Raices históricas de san Juan de la Cruz. José Carlos Gómez-Menor Fuentes

Чтение книги онлайн.

Читать онлайн книгу Raices históricas de san Juan de la Cruz - José Carlos Gómez-Menor Fuentes страница 8

Raices históricas de san Juan de la Cruz - José Carlos Gómez-Menor Fuentes Ensayo

Скачать книгу

      5. La primera biografía moderna: Jean Baruzi, Saint Jean de la Croix et le problème de l ‘experiénce mystique (1924).

      El volumen San Juan de la Cruz y el problema de la experiencia mística fue la tesis doctoral que defendió en 1923 Baruzi, que llegó a ocupar una cátedra de Historia de las Religiones en el colegio Stanislas de París, desde el año 1911, cátedra que venía desempeñando Alfred Loisy.

      Jean Baruzi (1881-1953) fue alumno de la prestigiosa Escuela Normal Superior. Fue discípulo de Émil Boutroux. Como Agregado de Filosofía enseñó en L’École Gerson desde 1908.

      El volumen vio la luz en 1924 en París y la segunda edición, que incluía algunas recensiones y opiniones que se vertieron sobre este libro, apareció en 1931. Incomprensiblemente se tradujo la primera edición de 1924 y no la segunda de 1931, que estaba revisada y que incluía como novedad una nota final. Lo primero que llama la atención es que pasaron 67 años hasta que fue traducida al español por el poeta vallisoletano Carlos Ortega. Ello se debió sin duda a las críticas acerbas de los carmelitas historiadores, sobre todo el P. Silverio, que denunciaban el subjetivismo del original de Baruzi. Ello no obsta para que en la biografía de Bruno de Jesús María se le cite con frecuencia.

      La novedad procede, fundamentalmente, de dos aspectos: por parte del autor, supone un acercamiento al santo de Fontiveros no desde la fe, sino desde un punto de vista externo en cuanto el autor no se distingue por su profesión de fe en la ortodoxia católica[35]. Y, en segundo lugar, esto se pone de relieve en su enfoque, pues intenta secularizarle o, para decirlo mejor, se quiere hacer hincapié sobre todo en su dimensión humana. Como dice Jiménez Lozano, “baja a Juan de la peana y el nicho”[36]. Se trata, en definitiva, de un enfoque más positivista o racionalista, en el sentido de que pretende despojar la biografía sanjuanista del aspecto hagiográfico, y presentarlo así para creyentes y no creyentes[37]. En opinión de Jiménez Duque, Baruzi acentúa en su análisis el aspecto neoplatónico, “que no explica prácticamente nada de la mística palpitante y cristiana de san Juan de la Cruz. Pero la obra de Baruzi sacudió el ambiente…”[38]

      Baruzi realiza un juicio muy severo de las biografías anteriores: “Las biografías de San Juan de la Cruz resultan enormemente monótonas. Tienen la sosería habitual de las obras hagiográficas, y reproducen, con blanda complacencia, toda una serie, trivial por otro lado, de inevitables prodigios. A la infancia no la ven en su sencillez, falsean el período salmantino, y no dan cuenta de las persecuciones desde sus verdaderos orígenes”[39].

      Se trata de un libro que profundiza en la interpretación mística de la doctrina sanjuanista. El aspecto histórico queda seriamente limitado por prescindir de muchas de las fuentes que permiten reconstruir la vida del Santo. Esto se debe a que este libro no es en realidad una biografía (Baruzi dedica tan solo 140 páginas a la parte biográfica de su obra). Pero marcará una línea nueva a las biografías modernas que se escribirían después.

      El libro de Baruzi, escrito al margen de la hagiografía y de la teología tradicional, no fue visto con buenos ojos o suscitó muchos recelos en el ambiente de la Orden carmelitana[40]. Ello explica el retraso a la hora de acometer su traducción. Y, además, las biografías de Bruno de Jesús María, de Silverio de Santa Teresa y de Crisógono de Jesús pretendían ser, en cierto modo, una respuesta o corrección al modelo biográfico que presentaba Baruzi.

