Un Amor Como Este. Софи Лав

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Un Amor Como Este - Софи Лав Las Crónicas del Romance

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bebés".

      "¡Bien, mamá, deja de hablar ahora mismo!" Keira respondió. Hacer bebés estaba tan lejos de su radar que daba risa.

      "Querida", dijo su madre con voz suave. "Es muy honorable que trabajes tan duro. Pero el amor también es importante. Igual de importante. Si no es que más. ¿Escribir este artículo realmente significa más para ti que Zachary?"

      Keira se dio cuenta de que estaba agarrando su teléfono con fuerza. Relajó un poco su agarre.

      "Tengo que irme, mamá".

      "Piensa en lo que dije".

      "Lo haré".

      Colgó, con el corazón pesado. La euforia que había sentido hoy se evaporó por completo. Solamente había una persona que podía animarla ahora, y esa era Bryn. Rápidamente encontró los datos de su hermana mayor y la llamó.

      "Hola, hermanita", dijo Bryn cuando respondió. "Te perdiste el almuerzo".

      "Estaba trabajando", respondió Keira. "Joshua nos arrastró a todos a la oficina, creo que solo para presumir delante de Elliot sobre la nota de portada de Irlanda que iba a escribir. Pero pues, se resbaló y… bueno, se rompió la pierna".

      "¿Estás bromeando?" exclamó Bryn, irrumpiendo en un ataque de risa. "¿Cómo es posible que eso ocurra?"

      Ahora, Keira sentía que su infelicidad empezaba a desaparecer, tal era el poder de Bryn.

      "Fue una locura", dijo. "Vi su hueso. ¡Y luego gritó sobre cómo había arruinado sus pantalones carísimos!"

      Las dos hermanas se rieron juntas.

      "Y luego, ¿qué pasó?" Bryn preguntó, siendo el público cautivo que Keira había buscado en Zachary y su madre.

      "Los paramédicos se lo llevaron en la camilla y me di cuenta de que la reunión estaba a punto de comenzar, Elliot odia que la gente llegue tarde, así que fui y me senté. Y supongo que llamé su atención por eso y me dio el artículo sobre Irlanda".

      "¡No puede ser!" Bryn exclamó. "¿Estás bromeando? ¿Mi hermanita está escribiendo la historia de portada?"

      Keira sonrió. Sabía que Bryn no entendía del todo hasta qué punto esto era importante para ella, y que al menos fingía el veinte por ciento de su entusiasmo, pero lo apreciaba. Era el tipo de reacción que esperaba de Zach.

      "Sí. Es genial. Pero tengo que ir a Irlanda mañana, así que me perderé la boda de Ruth".

      "Oh pft. ¿Y qué?" Bryn dijo. "Esto es mucho más importante. No sabía que te caía bien Ruth de todas formas".

      "Para nada. Pero me gusta Zach", dijo Keira, incitando a Bryn a considerar por qué irse a Irlanda en un abrir y cerrar de ojos no era la cosa más fácil en el mundo. "Esta vez lo decepcioné mucho".

      Bryn exhaló.

      "Mira, sis. Sé que esto es difícil. Y me agrada el tipo, créeme, de verdad. ¡Pero tienes que irte! Tienes que hacer esto. Odio ser la que lo diga, pero no deberías estar con un tipo que te retiene. Solo estarás resentida con él si cedes a sus demandas".

      "Y solo estará resentido conmigo si no lo hago".

      "Sí. Es una triste verdad, pero a veces la vida se interpone en el camino del amor. Dos personas pueden ser el uno para el otro, pero el momento puede no ser el adecuado".

      A Keira le dolía el pecho al pensar en dejar a Zachary por su carrera. Pero quizás Bryn tenía razón. Tal vez no era el momento adecuado para ellos.

      "Entonces, ¿qué vas a hacer?" Bryn preguntó, rompiendo la fantasía de Keira.

      Keira tomó un respiro profundo. "Sabes qué, he pasado por demasiada porquería subiendo la escalera corporativa como para dar la vuelta en el último escalón. No puedo rechazar esto".

      Keira sintió que su convicción regresaba. Estaba triste por la idea de dejar atrás a Zachary, pero no veía otra opción. Rechazar esta oportunidad sería el final de su carrera. No había otra opción.

      Ella tenía que irse.

      CAPÍTULO TRES

      La alarma de Keira la despertó a una hora estúpidamente temprana a la mañana siguiente, sonando como una alarma sísmica. Se dio la vuelta y la apagó, dándose cuenta de que el otro lado de la cama estaba vacío. Zach no había dormido ahí anoche.

      Se levantó, restregándose el sueño de los ojos, y se asomó a la sala. Sin rastro de Zach. Entonces, tal como ella predijo, él no había regresado anoche. Debió quedarse en casa de Ruth.

      Alejando su decepción y tristeza, Keira se dio un baño rápido, luchando con fuerza para evitar que el agua caliente la arrullara y se vistió con ropa cómoda para el largo viaje.

      Tomó su bolso, y se aseguró de tener los boletos y el itinerario que Heather le había dado. Satisfecha de que sus papeles y su pasaporte estaban en su poder, salió de la casa y se subió a un taxi que ya la esperaba.

      Mientras se apresuraba por las calles de la ciudad de Nueva York, Keira se tomó un momento para ordenar sus frenéticos pensamientos. Esto estaba sucediendo realmente. Estaba a punto de ir al extranjero a trabajar, algo que siempre había soñado hacer. Deseaba que Zachary hubiera elegido compartir este momento con ella, en lugar de mantener su distancia.

      El aeropuerto de Newark estaba tan ocupado como si fuera la hora pico del metro. Comenzar a las 5 a.m. era lo normal para muchos profesionales ocupados, y Keira sintió una repentina oleada de orgullo al considerarse una entre ellos. Registró su equipaje para el vuelo, sintiéndose como una superestrella en el aeropuerto de Los Ángeles, con la cabeza en alto. Luego encontró una cafetería para tomar su dosis matutina y matar el tiempo antes de que su vuelo estuviera listo para embarcar.

      Mientras estaba sentada en la ocupada cafetería, revisó su teléfono una y otra vez. A pesar de que sabía que Zachary todavía estaba durmiendo, quería desesperadamente algún tipo de comunicación con él. Sabía que había hecho lo correcto al aceptar esta misión y esperaba que Zach lo viera así eventualmente. O quizás su relación estaba realmente condenada como Bryn parecía pensar que estaba. Tal vez sus prioridades diferentes eran un obstáculo que ya no podían pasar.

      Le envió un mensaje alegre a Zachary, dejando de lado cualquier mención de su pelea, esperando que, si él despertaba con un dulce mensaje, se sintiera más cálido con ella.

      Su teléfono sonó y ella saltó de emoción, pensando que Zach había contestado. Pero era Heather comprobando que todo había ido según lo planeado y que estaba a tiempo para su vuelo. Decepcionada, Keira le contestó, diciéndole a Heather que todo estaba bien.

      En ese momento, escuchó la llamada de embarque para su vuelo. Rápidamente tomando su último sorbo de café, Keira se dirigió a la puerta de control, prometiendo llamar a Zachary tan pronto como aterrizara. Había una diferencia de cinco horas entre Nueva York e Irlanda que debía tener en cuenta durante su estancia.

      A bordo del avión, Keira se instaló en su asiento, comprobando por última vez si había algún mensaje de Zach. Pero no había nada, solo recibió de la azafata una mirada de desaprobación al verla usar su teléfono después de que pidieran que apagaran todos los aparatos electrónicos. Suspirando, Keira apagó su teléfono y lo guardó en su bolsillo.

      En

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