Mayas. El ciclo desconocido. Dino Alreich

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Mayas. El ciclo desconocido - Dino Alreich

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sonido del celular del señor Smith interrumpió la conversación.

      El señor Smith hablaba en voz muy baja por su celular. Por alguna razón no quería ser oído por nadie.

      –Objetivo cumplido. –dijo el señor Smith por medio de su celular.

      –Usted es un genio, siempre lo logra. –le contestó una voz femenina.

      –Veré de que manera pudo atraerlo a mi equipo de trabajo, así evitaré perderle el rastro. –dijo Smith–Usted, ¿consiguió la suya? –preguntó.

      –Claro que sí, estoy en eso. El hombre cayó rendido ante mis encantos. Si supiera lo que le espera. –dijo riendo la dama al teléfono–. Bafomet estará muy contento ante nuestras ofrendas. De seguro favorecerá todos nuestros proyectos.

      –Excelente. Nos reuniremos como lo acordamos de antemano el día 31 de Octubre en el altar de Bafomet en el lugar que anteriormente acordamos.–dijo Smith.

      –Allí nos veremos. –acordó la dama.

      –Adiós. –se despidió el señor Smith apagando su celular.

      –Discúlpeme. –se excusó el señor Smith retomando la conversación con el señor Burke–. Y usted, ¿a qué se dedica? –indagó.

      –Soy polifacético pues soy ministro de una iglesia bautista y durante el día soy fotógrafo y camarógrafo para un noticiero de mi país. –respondió Burke–. Vine a este aventurero viaje sólo, por el hecho que mi esposa falleció hace un mes de cáncer, pero se me ha hecho muy difícil superar su ausencia, es por esto que quise venir a México a ver si despejo un poco mi mente y la ocupo en otras cosas. Me han contado que México posee muchos lugares turísticos para ver y creo que esto servirá de terapia para mi mente.

      –Excelente idea. Mire, le propongo algo. Voy de camino hacia la zona arqueológica de Palenque en México. Allí hay diversidad de lugares muy interesantes los cuales usted puede visitar. También necesito de un fotógrafo que me asista mientras realizo las excavaciones junto con mi equipo de trabajo. Necesitaré de su ayuda tanto en el centro arqueológico así como en unas conferencias que debo dar en México. Si usted así lo quiere, bien me puede acompañar. –le propuso Smith.

      –Me parece muy interesante su propuesta y muy difícil de rechazar. Estaré alrededor de un mes en México por lo que accederé a su propuesta. –dijo Burke.

      Burke era un hombre a quien le gustaban las aventuras. Aquella propuesta que le hizo el Doctor Eugene Smith se le presentaba como una gran oportunidad. El destino parecía unir de forma casual a aquellos dos hombres en una amistad, sin embargo había algo más que los designios del destino. Por alguna oscura razón macabra el señor Smith había estado vigilando al señor Burke varias semanas anteriores sin que él siquiera lo notara.

       Un amigo es la persona que nos muestra el rumbo y recorre con nosotros una parte del camino.”

      –Francisco Alberoni

      Capítulo 2

       Menú a la mexicana

      Chiapas, México

       Misión Palenque

       1 de Octubre de 2011

       2:30 a.m.

      El Doctor Eugene Smith se mostró muy amable con el señor Burke quien no pudo resistir la oferta de visitar el sitio arqueológico de Palenque. Ambos arribaron en la madrugada en el Aeropuerto Internacional donde fueron conducidos por el equipo del señor Smith para ser llevados al hotel de cinco estrellas Misión Palenque.

      –¡Saludos! –dijo el chofer que aguardaba por el señor Smith–. ¿Cómo estuvo el viaje? –indagó.

      –Todo bien, no hubo inconvenientes. –respondió Smith.

      –Es muy grato verle de nuevo. –dijo el chofer.

      –Encontré una oveja perdida. –dijo jocosamente el señor Smith al chofer pero refiriéndose al señor Burke.

      –¡Que bien! –dijo el chofer.

      –Él es Carlos, y Carlos, él es el señor Jacob Burke. –dijo Smith presentando a ambos.

      –¿Quién es él? –indagó Carlos.

      –Es un fotógrafo religioso que me encontré en el camino. –respondió Smith de forma jocosa. –contestó Smith.

      –Pues creo que lo va a necesitar, ya que hay mucho por descubrir en esta zona. –dijo Carlos.

      –Eso es correcto. –dijo Smith.

      Carlos condujo a ambos al lujoso hotel desde donde partirían posteriormente a visitar el patrimonio cultural, la zona maya donde se encontraban los templos antiguos.

      Los nuevos inquilinos fueron recibidos de forma amable en aquel hotel y se les brindó a cada uno de cómodas habitaciones. Ambos cayeron rendidos de sueño debido al largo viaje.

      12:30 p.m.

      El Doctor Eugene Smith se encontraba preparándose para ir a almorzar cuando sonó su celular.

      –Sí, diga. –contestó Smith.

      –Señor Smith, espero que haya descansado lo suficiente. Le esperaré en el restaurante del hotel para así almorzar juntos. –le respondió Jacob Burke.

      –Me parece bien. En breve estaré allí. –le contestó Smith colgando el teléfono.

      Allí en el restaurante los meseros los atendieron de forma muy amable.

      –Señor Smith, no conozco mucho de comida mexicana. ¿Qué me recomienda? –preguntó Burke.

      –Bueno amigo, aquí hay una variedad de comidas muy sabrosas. Tiene en el menú lo que los mexicanos le llaman el “shote con momo”, esto lo elaboran con caracol de río, y le añaden hoja de yerba santa y masa de nixtamal. Si eres un amante del pescado, puedes probar el pescado sudado. Por otro lado, tienen los tamales chiapanecos y el pato en chilmol. –le recomendó Smith.

      –Se oye delicioso el menú. –comentó Burke.

      –No has escuchado nada todavía. Deja que pruebes el pozole, el mole, los tamales, los tacos y las enchiladas. –le recomendó Smith.

      –Me estás hablando en chino. –reaccionó Burke al no comprender el significado de algunos de los nombres de las comidas.

      –Esos son algunos de los platos de esta región. El pozole es una rica sopa de granos de maíz elaborada de forma muy especial, y le añaden cardo de pollo o de cerdo. El mole es otro plato que contiene carne de pavo o pollo cocido a la cacerola en un rico caldo de gallina y chocolate. Lo sabroso son los condimentos y salsas que les dan ese sabor tan peculiar. –le explicó Smith.

      –Los

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