Decadencia. Adrian Andrade
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Tal como Heros lo había pronosticado, tres naves puntiagudas atravesaron el casco en el extremo izquierdo del Hangar. Ya era demasiado tarde para echarse para atrás, por lo tanto Heros debía sacarle provecho al escaso armamento que portaba.
La estructura puntiaguda explotó asesinando a los infantes, cabos, administradores, técnicos, cocineros u otros servidores que ambulaban cerca. Nadie estuvo exento.
—¡Todos a sus puestos de combate! —ordenó Heros cubriéndose con una columna.
Los soldados hicieron tal como se les ordenó y rodearon las tres naves infiltradas, sin dejar de apuntar a las rampas.
—Vamos Enforcer —susurró Heros anticipando su maniobra de asalto— ¡Qué estás esperando!
En cuanto Enforcer dio su primer paso en el interior del Sentry Shuttle, Heros supo en ese instante que se trataba en sí de una carrera hacía las únicas dos salas de evacuación; esperaba y a estas alturas existiese solo una funcional, tal como se lo había ordenado a Bryan, ya que su táctica consistía en ponerle una trampa a Enforcer conduciéndolo a la única sala con acceso directo al computador integrado en su visor.
El momento de ensuciarse las manos había llegado, Heros había esperado con ansias durante meses para dar la orden.
—¡Fuego!
Y así la batalla por el Sentry Shuttle había comenzado.
II
Un batallón de humaliedroides liderado por Enforcer logró invadir el Hangar del todavía resistente Sentry Shuttle. Por el debido momento, los bombardeos se habían detenido dándoles la total ventaja a los dos frentes de librar su batalla sin tambaleos.
Enforcer no perdió tiempo en desengancharse de la resistencia, una vez desatado el fuego cruzado sólo optó por dirigirse al ascensor de carga del cual se comunicaba con la cocina del nivel intermedio y la bodega del último nivel. Esto se había construido de esa forma con la finalidad de trasladar la mercancía en mayoreo a cualquiera de los tres niveles.
Parecía como si alguien ya le había informado a Enforcer sobre los planos del Sentry Shuttle porque iba derechito a las salas de evacuación. Ante este imprevisto, Heros no tuvo alternativa que ponerse al corriente, así que abrió el canal de comunicación con Bryan para verificar su estatus.
—Reporte Sargento, qué ha sido de…
—Acabo de evacuar a los oficiales —interrumpió sin dejarlo concluir—, nos encontramos colocando los explosivos pero si mal calculamos podríamos crear una brecha demasiado enorme que nuestros escudos antigravedad pudieran no contenerla.
—¡Dejen de calcular y vuelan la maldita sala!
—Pero...
—Enforcer va en camino Sargento, esto tiene que suceder ahora mismo.
—Entendido señor, sujétese —advirtió.
Heros no tenía tiempo para cubrirse del impacto, se lanzó a la fuga y en el proceso se barrió por el suelo logrando meterse al ascensor con el impulso de una calculada explosión fusionada ante un par de granadas que él mismo había arrojado con el motivo de ser impulsado como también excluir a los lacayos de Enforcer.
Las puertas se cerraron apenas detrás de él quedándose casi frente a frente con Enforcer y a solas como él había querido.
—Heros Durion —exclamó Enforcer con un gesto amistoso.
—Que tal Enforcer —respondió en misma sintonía, acostado en el suelo en una graciosa pose mientras recuperaba el aire.
—¿No piensas levantarte?
Heros miró su reloj y le hizo una señal de aguardar.
—Un segundo.
En eso una segunda y más rotunda explosión retumbó por cada uno de los tres niveles. Tal parecía Bryan había llevado a cabo la peligrosa maniobra de forma exitosa ya que todavía seguían vivos.
El elevador se detuvo momentáneamente por precaución pero después retomó su rumbo al estabilizarse el crucero.
Tanto Enforcer como Heros se encontraban de pie, con la gran excepción de que Heros se encontraba obstruyéndole su salida. La frustración comenzaba a notársele en el rostro descubierto, inclusive podría notarse la desesperación en sus ojos cada vez más morados por la intensidad de su coraje al no poder zafarse de Heros.
A excepción de Executor y otros humaliedroides, Enforcer no portaba una armadura completa, sólo accesorios básicos de tonos guindas en abrazaderas, coderas, rodilleras, etc. Nada de cascos o máscaras para así ver con sus propios ojos lo que estaba haciendo o lo que estaba por hacer.
Principalmente portaba un uniforme de auténtica piel recubierta por una gabardina que conectaba con su camisa y pantalones. La tonalidad daba cerca del gris oscuro aunque de acorde a la iluminación tendía a dar al rojo o morado oscuro quizás por facilitar el flujo sanguíneo; con la obvia excepción de la blancura de sus guantes los cuales destacaban por su contraste al irse al extremo claro de ese mismo tono ilusivo.
—¡Muévete!
Enforcer amenazó a Heros al apuntarle con una de sus manos enfundadas esperando que llegara a sus sentidos y lo dejara pasar, lo cual al cabo de un minuto se dio cuenta que no iba a suceder.
—Vamos Enforcer, te reto a que uses tu fuerza.
Debido a la masiva sonda de fuerza que solía desatar, Enforcer no podía arriesgarse a implementar su poderosa habilidad dentro de un frágil compartimento. Su estallido podría originar incluso su propia muerte tanto adentro como en el espacio si la estructura se desprendiese a consecuencia de ello.
—Astuto y tonto a la vez.
Heros volvió a sonreír al darse cuenta de su ligera ventaja.
—¿Realmente crees que me has ganado?
—Sí.
Sospechándose de un As debajo de la manga, Enforcer inclinó la cabeza ante su exceso de confianza y batió con un ligero pulso de su fuerza una granada arrojada por Heros mientras éste saltaba al área de los comedores para cubrirse.
En ese preciso momento en que las puertas del elevador se habían abierto, Enforcer le adivinó la jugada al tratar de emitir la sonda más débil posible, aunque de igual forma no pudo contenerse porque ni siquiera ninguna de las mesas pudo proteger del todo a Heros quien terminó sufriendo el impacto de los escombros.
Estando sepultado entre los despojos, Enforcer se puso de pie tras haber resbalado por el efecto colateral y sin darse cuenta le pasó por un lado en su recorrido hacía las salas de evacuación. No tardó mucho en ser acompañado por varios de sus secuaces.
—¿Sargento, me escucha? —susurró Heros a través del comunicador integrado en su visor para no ser descubierto por el enemigo andante— Bryan, responde.
Heros guardó absoluto silencio ante