Los entremeses. Miguel de Cervantes Saavedra
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¿Y es tacha?
VADEMECUM.
Y no pequeña.
(Éntrase Vademecum.)
TRAMPAGOS.
¡Ah Pericona, Pericona mia,
Y aun de todo el concejo! En fin llegóse
El tuyo: yo quedé, tú te has partido;
Y es lo peor que no imagino á dónde;
Aunque, segun fue el curso de tu vida,
Bien se puede creer piadosamente
Que estás en parte, aun no me determino
De señalarte asiento en la otra vida:
Tendréla yo sin tí como de muerte.
¡Que no me hallara yo á tu cabecera
Cuando diste el espíritu á los aires,
Para que le acogiera entre mis labios,
Y en mi estómago limpio le embasára!
¡Miseria humana, quién de tí confía!
Ayer fui Pericona, hoy tierra fria,
Como dijo un poeta celebérrimo.
Entra Chiquiznaque, rufian.
CHIQUIZNAQUE.
Mi so[15] Trampagos, ¿es posible sea
Voacé[16] tan enemigo suyo,
Que se entumbe, se encubra y se trasponga
Debajo de esa sombra bayetuna
El sol hampesco?[17] So Trampagos, basta
Tanto gemir, tantos suspiros bastan:
Trueque voacé las lágrimas corrientes
En limosnas y en misas, y oraciones
Por la gran Pericona, que Dios haya,
Que importan mas que llantos y sollozos.
TRAMPAGOS.
Voacé ha garlado[18] como un tologo,
Mi señor Chiquiznaque; pero en tanto
Que encarrilo mis cosas de otro modo,
Tome vuesa merced, y platiquemos
Una levada[19] nueva.
CHIQUIZNAQUE.
So Trampagos,
No es este tiempo de levadas: llueven,
Ó han de llover hoy pésames ad unia[20],
¿Y hémonos de ocupar en levadicas?
Entra Vademecum con la silla muy vieja y rota.
VADEMECUM.
Bueno por vida mia: quien le quita
Á mi señor de líneas, y posturas,
Le quita de los dias de la vida.
TRAMPAGOS.
Vuelve por el mortero y por el banco,
Y el broquel no se olvide, Vademecum.
VADEMECUM.
Y aun trairé el asador, sarten y platos.
(Vuélvese á entrar.)
TRAMPAGOS.
Despues platicaremos una treta,
Única, á lo que creo y peregrina:
Que el dolor de la muerte de mi ángel,
Las manos ata y el sentido todo.
CHIQUIZNAQUE.
¿De qué edad acabó la mal lograda?
TRAMPAGOS.
Para con sus amigas y vecinas,
Treinta y dos años tuvo.
CHIQUIZNAQUE.
Edad lozana.
TRAMPAGOS.
Si va á decir verdad, ella tenia
Cincuenta y seis; pero de tal manera
Supo encubrir los años, que me admiro.
¡Ó qué teñir de canas! ¡ó qué rizos,
Vueltos de plata en oro los cabellos!
Á seis del mes que viene hará quince años,
Que fue mi tributaria, sin que en ellos
Me pusiese en pendencia, ni en peligro
De verme palmeadas[21] las espaldas.
Quince cuaresmas, si en la cuenta acierto,
Pasaron por la pobre, desde el dia
Que fue mi cara, agradecida prenda;
En las cuales sin duda susurraron
Á sus oidos treinta y mas sermones,
Y en todos ellos, por respeto mio,
Estuvo firme, cual está á las olas
del mar movible la inmovible roca.
¡Cuántas veces me dijo la pobreta,
Saliendo de los trances rigurosos
De gritos y plegarias y de ruegos,
Sudando y trasudando: plega al cielo,
Trampagos mio, que en descuento vaya
De mis pecados lo que aquí yo paso
Por tí, dulce bien mio!
CHIQUIZNAQUE.
¡Bravo triunfo!
¡Ejemplo