Decadencia. Adrian Andrade
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Era una especie de firma digital que solamente él podía reconocer, podría decirse que era parte de sus dones como híbrido puesto que Heros no era cien por ciento humano. Al igual que Elder, compartía su genética y físico con la excepción de poseer canas rojas en la misma tonalidad de sus ojos.
Curioso haber pensado en aquel nombre tras vincularse con el Sector Cero dado que Executor había creado una especie de triangulación al interceptar un reporte que incriminaba a Hanna, una trabajadora que servía al Dr. Berger.
—¡Elder! —suspiró al descubrir que seguía con vida.
Heros volvió a concentrarse en el computador integrado en sus lentes de contacto, monitoreando la caja negra del Sector Cero, donde dentro visualizó el atrevido rescate por parte de la Teniente Wells.
—Warwick lo supo todo este tiempo —suspiró— ¿Por qué nunca dijo nada?
En eso la imagen visual se borró y con una ligera pulsada, Heros desactivó la modalidad de investigación, transparentándose sus lentes de nuevo.
Era obvio que alguien le había asistido a Executor en la destrucción del Sensor, y quizás ese alguien también lo encarriló rumbo a Elder. Necesitaba esclarecer esa interrogante antes de proceder.
La evidencia apuntaba a un traidor en la Tierra, era un hecho y si su presentimiento resultase cierto, existía todavía un segundo a bordo de este mismo crucero porque habría sido el modo más viable de proporcionarle el pase directo a Executor al cuadrante zeta, uno de los cuadrantes más susceptibles al mal funcionamiento debido a los cortes causados por la inestable atmosfera.
El tiempo había llegado, estaba seguro de ello. No que lo hubiese estado esperando sino había sido programado para cuando este día llegase. El Procedimiento de Encierro era una modalidad que éste compartía con otro más y para su emoción había sido activado.
Físicamente se había preparado para ello mediante intensos circuitos de ejercicios, largos trotes en los pasillos y sesiones de meditación para ponerse en contacto con sus sentidos y agilizar su mente.
Este protocolo de rescate y extracción no era para tomarse a la ligera como se le había anunciado la primera y exclusiva vez que se le asignó. La salvación de la humanidad estaba en juego porque prácticamente la victoria dependía de Elder y por ende, debía rescatarlo de aquel infierno desatado y traerlo de regreso al espacio. Reubicarlo en el acorazado más fortificado de la Facción Replicante o por lo menos llevarlo lo más lejos posible de las garras de sus enemigos.
En base a su acertada teoría de un posible traidor entre la tripulación, Heros no podía fiarse de nadie, ni siquiera de Bryan o Whalfer. Así que primero lo primero, debía destruir este crucero y debía hacerlo antes de que los humaliedroides la abordaran con ayuda de este misterioso renegado, aunque dudaba que se le presentase así de la nada. El anonimato lo mantenía al margen de las novedades de los Replicantes y ni se diga su seguridad, por lo que no la sacrificaría por el debido momento.
—Sargento —retomando el paso.
—Diga Subteniente.
—En ausencia del Teniente Takemura, absorbo las obligaciones de su puesto de mando y ejecuto la orden de ensamblar un equipo de sus mejores soldados con el objetivo de acudir al tercer nivel para ubicar al Almirante y Vicealmirante. Una vez encontrados, escóltenlos hacía las cápsulas de escape del lado este. Tras cumplirse la evacuación, destruyan el compartimiento por completo.
—¿Señor?
—¡Sólo hágalo! —estipuló despreciando la duda.
—Sí Subteniente.
—¡Notifíqueme cuando esté hecho!
Heros solicitó aquello a Bryan mientras descendía al Hangar en conjunto con Whalfer, quien se encontraba más confuso ante el giro de eventos.
—Disculpe Subteniente ¿acaso habrá una invasión aquí adentro?
—Capitán Stokes, la razón por la cual todavía este vehículo existe es porque la Legión pretende usarlo como un medio de transporte para aterrizar en la Tierra, dado que su código de identificación la pone a salvo del segundo mecanismo de autodefensa del Hexágono del cual quiero suponer que sigue activo; sí es el caso, es altamente probable que busquen anularlo a través del Sentry Shuttle.
—Pero no lo sabemos con certeza y aunque fuese la excepción, las probabilidades de que sigan funcionales las armas son nulas ¡Nada sobrevive en un holocausto nuclear y mucho menos de esa magnitud!
—Al igual que nosotros, la Legión lo desconoce y por eso no creo que el Alto Supremo quiera sacrificar a una flota entera, no sin antes cerciorarse personalmente ¿entiende?
—Enforcer—suspiró Whalfer tocándose el mentón ante el brote de nervios—, enviará a Enforcer para hacerse cargo.
—Así es —asintió Heros—, y seguramente ya se encuentre en camino.
—¡Sellen el puente! —Ordenó Whalfer validando la teoría de Heros.
—Nadie debe de entrar ¿entendido? —Heros declaró a su alrededor— ¡Defiendan al máximo este puente porque no sólo sus vidas dependen de ello! —pausó un momento para profundizar en la atención generada— Sino también los que radican allá abajo en la Tierra —alzó su mano señalando al frágil y decadente planeta en llamas.
La tripulación del puente respondió con el saludo oficial de la Facción Replicante del cual consistía en extender el brazo derecho a la altura del pecho y doblarlo hacía uno mismo generándose una especie de postura defensiva seguida de una inclinación del cuerpo y cabeza para confirmar la devoción y respeto hacia ellos como a la humanidad.
Tanto formalismo le daba agruras a Heros, pero era el único modo de motivarlos por lo que no tuvo remedio que responderles con la misma formalidad. Además era parte del protocolo.
—¿Y tú a dónde vas?
Al verlo retomar el paso hacía la tripulación, Whalfer no pudo evitar preguntarle sobre sus nuevas intenciones. Heros interrumpió su paso manteniéndose inmóvil frente a las escaleras circulares. Con lentitud volteó su cabeza hasta conectar con los ojos del todavía ansioso Whalfer.
—Me haré cargo de nuestros no invitados.
Whalfer se quedó sin palabras ante la sonrisa maliciosa. Más claro que el agua no podía estar. En orden de sobrevivir un ataque directo de Enforcer, Heros debía estar liderando en el frente. Después de todo, era una leyenda de la misma talla y en un descuido, mejor aún.
Mientras que Whalfer se enfocaba en sus labores de defensa y pilotaje, Heros reanudó su descenso presenciando a la vez el bloqueo al puente. En cuanto emergió al hangar, la compuerta detrás de él se selló deshabilitándose automáticamente los lectores que la respaldaban.
Con sutileza alzó su mano derecha y con su pulgar se tocó la extremidad de su lente derecho activándose la modalidad de ataque. La transparencia se tornó negra de las cuales lucía un escrito en color guinda que oficializaba el Procedimiento de Encierro.