Osteopatía y oftalmología. Léopold Busquet

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Osteopatía y oftalmología - Léopold Busquet

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craneal).

      d) El tejido celular pretarsal, suelto y abundante.

      e) La capa fibroelástica, formada por el ligamento ancho (o septo orbitario) y los tarsos.

      – Los tarsos son dos láminas fibrosas gruesas y resistentes, de 5 a 10 milímetros de alto, que ocupan la parte central de los párpados (cerca del borde libre). Están unidos a la órbita por los ligamentos palpebrales externo e interno y contienen las glándulas de Meibomius;

      – el septo orbitario forma una cinta fibrosa que une el borde periférico del tarso con el reborde orbitario, cerca del cual está perforada para dejar pasar los elementos vasculonerviosos que salen de la órbita.

      Figura 24: Corte esquemático del párpado.

      f) El plano muscular profundo está formado por dos músculos lisos: los músculos palpebrales superior e inferior. Estos dos músculos, delgados y verticales, unen el borde superior e inferior de los tarsos al tendón del músculo elevador del párpado superior (músculo palpebral superior) y al músculo recto inferior (para el músculo palpebral inferior).

      Clínica: esos músculos son inervados por las fibras ortosimpáticas cervicales, que inervan a su vez el músculo dilatador de la pupila. Por eso, en caso de lesiones de la ortosimpática cervical, puede aparecer una ligera ptosis del párpado y una miosis.

      g) La capa mucosa formada por la hoja palpebral de la conjuntiva.

      Observación: las secreciones de las diferentes glándulas de los párpados (Zeiss, Moll y Meibomius) son reguladas esencialmente por los filetes parasimpáticos del ramo lagrimopalpebral que, procedente del ganglio esfenopalatino, penetra en la órbita por la hendidura esfenomaxilar y de forma secundaria por los filetes ortosimpáticos procedentes del plexo simpático pericarotídeo (sobre todo los que se dirigen a las glándulas sudoríparas de Moll).

      Papel de los párpados

      – Protegen el ojo contra agentes externos (luz, frío, calor, polvo).

      – Extienden el líquido lagrimal y humidifican la córnea.

      – Favorecen la evacuación de las lágrimas (músculo de Horner).

      – Permiten el reposo del músculo elevador del párpado superior.

      – Favorecen la regeneración de los pigmentos retinianos.

      Los movimientos de los párpados

      Están determinados por dos músculos antagonistas:

      – el elevador del párpado superior (inervado por el III),

      – el orbicular de los párpados, que los cierra (inervado por el VII).

      Figura 25: Músculo orbicular del párpado.

      Existen cuatro tipos de movimientos:

      a) Un movimiento espontáneo de parpadeo, con una frecuencia variable de 10 a 20 cierres por minuto, provocado por la fatiga del elevador del párpado superior;

      b) Un movimiento reflejo de protección que es causa de los diferentes reflejos:

      – corneopalpebral y nasopalpebral, en el que actúan los nervios V y VII;

      – opticopalpebral, determinado por el II y el VII nervios craneales;

      c) Un movimiento automático en la expresión de los estados emotivos y en el reflejo psicopalpebral.

      d) Un movimiento voluntario que permite cerrar ambos ojos o uno solo.

      Observación: la actividad del músculo elevador está asociada a la de los músculos recto superior y oblicuo menor. Cuando miramos hacia arriba, el párpado superior se eleva; de la misma manera, cuando llevamos la mirada hacia abajo, el párpado inferior desciende.

      Datos clínicos

      – La ptosis del párpado superior aparece como consecuencia de la afección o parálisis del nervio oculomotor (asociada a un estrabismo) o del plexo ortosimpático cervical (asociado a miosis), como en el síndrome de Claude-Bernard-Horner o el de Rheder.

      – En el niño puede existir ptosis congénita (algunas veces familiar) debida, en ciertos casos, a una lesión congénita del músculo elevador del párpado.

      – La imposibilidad de cerrar los párpados es signo de parálisis facial por afección del nervio facial.

      – La imposibilidad de hacer descender el párpado inferior cuando el sujeto mira hacia abajo es frecuente en el bocio exoftálmico.

      – Algunas lesiones del párpado producen astigmatismo por presión irregular sobre la córnea.

      Relaciones osteopáticas

      Recordemos que en todo espasmo, fibrilación o tic del párpado, habremos de verificar:

      – La articulación entre el frontal y el ala menor del esfenoides, habida cuenta de la inserción posterior del músculo elevador del párpado superior sobre esta sutura.

      – La posición y movilidad del malar, en el que se inserta el alerón externo del músculo elevador y el ligamento palpebral externo.

      – La movilidad del unguis y del maxilar superior. En efecto, en éstos se insertan los dos tendones del ligamento palpebral interno y el músculo de Horner.

      – La articulación temporomandibular, junto a la que pasan ramos del nervio facial destinados al músculo orbicular de los párpados (ramos palpebral y suborbitario).

      – La charnela cervicodorsal, a causa de la proximidad de los centros ortosimpáticos en relación con la inervación simpática de los músculos lisos palpebrales.

      Elementos patológicos

      – El orzuelo es un furúnculo del párpado debido a la inflamación de las glándulas sebáceas de Zeiss.

      – La blefaritis es una inflamación de las glándulas sudoríparas de Moll.

      – El calacio es un pequeño tumor del párpado que se desarrolla en el tarso como consecuencia de una inflamación de las glándulas de Meibomius.

      Ante estas diferentes afecciones, el osteópata debe considerar ciertos encadenamientos de posibles causas.

      Tendrá que tener en cuenta:

      – el papel de “terreno”, en particular de la diabetes y del alcoholismo,

      – los errores y excesos alimentarios, que producen saturación toxínica,

      Figura

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