Raices históricas de san Juan de la Cruz. José Carlos Gómez-Menor Fuentes

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Raices históricas de san Juan de la Cruz - José Carlos Gómez-Menor Fuentes Ensayo

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de Villamorisca y murió el 5 de marzo 1945 a los cuarenta años en el pueblo guipuzcoano de Usúrbil) y fue, después, enriquecido con las notas que introdujo el P. Matías del Niño Jesús. El P. Crisógono apunta ya en la introducción de su libro su esfuerzo por hacer una biografía con un gran rigor metodológico: “Ni un hecho sin prueba documental, ni un lugar sin descripción hecha sobre el terreno: ésa ha sido nuestra norma. Para lo primero hemos tenido la fortuna de haber a las manos los documentos originales primitivos, y para lo segundo hemos recorrido los lugares que pisaron los pies descalzos de fray Juan de la Cruz. Ningún historiador ha tenido hasta el presente estas ventajas”[44].

      Sobre este libro Efrén de la Madre de Dios y Otger Steggink escriben lo siguiente: “esta biografía moderna, literaria e históricamente bien compuesta, ha desterrado la idea truculenta del san Juan de la Cruz penitente y adusto, mantenida todavía por el P. Bruno, el francés. Por otra parte, el P. Crisógono crea una ruptura entre la tradición carmelitana y la Reforma teresiana del siglo XVI, separándose de los biógrafos clásicos susodichos, arraigo carmelitano que fue subrayado, en cambio, por el P. Bruno de Jesús María. Es una riqueza la cantidad de textos puestos en las notas, a veces una exhibición de abundancia documental. Es deficiente, sin embargo, en el rigor de la cronología, sin señalar fechas exactas en muchos dichos y hechos que lo merecen”[45].

      El P. Emilio J. Martínez considera que las biografías de Bruno Jesús María, de Silverio de Santa Teresa y de Crisógono de Jesús resultan insuficientes por dos razones: 1) siguen dependiendo de los “hagiógrafos” a la hora de tratar algunos temas esenciales de la vida de san Juan de la Cruz (como los que se refieren a sus orígenes y a su infancia), y 2.- carecen de instrumentos imprescindibles para confeccionar una biografía rigurosa (se refiere a la categoría, a nuestro juicio un poco estricta e imprecisa, del análisis histórico de las mentalidades)[46]. Desde luego que hay algunos aspectos de la vida del Santo sobre los que se cierne una sombra difícil de esclarecer (como la que se refiere a sus orígenes). El historiador debe dar cuenta de todo lo que rodea la vida del Místico de Fontiveros e incluso a veces ir un poco más allá planteando hipótesis fundadas o apoyadas en determinados hechos. Y, desde luego, que la teoría de las mentalidades es tan sólo una teoría sobre una manera de hacer la historia, como otras concepciones de la historia. Se trata de un análisis que presenta sus riesgos, como ya advertimos en el epígrafe anterior.

      Si hay una característica que con justicia puede predicarse de esta biografía es el rigor. Un rigor fruto del anhelo de un investigador joven muy bien preparado que, después de dos tentativas biográficas que precedieron a ésta (en 1935 y en 1941), culmina en un trabajo bien documentado y que todavía representa una biografía del Santo que, como tal, no creemos que haya sido superada.

      9. Una biografía desde el punto de vista de la mujer: Josefina de la Maza y María Jiménez Salas, Vida de San Juan de la Cruz (1947).

      Este libro, que tiene en su pórtico un poema de Gerardo Diego sobre la soledad, es una de las más bellas biografías de san Juan de la Cruz que, sin embargo, apenas es citada. Escrita en colaboración por dos escritoras de gran sensibilidad que aspiran, como confiesan en el primer párrafo, a “contar la gloria y la belleza de la vida de san Juan de la Cruz”[47]. Dejan a un lado la obra del Santo para ocuparse de su vida, y este es uno de los méritos del volumen.

      Las amplísimas fuentes que manejan las autoras (hay una dependencia de los mejores biógrafos: P. José de Velasco, Bruno de Jesús María, las antiguas biografías del siglo XVII y, especialmente, las obras de Crisógono de Jesús Sacramentado y del P. Silverio) aseguran a este libro unos sólidos cimientos.

