ORCAS Supremacía en el mar. Orcaman

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ORCAS Supremacía en el mar - Orcaman

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los investigadores que escucharon y vieron las imágenes que mostré en mi presentación durante la Third Biennal Conference of Biology of Marine Mammals. Seattle, Washington, USA, quienes por primera vez veían esa conducta en orcas.

      Esta segunda edición les permitirá a los amantes de las orcas libres, conocer los últimos acontecimientos como así también seguir de cerca que sucede con las capturas de orcas para que los acuarios sigan lucrando. Espero que este segundo libro pueda llenar el espacio que aún existe en Argentina para llegar a la comprensión de la conducta de orcas, no como ballena asesina, sino como un delfin que cumplen con el equilibrio de un ecosistema, que algunos humanos se empeñan en destruir motivados por la explotación de sus recursos ya no tan renovables, vaciando sus zonas de pesca y usando el mar como un gran recipiente de residuos. Es mi intención que a través de sus páginas pueda hacerlos sentirse parte de mis vivencias, luchas y respeto hacia las orcas, con la esperanza de que al final sientan la motivación que me hizo sentir la necesidad de estudiarlas y seguirlas tras su estela, esta vez como Guardaparque de una zona maravillosa donde se protege a las ballenas francas del sur, o sería mejor decir ¡Donde nacen los gigantes!

       AGRADECIMIENTOS

      Escribir sobre mi trabajo de orcas en Península Valdés no habría sido posible sin la motivación que me brindó el amigo Adrián Giménez Hutton, quien me dio la posibilidad de hacerlo realidad cuando charlando sobre orcas en mi casa, café de por medio, me sugirió que debía escribir mis experiencias para que no se pierdan en el tiempo. Él, como director de la colección Rumbo Sur de editorial Sudamericana hizo realidad aquel proyecto. Adrián fue no solo un amigo, escritor, explorador, excelente abogado, sino que además, era el presidente del capítulo argentino de The Explorers Club de New York, del cual fui miembro. Lamentablemente, falleció el 28 de abril del 2001 en un accidente aéreo cuando, junto a otros nueve amigos, iba a Punta Bandera, dentro del Parque Nacional Los Glaciares; para hacer lo mismo que el perito Francisco Moreno hizo 124 años atrás: izar en ese lugar una bandera argentina.

      Mi extrema gratitud a Editorial Sudamericana, hoy Ramdon House Mondadori, quienes confiaron en mis solicitándome escribir la primera edición de este libro.

      Al Dr. Claudio Campagna a quien admiro y considero uno de los mejores especialistas del mundo en etología, quien además de compartir conmigo largas horas en Punta Norte leyendo y discutiendo libros sobre conducta animal, fue quien me hizo el honor de presentar la primera edición de este libro en Puerto Madryn.

      Al momento de agradecer seguramente voy a olvidar mencionar a varias personas que tuvieron algo que ver con mi trabajo, por ello pido perdón anticipado.

      A Jorge Alfredo Depasquali quien me ofreció su puesto de guardafauna.

      A Antonio Torrejón creador, a fines de los 60’, de las reservas de fauna de Chubut, quien me permitió ingresar al cuerpo de guardafauna y apoyó mi trabajo convirtiéndome en el primer guardafauna en realizar un trabajo de investigación científica. A Carlos Medina y su familia, compañero guardafauna en Punta Norte, con quien pasamos años cuidando y hablando con los visitantes, para que no solo vean la fauna, sino sepan que estaban mirando y comprendieran la necesidad de la conservación

      Estaré siempre agradecido al ya fallecido José Gaspar Pepitoni quien, como director de conservación de la provincia del Chubut y mi jefe directo, fue quien tramitó mi autorización oficialmente para que pudiera realizar tal actividad en el marco de mi trabajo como guardafauna de Punta Norte (1974 a 1986) y siempre apoyó e incentivó mi investigación.

      A Diana, en ese entonces mi esposa, quien colaboró en todo momento tanto en las tareas de la reserva y la investigación.

      Al Dr. Ph. Roger Payne y Katy, quienes supieron ofrecerme su amistad, familia y conocimientos tanto en Argentina como en los Estados Unidos impulsándome a estudiar orcas, siendo luego los padrinos de mi hija Jéssica. Con Roger compartí momentos de experimentación con sus innovadores equipos, en ocasiones algo peligrosos pero no por ello menos efectivos.