      6. Una biografía desde el Carmelo francés: Bruno de Jèsus Marie, St. Jean de la Croix (1929).

      La huella de san Juan de la Cruz, llevada a Francia y Bélgica por carmelitas españolas muy cercanas a la madre Teresa y al mismo fray Juan, dio frutos admirables en el siglo XVII, y así continuó hasta hoy día. La corriente de espiritualidad suscitada por santa Teresa del Niño Jesús dejó claro el influjo de los escritos de san Juan de la Cruz sobre la carmelita de Lisieux y originó un nuevo mérito del Místico de Fontiveros: su declaración por Pío XI como Doctor de la Iglesia Católica en 1926 (el 21 de agosto). Nunca se había debilitado en el mundo francófono la humilde figura de san Juan de la Cruz, especialmente desde 1726, año de su canonización[41].

      Ya en 1867 se publica en París la segunda edición de Les Mystiques Espagnols del ilustre académico Paul Rousselot, que se ocupa de autores como santa Teresa, san Juan de la Cruz, fray Luis de León, Malón de Chaide, san Juan de Ávila, fray Luis de Granada y otros más. Se trata de una obra muy interesante y bien escrita, que contribuirá al conocimiento y al aprecio de la obra sanjuanista.

      En 1929 apareció el volumen Saint Jean de la Croix del P. Bruno de Jesús, cuya primera edición se publicó en París (editado por la Librería Plon). Se tradujo del francés por un traductor anónimo y se publicó en Ediciones Fax, Madrid, en 1943, con motivo de la celebración del IV centenario del nacimiento del santo. Hubo una segunda edición corregida y aumentada en 1961.

      La obra es fruto de un esfuerzo notable por acudir a todas las fuentes manuscritas antiguas, principalmente a los expedientes conservados en los archivos de la Sagrada Congregación de Ritos para el proceso de beatificación de san Juan de la Cruz. El Padre Bruno de Jesús María termina el prólogo advirtiendo que se ha esforzado en cumplir con la siguiente advertencia del papa León XIII: “La primera ley de la Historia es no atreverse a mentir; la segunda, no tener miedo de decir la verdad”[42].

      Es una biografía muy completa, que busca poner de relieve tanto los grandes temas de la personalidad y la espiritualidad de fray Juan de la Cruz, como el marco geográfico de las ciudades donde vivió y el entorno del santo en el Carmelo Teresiano. Quizá el mayor descuido sea el no prestar suficiente atención a algunos comportamientos y costumbres españoles (no se aborda el tema de la limpieza de sangre ni el de la honra), por no haber dedicado tiempo a familiarizarse con los pormenores de la historia de España.

      También es destacable el interés por describir la Granada del siglo XVI y su intensa memoria de la historia medieval, con el influjo del Islam, que era estudiado con pasión por las escuelas de arabistas española y francesa[43]. Escuela que desbordó la fecha de 1929 de la obra del P. Bruno, con los grandes logros de investigadores tales como Miguel Asín Palacios, Emilio García Gómez y los profesores galos Levy Provençal y Louis Massignon.

      7. Una biografía desde la Historia del Carmen hispano: Silverio de Santa Teresa, tomo V de Historia del Carmelo Teresiano y de su espiritualidad desde el siglo XVI hasta el XX. En España, Portugal y América (1939).

      El P. Silverio de Santa Teresa, que fue el fundador de la editorial El Monte Carmelo, dedicó el tomo V de su Historia del Carmen Descalzo en España, Portugal y América a la vida del Doctor Místico. La obra consta de 15 volúmenes publicados desde 1935 hasta 1948. El tomo dedicado a fray Juan de la Cruz vio la luz en 1939.

      Es muy de agradecer el esfuerzo de este historiador, que escribe una obra esmerada, pero que, al formar parte de una obra monumental, no tuvo la difusión que merecía.

      8. La biografía oficial: Crisógono de Jesús, Vida de San Juan de la Cruz (1946).

      Una de las obras que marcó un antes y un después en las biografías sobre el poeta de Fontiveros fue Vida de San Juan de la Cruz del padre Crisógono de Jesús Sacramentado. El éxito editorial habla por sí solo: lleva más de trece ediciones y ha sido traducida a muchos idiomas.

      El

Скачать книгу