Decadencia. Adrian Andrade

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Decadencia - Adrian Andrade Decadencia

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el crucero debía resistir en orden de llevar a cabo una exitosa evacuación. Por más que odiaría confesarlo, el Sentry Shuttle estaba perdido.

      La escotilla para ingresar al primer y substancial nivel se encontraba obstruida. Heros maldijo por unos segundos hasta recapacitar en este innecesario ritual humano. Era ilógico que regresara al segundo nivel, otra vez era atravesar por la cocina sólo para volver a subir por el cuarto de armas secundarias del franco izquierdo.

      Ante otro molesto zumbido ocasionado por las explosiones externas, Heros se acordó del pequeño láser que cargaba en uno de sus compartimentos secretos de su chaleco metalizado. Rápidamente lo extrajo y en cuanto estuvo a punto de encenderlo, el Sentry Shuttle sufrió un imprevisto giro del cual provocó que se le deslizara por el ahora descendente pasillo.

      De inmediato Heros se explayó por la áspera estructura hasta sostener el láser portátil entre sus manos. Esta vez trató de sujetarlo con fuerza mientras el crucero se aplanaba. Por un momento pareció haberse perdido la esperanza, pero he aquí se encontraba otra vez de pie observando como los sobrevivientes tomaban los lugares de los caídos con tal de ejecutar las defensas de la nave a su máximo potencial.

      Al menos las ametralladoras en cada nivel parecían repeler el ataque enemigo, aunque no podía darse el lujo de confiarse de más; necesitaba recurrir al puente de mando para tener una noción de este giro inesperado de eventos y supervisar las maniobras desencadenadas como corregirlas en orden de mantener activo este transporte.

      Apoyándose con el barandal, Heros comenzó a quemar la cerradura de la escotilla. Una vez destrozada, pateó con insistencia hasta que esta cosa se desprendió por el otro lado. Cuidadosamente se puso de rodillas y estiró su espalda para gatear por el túnel ubicado en uno de los extremos de la zona de despegue.

      Más que una plataforma podría considerarse como un hangar para toda clase de aeronaves, aunque no sólo era un espacio exclusivo para los pilotos, puesto que en el otro extremo se había construido un área de entrenamiento militar para que los soldados pudieran llevar a cabo sus entrenamientos de campo.

      La terraza deslizante se encontraba cerrada ante el fuego enemigo, lo cual Heros lo tomó como prudencia. Sin embargo, seguía sin tener una visión clara de la batalla que lo rodeaba en el exterior. Para su asombro, se encontró con que el elevador hacía el último nivel estaba funcionando; esto si era imprudente ya que quién estaría loco como para arriesgarse a transportar mercancía en víspera de la constante inestabilidad.

      La respuesta a su inquietud fue contestada al instante en que sus ojos captaron a Bryan quien estuvo a punto de regresarse abruptamente hasta el fondo con todo y elevador si no hubiese sido por los reflejos de primera clase de Heros.

      —Sargento González —lo estabilizó conforme se desplazaba hacía el puente de mando—. Desconocía que tuvieras delirios de grandeza, tanto como para suicidarte.

      Bryan lo saludó con formalidad y ambos retomaron su rumbo hacia el fondo izquierdo, haciendo caso omiso de las maniobras agresivas de sus compañeros.

      —Perdóneme Subteniente Durion, me enviaron a inspeccionar las instalaciones eléctricas.

      —¿Y cuál es el estatus?

      —Grave Subteniente, estamos perdiendo energía y rápido.

      Heros y Bryan deslizaron sus tarjetas en los lectores obteniendo el libre ingreso al conducto que conllevaba al puente de mando. Tras cerrarse la primera compuerta detrás de ellos, la segunda enfrente se deslizó revelando un gran vació debajo de sus pies.