      Pero en su afán encomiástico de la persona de san Juan de la Cruz, las autoras toman la antigua vía y método de los biógrafos barrocos del siglo XVII, llenando su obra de hechos milagrosos a la manera de las florecillas de san Francisco de Asís.

      10. Una biografía fraterna: Pablo María Garrido, San Juan de la Cruz y Francisco de Yepes (1989).

      Uno de los principales méritos de este inteligente libro del padre Pablo María Garrido es insistir en la valía de los datos aportados por la primera biografía que se realizó en 1616, por el padre José de Velasco, al hilo de exponer la vida de su hermano Francisco de Yepes. Por un lado, indaga con acierto en algunos de los datos que se aportan en ese libro, que se habían puesto en duda, a nuestro juicio de forma injusta, por parte de algunos investigadores. Por otro, coteja los datos que se desarrollan sobre el hermano mayor del Santo. Y, además, el volumen incorpora un material bibliográfico importante para los estudiosos sanjuanistas: los seis capítulos que se refieren a Juan de la Cruz, facilitando así la divulgación de esos apartados tan interesantes para la reconstrucción de su vida.

      Se trata de un libro lleno de sugerencias, propuestas y tesis que enriquecen el análisis sobre la vida del Doctor Místico. Precisamente la primera parte del libro lleva como título “En torno a la biografía de San Juan de la Cruz (Precisiones, rectificaciones, sugerencias)”.

      Se trata, en definitiva, de un libro muy bien escrito y que abre muchas puertas para acceder al misterio de la vida de san Juan de la Cruz.

      11. Una biografía entre el periodismo y la literatura: José María Javierre, Juan de la Cruz, un caso límite (1991).

      Este voluminoso libro del padre J. M. Javierre, de 1.121 páginas, le costó escribirlo 5 años. El libro combina diferentes perspectivas: la de la literatura y el lenguaje periodístico junto con la información histórica.

      En el jugoso capítulo introductorio el padre Javierre explica que asusta la imagen tan deformada que se tiene de san Juan de la Cruz. Su propuesta pretende situarse, por utilizar una idea aristotélica, en un justo medio: no se trata de hacer una pura hagiografía, porque supone encajar de forma artificial al biografiado en una imagen preconcebida o prefabricada, pero tampoco explicar la vida desde una historia aséptica o fría, que solo se preocupa de los hechos y en la que el personaje carece de latido, en un estilo aburridísimo. Este es el ánimo del autor, aunque, como no podía ser de otra manera, por su conocida trayectoria y porque recibió el encargo de escribir esta biografía en un lenguaje vivo, se escora hacia el lado periodístico, que quizá atrapa más al lector pero deja más frío al historiador. El autor lo que pretende, como explica con claridad, es dar a san Juan de la Cruz “una segunda oportunidad” de vida[48].

      Un aspecto importante de esta biografía es la conexión que intenta hacer el autor entre la vida de san Juan de la Cruz y la de la Madre Teresa. En el volumen se recrean episodios de la vida del Doctor Místico y también se comentan datos y textos históricos, advirtiéndolo al lector con el empleo de la letra cursiva. Desde luego, en esta faceta literario-periodística el padre Javierre, como puso de manifiesto en otras biografías de fundadores de órdenes religiosas, es un auténtico maestro. Murió el 17 de diciembre de 2009 a los 85 años.

      12. Una biografía desigual: Efrén de la Madre de Dios y Otger Steggink, Tiempo y vida de San Juan de la Cruz, 1992.

      En este libro, también muy voluminoso, los autores pretenden mejorar la biografía del santo y para ello se proponen “depurar precisiones históricas” y hacer hincapié en “la exactitud ambiental”, pues “no es posible conocer a San Juan de la Cruz sin investigar el clima y el humus donde se cría y crece, como tampoco se puede desconocer su contexto familiar, cultural y religioso que respira a todas horas”[49]. Esta idea aparece ya reflejada, como una declaración de intenciones, en el título. Y se aprecia en el capítulo introductorio, que se dedica a glosar el contexto histórico de la época en la que nace san Juan de la Cruz.

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