lo voy a tomar en serio? El médico ha dicho que si no hay complicaciones mañana le va a dar el alta. ¿Y si no se quiere venir conmigo?
–Eso nadie lo puede decir todavía. Espera a ver qué dice el médico cuando la examine de nuevo. Y tú te vienes esta noche a casa con nosotros. Rand me ha dicho que es una orden.
–Gracias, Annie. Te lo agradezco, pero no me voy a ir a ningún sitio. Me voy a quedar aquí, en caso de que se acuerde de algo y quiera verme.
–Entonces, nosotros nos quedaremos también contigo.
–No os puedo pedir eso.
–No nos lo has pedido. Te lo estoy ofreciendo. No lo olvides. También nosotros queremos a Diana. Espera aquí, que voy a ir a saludarla. A lo mejor no quiere hablar conmigo, pero a lo mejor sí. Ya que sabe la verdad sobre el bebé, no tengo que guardar ningún secreto. Creo que es importante que sepa que tiene amigos, aunque no se acuerde de nosotros.
–Gracias, Annie –le susurró.
–No tienes por qué dármelas. Siéntate y tómate algo –metió unas monedas en la máquina de refrescos y le dio uno–. Seguro que ni has desayunado.
–No.
–Rand vendrá en unos minutos. Le diré que nos traiga algo de comer.
Al igual que Roman, Annabelle trató de calmarlo. Se sentó y se puso a rezar para que Annabelle accionara algún mecanismo en Diana que la hiciera recordar su pasado. Pero en lo más recóndito de su alma seguía temiendo que el estado en que se encontraba fuera irreversible.
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