      Al Dr. Ph. Bernd Würsig y su esposa Melany quienes me brindaron su amistad y conocimientos, y además Bernd no solo aceptó ser mi asesor científico, a pesar que yo no lo era, sino que me facilitó su tiempo y se encargó de leer en inglés mi investigación sobre el varamiento intencional de orcas el 9 de octubre de 1979 en la 3° Bienal de Biología de Mamíferos Marinos en Seattle. Es en honor a ellos que las orcas Bernardo y Mel fueron bautizadas

      A la familia Nicoletti, a los fallecidos Jorge Pérez Serra y Héctor Mangini, quienes siento como parte de mi familia en Madryn, fueron los que me alentaron a dejar Buenos Aires para vivir en Patagonia y ser buzo profesional. Compartí con ellos hermosos años de actividades bajo el agua lo que me permitió ingresar al mundo de las orcas.

      Existen diversas personas y organizaciones sin cuya ayuda mi investigación reflejada en parte en este libro no hubiera sido posible, William Conway presidente Wildkife Conservation Society quien al visitarme en Punta Norte y compartir un día observando orcas, confió en mi trabajo y ofreció la ayuda necesaria para la continuidad del mismo y viajar a EEUU para presentar mi trabajo, a Whale and Dolphin Conservation Society, Walt Disney Productions, Subsecretaría de Ciencia y Tecnología e INIDEP, a la Dirección Nacional del Antártico, Instituto Antártico Argentino y Armada Argentina por su colaboración y apoyo a mis investigaciones en el maravilloso continente blanco. A mis compañeros y amigos de la Expedición Proyecto Orca Antártida 90-91, Ricardo Kruszewsky, Omar Molea y Carolina Diby.

      A Kenneth Norris y Michael Bigg, a Albert Erickson, Ken Balcomb, Paul Spong y Helena, John Ford, Christophe Guinet, Peter Tyack, Christopher y Jeany Clark, Kathleen O´Connell, Peter Bruchhausen, Peter Thomas y Sara Taber, Des y Jen Bartlett, Jerye Mooney, Miguel Iñiguez, Hugo Castello, Beatriz de Anigati (Embajada de Canadá), Mario Cozzuol, Luis Abel Orquera, Natalie Goodall (fallecida), María y Martín Hall, Ingrid Visser, Jeff Fott, David y Elizabeth Parer Cook, Juan Copello, Carlos Passera, José María Musmeci, Roberto García Vera, Valeria Falabella, Luis Antonio Borro, Pablo Pascuzzi, Willie Paats, Daniel Rivademar, Axel Bos, Alfredo Lichter, Sociedad Italiana de Puerto Madryn, José María Chiaramonte y Rubén Petrucci, Club Social y Deportivo Madryn, Alberto Roemmers, Municipalidad de Puerto Madryn.

      A quienes compartimos horas esperando orcas y trabajando en la reserva de fauna Dr. Gerardo Hasse (recientemente fallecido), Dr. Manfred Hasse, Eduardo Monteagudo. A quienes brindaron sus fotos y amistad esperando orcas: el fallecido Alberto Patrian quien nos dejó para siempre entre saltos de ballenas, Matías Soriano. Muy especialmente a mis vecinos más cercanos de la estancia La Ernestina a 5 kilómetros de Punta Norte, el ya fallecido “Gringo” Paz, a su esposa Eva, y la familia Copello quienes brindaron, tanto a mí como a mi familia, su ayuda y amistad con generosidad y gran calidez, continuando desde hace años la actividad turística y de investigación sobre orcas en Punta Norte.

      No puedo olvidar a quienes colaboraron en mis disertaciones y campañas contra el cautiverio: mis alumnos, profesores y directivos del Club Municipal de Ciencias de Puerto Madryn, None Torregianni, Analia Pirronitto, Aldana Baez, Chantal Arguiano. A Marcela Nabte, Emilia Castro Damiano, Bárbara Schapert, Lucia Alzugaray, Irene Cervera, Laura Ruiz, Pablo Meyer, Roberto García. A los directivos y personal del Museo Provincial De Ciencias Naturales y Oceanográfico de Puerto Madryn, quien me brindaron durante años el auditorio de ese maravilloso museo para dar un ciclo anual de charlas sobre orcas. A Néstor González de la empresa de viajes y turismo “Chucao” por su permanente colaboración en folletería contra el cautiverio y facilitándome la posibilidad de dar charlas sobre orcas a los miles de alumnos de diferentes escuelas de Argentina y Uruguay que realizan viajes de estudio a Puerto Madryn. Al gran amigo Sergio Rinaldi y su familia por facilitarme dar conferencias sobre la vida de las orcas en el maravilloso Ciclo de Ecología en la ciudad de Rosario. Al profesor Norberto Ovando de la Asociación Amigos

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