTULO NUEVE
Cuando Lucio volvió al castillo, todavía continuaban las ejecuciones. Así debía ser. No quería que sus hombres acabaran muy rápido con eso. Quería estar allí para disfrutarlo.
Pero deseaba aún más que Ceres estuviera allí para verlo cuanto más tiempo mejor. Lucio se aseguró de alzar la vista hacia su ventana, donde sabía que estaría quieta y encadenada, obligada a contemplar la escena todo el tiempo posible. Había cierta satisfacción en ello.
Mucha más de la que había en mirar al patio donde iban a tener lugar las ejecuciones. Allí, los hombres y las mujeres estaban arrodillados en claras filas, mientras los verdugos se movían entre ellos con hachas. Mientras estaba mirando, vio que uno empujaba a un hombre contra el suelo, levantaba el hacha en alto por encima de su cabeza y la blandía dibujando un arco limpio que acabó con la cabeza rodando por el suelo.
“¿Esto qué es?” preguntó Lucio, levantando la voz por la rabia. Como mucho había estado fuera una o dos horas. Pero parecía que una fila entera de los hombres de Lord West ya había sido asesinada, prácticamente todos ellos decapitados.
“Solo estamos haciendo lo que usted nos dijo, su alteza”, dijo el verdugo. “Ejecutar a estos hombres”.
“¡Y no lo podéis hacer peor!” dijo Lucio bruscamente. O más bien, lo estaban haciendo bastante mal. “¿Decapitándolos? ¡Quiero que sufran! Quiero que seáis ingeniosos. ¿No os dije que usarais todos los métodos de ejecución que se os ocurrieran?”
“Muchos de los hombres de Lord West han remarcado que son nobles”, explicó el verdugo. “Y que como tales, tienen el derecho de escoger la muerte por espada o hacha en lugar de…”
Entonces Lucio le golpeó, hundiendo su mano cubierta de armadura en el estómago del hombre. El verdugo era un hombre grande, pero Lucio parecía ser el doble que él tras el golpe tan fuerte que le dio. Lucio le arrebató el hacha de las manos con un movimiento rápido y, a continuación, la clavó en la espalda del verdugo. Cuando cayó, entre gritos, Lucio la arrancó de un tirón.
“¡No tienen derechos más allá de los que yo diga que tienen! E incluso con un hacha, deberíais ser capaces de darles una muerte horrorosa. ¡Así, dejad que os lo muestre!”
Volvió a golpearlo, una y otra vez, dando hachazos al verdugo hasta asegurarse de que los demás entendían a qué se enfrentaban si no obedecían.
Конец ознакомительного фрагмента.
Текст предоставлен ООО «ЛитРес».
Прочитайте эту книгу целиком, купив полную легальную версию на ЛитРес.
Безопасно оплатить книгу можно банковской картой Visa, MasterCard, Maestro, со счета мобильного телефона, с платежного терминала, в салоне МТС или Связной, через PayPal, WebMoney, Яндекс.Деньги, QIWI Кошелек, бонусными картами или другим удобным Вам способом.