      Bryan se adelantó y tecleó un comando en la consola que tenía a un lado de él. Tras darle aceptar, un pasillo comenzó a cubrir parte del vacío; aquello había sido establecido como medida de seguridad para impedir el cruce del personal no autorizado.

      Conforme se extendía el invocado pasillo, Heros y Bryan se sujetaron de las agarraderas para evitar que un imprevisto estruendo los hiciera caer al acantilado. En aproximadamente un minuto, ambos extremos se interconectaron restableciéndose el conducto al puente de mando.

      De nueva cuenta tuvieron que insertar sus tarjetas para activar la cúpula la cual tras girarse se reveló un set de escaleras en forma espiral que ascendían hacía la superficie de mando. Bryan le cedió el paso como era costumbre y Heros no titubeó en tomar la delantera.

      Finalmente había llegado al puente de mando aunque para su asombro lo primero que contempló, a través de la prolongada y curveada superficie cristalina que envolvía este centro, lo dejó en absoluto silencio. Se le dificultaba comprender las razones detrás de aquellas irrespirables circunstancias que se desenvolvían enfrente de éste.

      No era tanto el conteo de los daños infligidos en el Sentry Shuttle a consecuencia del enjambre de naves enemigas que los acechaba, sino se trataba de la infinidad de destellos amarillos y rojizos que se registraban en el delicado planeta Tierra.

      De por sí había sido sometido bajo un escudo protector referido como el Sensor para justo contrarrestar estas perceptibles fracturas. Era obvio que este Sensor había fallado o quizás había sido inhabilitado desde su interior para encontrarse en dicho infierno.

      Una vez que aquel incendio comenzara a desvanecerse, los colores cafés, verdes y azules se volverían negros, grises y rojos ante la ceniza reflejada por el sol y la sangre derramada.

      Tanto deseaba que este innecesario sufrimiento terminara, más el duelo por la Tierra tendría que esperar, había asuntos mucho más importantes por lidiar en este instante y requerirían de su directa involucración.

      En primera instancia debía descubrir cómo había sucedido aquella explosiva tragedia. Ni siquiera hubo indicios o mensajes para mantenerlo en alerta. Bien sabía que las transmisiones con las Centrales de Replicantes Infiltrados (CRIs) eran procesadas únicamente por el Cuartel Replicante, referido también como El Hexágono.

      Bajo el motivo de evitar esta clase de desastres, el Sentry Shuttle dependía también de la energía bloqueadora del sensor de protección. Como tal era comprensible el por qué este crucero espacial había sido puesto en eminente peligro.

      La Legión Suprema había recibido por primera vez en años la oportunidad de destruir esta nave intermediaria de una vez por todas y por lo visto, estaban agotando hasta sus máximos recursos por derribarlos en pleno espacio.

      Aunque a Heros le doliera admitirlo, estaban haciendo un magnífico trabajo porque ninguno de los oficiales había ordenado el despegue inmediato de las naves defensivas. Incluso nadie parecía estar consciente de su presencia, ni siquiera el Capitán Stokes.

      Hasta eso ¿dónde se encontraba el Teniente Takemura? Probablemente dándoles un tedioso tour al Almirante y Vicealmirante por las instalaciones hidráulicas del tercer y último nivel del crucero. Después de todo, le encantaba las relaciones públicas, siempre y cuando le dieran la oportunidad de besar traseros porque desde meses había recalcado su urgencia por comandar un crucero de su propia talla.

      Ahora, quizás aquel deseo dejaría de existir porque ante aquellos brutales estruendos, era un hecho que la aspereza puntiaguda de aquellos compartimentos lo hubiese matado, a él y ni se diga de sus cordiales y buenos para nada.

      —Subteniente Durion —Whalfer notó su presencia lo cual ya venía siendo hora—. Bajo estas circunstancias, me da bastante gusto verlo con vida.

      —Por el debido momento —pausó al prevenir el repentino estruendo—, Capitán Stokes ¿qué fue lo que pasó?

      —El

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