Osteopatía y oftalmología. Léopold Busquet
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El cuerpo adiposo de la órbita, que ocupa la parte posterior de la cavidad, pertenece al sistema fascial, porque también es de origen mesodérmico y tiene caracteres estructurales de base equivalentes. Este paquete adiposo, que cala el ojo, está dividido en lóbulos reunidos con frecuencia por puentes y delimitados por los músculos rectos. Dichos lóbulos se insertan en la pared orbitaria por medio de la periórbita y están subdivididos en lóbulos por tabiques derivados de la cara externa de la cápsula de Tenon. Éstos desbordan por delante del globo mediante prolongaciones que se sitúan entre el ojo y el septo orbitario; como uno, al nivel superior, que constituye un verdadero lóbulo independiente.
La grasa blanca que forma este cojín adiposo es sensible a las influencias hormonales, en particular de la TSH (tireostimulina hipofisaria). Por consiguiente, en los hipertiroidismos tóxicos, con una tasa elevada de TSH, veremos aparecer una exoftalmía bilateral por proliferación de la grasa orbitaria, asociada a edema.
3) Por delante de la cavidad orbitaria se encuentran los alerones musculares. Están constituidos por la cápsula y las vainas confundidas, que forman expansiones aponeuróticas orbitarias y crean un diafragma adiposo abierto por delante y que se engrosa en algunas partes. Aseguran la posición y estabilidad del ojo.
Relaciones osteopáticas
Este conjunto fascial al que se añaden las túnicas propias del globo, la esclerótica en particular, se continúa directamente con la duramadre craneal, que, por lo tanto, va a estar relativamente sometida a sus movimientos y tensiones.
En efecto:
– La hoja parietal de la duramadre, una vez ha pasado por el agujero óptico y la hendidura esfenoidal, se extiende sobre la órbita, se adhiere a las suturas y constituye la periórbita. Ésta se engrosa en determinados niveles para dar nacimiento a las vainas de los músculos motores del ojo.
– La hoja visceral constituye, a partir del conducto óptico, la vaina del nervio óptico, que se continúa sin demarcación con la esclerótica del ojo, después de haber dado nacimiento a la cápsula de Tenon al nivel de la cisura escleroóptica.
– Las prolongaciones de esas dos hojas van a fusionarse en la parte anterior de la cápsula de Tenon y a participar en la constitución de los alerones musculares, que a su vez se insertarán en el reborde óseo y se continuarán por el periostio de la cara.A continuación, el periostio dará nacimiento a las aponeurosis maseterinas, temporales, buccinadoras, etc.;
– Por delante de la órbita, este sistema fascial está unido a la conjuntiva ocular, mucosa blanda perteneciente también a las fascias.
Así pues, la cavidad orbitaria es un lugar privilegiado debido a que en su seno se organiza:
– una emergencia de la duramadre;
Figura 23: Sistema fascial orbitario y ocular.
– una gran reunión de fascias de diferentes tipos y niveles,
– una importante relación fluídica (que será descrita en el capítulo 7) entre la sangre, la linfa, el humor acuoso y el líquido cefalorraquídeo.
Así pues, el mecanismo de respiración primaria será especialmente importante al nivel de la órbita y de su contenido, donde las tensiones membranosas se reflejarán de inmediato y podrán afectar más o menos la visión.
CAPÍTULO 6
Sistema de protección ocular
El sistema de protección ocular está formado por los párpados y las cejas, la conjuntiva y el aparato lagrimal.
1. Los párpados
Son dos velos musculomembranosos, uno superior y otro inferior, separados por la hendidura palpebral.
Están formados por dos hojas, la anterior cutánea, la posterior mucosa, entre las que se encuentran una serie de formaciones musculares, fibrosas y glandulares (fig. 24).
Se puede observar:
a) una cara anterior cutánea:
– el párpado superior, ceñido al globo, muy móvil, es mucho más vasto que el inferior. Su parte central es lisa y rígida, mientras que su parte periférica aparece plegada y laxa;
– el párpado inferior, poco móvil, se reduce a un cojinete convexo separado de la mejilla y la nariz por la hendidura palpebrogeniana.
b) Un borde libre, cuya parte interna carece de pestañas y presenta los dos puntos y los 2 conductillos lagrimales.
Este borde de 2 milímetros de ancho posee dos labios:
– El labio anterior, sobre el que se implantan las pestañas (de 70 a 160 pestañas para el párpado superior, de 70 a 80 para el inferior) en tres a cinco hileras paralelas. A cada pestaña está unida una glándula sebácea rudimentaria o glándula de Zeiss y entre las pestañas van a parar las glándulas sudoríparas o glándulas de Moll (ciliares).
– El labio posterior o mucosa, por delante del cual se ven los puntitos blanquecinos de los orificios de las glándulas sebáceas de Meibomius.
– Los dos bordes de los párpados circunscriben la hendidura palpebral, que se termina, hacia el exterior, por el canto externo, o comisura externa, marcado por las arrugas de la pata de gallo, y, en el interior, por el canto interno, donde se halla la carúncula lagrimal.
c) Una cara posterior o conjuntival, formada por la conjuntiva palpebral unida a los tarsos y a las glándulas de Meibomius (tarsales).
Constitución de los párpados
De fuera adentro encontramos siete planos superpuestos:
a) La piel, flexible y móvil contiene células pigmentarias más o menos abundantes. En esta capa cutánea se implantan las pestañas, las glándulas de Zeiss y de Moll.
b) Una capa celulosa subcutánea, suelta, que se deja infiltrar fácilmente por líquidos y gases.
c) El plano muscular superficial, constituido por el músculo orbicular de los párpados, en forma de anillo elíptico que rodea la hendidura palpebral y que comprende dos partes:
– una parte orbitaria, periférica, que se inserta en el reborde de la órbita,
– una parte palpebral, central, que va del ligamento palpebral externo
(que se inserta en el tubérculo de Whitnall del malar) al ligamento palpebral interno (que se inserta en las crestas lagrimales del unguis y del maxilar superior) (fig. 25);
– los fascículos del orbicular, situados cerca de la parte interna del borde libre de los párpados, denominados músculo de Horner o músculo dilatador del saco lagrimal.
Observación: