El comportamiento administrativo. Herbert Alexander Simon
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En realidad, la metáfora anatómica y fisiológica que utiliza Simon para que se comprenda el rol del diseño, sus resultados y los procesos es su manera, notable por cierto, de dar por terminada la discusión sobre la influencia del entorno en las entidades y en la organización, porque, en realidad, los verdaderos problemas son otros:
Los mecanismos de adaptación, es decir, la manera en que el proceso de decisión actúa como interfaz entre la institución y su entorno.
El tipo de problema y el proceso de representación que se manifiesta en los humanos y en computadoras y su influencia en el diseño de organizaciones.
En relación con los mecanismos de adaptación, estos se adquieren por aprendizaje y por el aprendizaje organizacional de los aprendizajes individuales, en interacción. En los humanos, este proceso es llevado a cabo por el cerebro, que procede de acuerdo con las leyes que gobiernan sus operaciones, y, para comprenderlas, se debe conocer el proceso mental humano de manera de determinar en qué condiciones el aprendizaje ocurrirá efectivamente. Los críticos aseveran que esta perspectiva reniega de los procesos de interacción social, porque el énfasis recae en el desarrollo individual de la adquisición de habilidades intelectuales (Gobet & Simon, 2000.a). Por el otro lado, la perspectiva situacional les otorga poca importancia a los individuos porque enfatiza más la participación y el conjunto: “No puede interpretarse que la perspectiva cognitiva niega el valor del aprendizaje en actividades grupales ni que la perspectiva situacional niega el valor del aprendizaje de individuos que trabajan solos. La diferencia entre perspectivas implica diferentes modos de focalizar la actividad de aprendizaje, pero ambas perspectivas proveen acciones de aprendizaje que pueden ocurrir en grupos o en actividades solitarias” (Anderson et al., 2000).
04. Elípticamente, la otra temática del capítulo que debe observarse es la solución de problemas, pues la relación de medios y fines y el proceso heurístico de creación de organizaciones constituyen un eje primordial en las investigaciones de Simon.
Solucionar un problema es transformar una situación dada en una situación deseada o propósito (Hayes, 1989). Según Simon, la solución puede ocurrir “...dentro de la mente, dentro de un computador, en alguna combinación de ambos o en interacción con un contexto externo” (Simon, 1999.e). Los ámbitos disciplinarios son diferentes:
En relación con el tipo de problemas y el proceso de representación, conviene remitirse a todos los trabajos de Simon y, especialmente, a los que cimentaron sus hipótesis, en orden de producción (Simon, 1956.b; Newell & Simon, 1956; Simon, 1957.c; Newell, et al., 1957.a; 1958.a; Simon & Newell, 1958; Newell, et al., 1959; Simon, 1960.b; 1961.e; Newell & Simon, 1961.a; 1961.b; 1961.c; Newell, et al., 1962; Simon & Newell, 1962; 1965; Simon, 1969.a; Simon & Barenfeld, 1969; Simon & Newell, 1971; Newell & Simon, 1972; Simon 1973.h; Simon & Lea, 1974; Hayes & Simon, 1974; Simon & Hayes, 1976.b; Greeg & Simon, 1976; Simon, 1978.b; Simon, 1979.l; Larkin et al., 1980; Simon, 1983.b; Ericsson & Simon, 1985; Langley et al., 1987; Kulkarni & Simon, 1988; Hayes, 1989; Simon, 1989.b; Kaplan & Simon, 1990; Qin & Simon, 1990; 1992; Newell, 1990; Simon, 1991.e; 1991.k; 1992.d; Tabachneck, et al., 1994; Simon, 1995.e; 1995.h; 1995.j; Qin & Simon, 1995; Simon, 1996.d; Kim & Simon, 1997; Tabachneck, et al. 1997; Simon, 1999.c; Fernandes & Simon, 1999; Simon & Wallace, 1999; Simon, 2001.a; 2001.f).
Con toda esa información y en una clasificación teórica de que “...los problemas también varían a lo largo de un continuo entre no estructurado y estructurado. El grado de definición depende del poder de la técnica de solución de problemas disponible” (Simon, 1999.c), vinculando sus características, se pueden resumir en un cuadro las particularidades de los tipos de problemas, las características, el lenguaje que debe utilizar, el grado de estructuración y el tipo de solución teórica (Basualdo, 2000).
El comentario de Simon remite al proceso de representación como eje. En un artículo posterior, aclaró el panorama: “Para resolver un problema, debe ser generada una representación o accederse a una representación preexistente. Una representación incluye: (1) una descripción de una situación dada, (2) operadores o acciones para cambiar la situación, y (3) pruebas o determinación de si los objetivos han sido alcanzados. En muchos problemas, el espacio de problema es muy amplio (en el ajedrez, contiene tal vez 10 a 20 estados posibles: en la vida real, muchos más)” (Simon, 1999.c).
El enfoque cognitivo provee de análisis acerca de los modos de conocimiento y cómo deben ser estructurados y sobre la estructura de conocimiento de los procesadores individuales (mentes humanas) para las tareas que requiere el entorno, sean estas viejas o nuevas, además de instruir acerca de los modelos de adquisición de conocimiento y su estructuración. El problema surge cuando el enfoque se orienta a las interacciones sociales de los individuos. En relación con la aplicación de la teoría de la solución humana de problemas al problema de diseño, tal vez debieran vincularse, como algunos autores lo han hecho (Foss & Foss, 2005), con las conclusiones relacionadas con la teoría de lo artificial y la complejidad (Simon, 1962.e) y con uno de los tipos característicos de problemas: los problemas no estructurados (Simon, 1973.h) y sus vinculaciones con las configuraciones (Brightman, 2007). En relación con los procesos cognitivos, conviene fundarse en que “...Los estudios cognitivos que tratan interacciones sociales pueden informarnos acerca de los modos en los cuales el procesador social del entorno influencia el aprendizaje que implica la comunicación humana en significados de motivación y simulación de pensamientos” (Okada & Simon, 1997).
De manera referencial e indirecta, Simon está indicando que la adaptación de la institución al entorno es un problema que debe resolverse con la ciencia y la tecnología disponibles. Y hoy en día ello implica, indudablemente, la remisión a la psicología cognitiva y a la inteligencia artificial, de ahí su referencia en el pie de página de sus comentarios de dos obras (Newell & Simon, 1972; Hayes & Simon, 1974). Esa fue su manera implícita de remitir a los avances de esas disciplinas en la generación de modelos.
05. En uno de sus últimos artículos (Simon, 2001.a), estableció las dos ramas de la inteligencia artificial, que se visualizan en el cuadro siguiente:
La tarea de diseño organizacional, actividad artificial, volitiva e inteligente, puede involucrar participación humana y de computadoras. La participación de los humanos (March & Simon, 1958) la percibimos como orientada por conductas, valores y metas, que actúan solucionando problemas y decidiendo, o siendo instrumentos pasivos. Sea individualmente o en grupo, con o sin auxilio de computadoras, desde una concepción racional (en términos de Simon), el resultado del diseño puede interpretarse como una relación de medios-fines y los avances científicos y tecnológicos concurren en auxilio; “El programa-ordenador puede ser diseñado para realizar esta clase de análisis de medios-fines (un programa de desempeño) o para comenzar con una búsqueda más primitiva y adquirir gradualmente la estrategia eficiente (un programa de aprendizaje)”.
“IA como ciencia de ingeniería pretende ampliar las capacidades de los ordenadores en comportamiento inteligente para aumentar y asistir a