E-Pack HQN Sherryl Woods 1. Sherryl Woods

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E-Pack HQN Sherryl Woods 1 - Sherryl Woods Pack

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contuvo un gruñido y siguió avanzando. Si hubiera podido, habría salido de la casa sin mirar atrás, pero la conmoción que habría causado con ello no habría merecido la pena. No, tenía que quedarse allí y hacer lo que pudiera por mantenerse alejada de Will para que ninguno de los ávidos observadores de su familia se pensara que algo había cambiado entre ellos… si es que algo había cambiado. Sinceramente, no podía estar segura.

      Cuando vio que la mesa del comedor ya estaba preparada y que no había rastro de su madre, salió afuera. Se sentó en la mecedora y al instante llegó Will con un gran ramo de flores.

      –Will, es muy mala idea. No deberías haberme traído flores. Va a ser como si removieras un avispero.

      Él se rio.

      –Pues entonces es una suerte que no sean para ti. Las he traído para tu abuela en agradecimiento por haber contado conmigo hoy.

      Jess se recostó contra la mecedora, no segura de si la respuesta la había dejado avergonzada o decepcionada.

      –Oh, claro. Le encantarán. Pero deberías saber que le interesa más la información.

      –¿Cómo?

      –Se ha enterado de lo del beso, y también Abby. Imagino que todos los demás lo saben también. Por lo que he oído, Dillon y Kate son más bocazas que los O’Brien.

      Él se sentó a su lado.

      –Entiendo.

      –La abuela cree que deberíamos aclarar nuestras historias.

      –¿Qué historias?

      –Esas en las que negamos cualquier cosa o intentamos convencerlos de que nuestros labios se engancharon de manera accidental –dijo encogiéndose de hombros–. Lo que sea con tal de que no aprovechen esto para empezar a ejercer de casamenteros.

      –¿Por qué creo que es un poco tarde para eso?

      –Porque conoces a los O’Brien. Siempre estamos ansiosos por inmiscuirnos en algo.

      –¿Y cuál es nuestra historia? ¿Se te ocurre algo?

      –Opto por probar la teoría del choque de labios accidental.

      Will se rio.

      –Nadie que nos viera aquella noche va a creerse eso. Con el primer beso, tal vez, pero fueron dos.

      –Me acuerdo –el segundo había sido más intenso aún que el primero–. A lo mejor no lo saben.

      –Tal vez, en lugar de preocuparte por ellos, deberíamos centrarnos en lo que significan los besos verdaderamente –sugirió mirándola directamente a los ojos de un modo que la dejó desconcertada.

      Jess sacudió la cabeza.

      –¿Por qué no?

      –No estoy preparada para empezar a analizar lo que pasó.

      –¿Preferirías pensar que no pasó nada?

      –Me gustaría intentarlo, pero estoy segura de que va a ser imposible.

      Will intentó ocultar una sonrisa, pero no lo logró del todo.

      –No dejes que eso se te suba a la cabeza. Solo estoy diciendo que no es tan fácil obviarlo.

      –A mí ni se me ocurriría intentarlo.

      –¿Por qué has venido?

      Él la miró un largo rato antes de responder:

      –Por el pollo y los buñuelos de tu abuela, por supuesto.

      –Sabes que Kevin ha cocinado, ¿verdad? Puede que no sea lo mismo que la comida de la abuela.

      Él se rio.

      –Imagino que se acercará mucho, y seguro que será mejor que cualquier cosa que yo pueda tener en el congelador.

      Jess se sintió culpable por haber insinuado que no debía haber ido.

      –Lo siento. Estoy siendo una egoísta. Es que no estoy preparada para todo esto, supongo. Para lo que sea que es esto.

      En lugar de intentar definírselo, él sacó una rosa blanca del ramo y se la dio.

      –No creo que Nell vaya a echarla en falta.

      Ella frunció el ceño e ignoró la flor. Tal vez fue un gesto dulce, pero de pronto no se sentía con humor para gestos dulces.

      –Gracias, pero incluso eso suscitará preguntas, Will. Lleva las flores dentro y ponlas en agua.

      –Jess, ¿tenemos que hablar? Podríamos marcharnos e ir a alguna otra parte, si quieres.

      –¿Qué tendríamos que hablar? –preguntó ella no del todo segura de por qué estaba tan furiosa. Nada de ese encuentro había salido tal y como había esperado. Y, a decir verdad, ni siquiera estaba segura de cuáles habían sido sus expectativas.

      Will parecía confuso, y con razón.

      –No estoy seguro de qué necesitaríamos hablar. Solo sé que, de pronto, te veo muy enfadada.

      –No estoy enfadada –dijo ella. Dolida, tal vez. Confundida, eso seguro. Pero no enfadada. ¿Había significado algo ese maldito beso después de todo? Will siempre hablaba de la sinceridad y de ser directo, pero no había dicho ni una sola palabra que indicara que el beso lo hubiera afectado de algún modo. Ella se había abierto, bueno… un poco…, pero lo único que había hecho él había sido destacar lo sucedido.

      Y aunque no parecía que la hubiera creído cuando había negado que estaba enfadada, simplemente asintió y se levantó.

      –Pues te veo dentro.

      Una vez se hubo ido, Jess suspiró. Iba a ser mucho más duro de lo que se había imaginado. Era como si el beso hubiera desencadenado toda clase de emociones inesperadas y ahora tuviera que guardarlas en su interior y fingir que no existían, no solo delante de su familia, sino también delante de Will.

      Una parte de ella quería entrar y dejarse llevar, pero sabía muy bien que si hacía lo que quería y besaba a Will delante de toda su familia para comprobar si la experiencia seguía siendo mágica, no habría vuelta atrás.

      Y aunque últimamente no estaba segura de muchas cosas, sí que estaba segura de que no estaba preparada para eso.

      Capítulo 6

      Will no tuvo mucho tiempo para preocuparse por el mal humor de Jess una vez la comida concluyó. Apenas habían terminado el postre cuando Susie apareció a su lado.

      –Tenemos que hablar –dijo inusualmente desanimada–. Fuera.

      Will miró al otro lado de la habitación, vio que Jess estaba saliendo de la cocina y supo que a ella no le gustaría que la acompañara. Forzó una sonrisa

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