Para Dios, tu boca es la respuesta a tu victoria y a tu avance en la vida.
Al cerrar tu boca estás manteniendo tu cielo cerrado. El mayor de todos los milagros es el de la creación, Dios creyó que la tierra podía ser habitada e hizo declaraciones audaces y allí estaba esta tierra.
Amigo, recuerda que estamos en el mundo, pero no somos del mundo. Vivimos por la fe, pero no por la vista.
La buena noticia es que nosotros como creyentes operamos en una longitud de onda diferente del mundo y nuestro Dios quiere distinguir y darnos mejores resultados en la vida.
¿Cómo lo conseguimos? A través de caminar de acuerdo a la palabra de Dios y luego haciendo declaraciones proféticas consistentes.
Cuando hay carencia, hacer declaraciones y provisiones desde el cielo seguramente vendrán. Cuando estés enfermo, declara tu curación y Jehová Dios te tocará y te sanará.
Cuando haya recesión, decreta que tu Dios suplirá todas tus necesidades de acuerdo a sus riquezas en gloria por Cristo Jesús.
Cuando empieces a hablar decreta y decláralo con tu boca el cielo lo oirá y ocurrirá sin demora. Párate en la palabra de Dios y declárala proféticamente y comenzarás a ver la manifestación física de la misma. La palabra de Dios puede enmarcar tu mundo. No sólo la leas; dila, declárala proféticamente, no es sólo una confesión positiva, es una declaración profética.
La confesión positiva te enseña a ser positivo, te convences a ti mismo, pero no tienes ninguna base de la palabra de Dios.
Las declaraciones proféticas son declaraciones audaces basadas en la palabra de Dios. La palabra de Dios una vez declarada en la fe puede enmarcar su mundo y se convierte en un mundo de éxito, libre de pobreza y progresista.
Hay mucho poder en tu lengua. La muerte y la vida están en el poder de la lengua, y los que la aman comerán su fruto (Proverbios 18:21).
Por lo tanto, usa tu lengua de manera profética y provechosa. Los milagros están en tu boca; por lo tanto, declara la palabra de Dios consistentemente y también diariamente.
Las declaraciones son audaces y claras. No son sugerencias ni confesiones.
Los reyes son los que hacen decretos y declaraciones porque gobiernan.
Tú eres un rey (Apocalipsis 5:10). Así que declara y libera el poder para los milagros de tu vida.
“Donde está la palabra de un rey, hay poder, y quién puede decirle: ¿Qué haces?” Eclesiastés 8:4 ¡Grítalo fuerte, decláralo, decláralo, porque eres un rey, y el Dios todopoderoso te respaldará!
Por favor, tened en cuenta que para que estas oraciones funcionen para vosotros, hay que poner en marcha los siguientes procedimientos:
1. Debes nacer de nuevo genuinamente.
2. Debes caminar en santidad.
3. Ser un creyente ejemplar en el amor, la palabra, la acción y la conversación, así como en la pureza (1 Timoteo 4:12).
4. No contamine su cuerpo. Porque es el templo de Dios.
5. Ayuna de vez en cuando. De 6 a.m. a 9 a.m. o de 6 a.m. a 12 a.m. o de 6 a.m. a 3 p.m. o de 6 a.m. a 6 p.m.
6. Debes ser un fiel diezmador y un dador alegre.
Permanece bendecido en el nombre de Jesús. ¡Amén!
DECLARACIONES DE ORACIÓN DEL SEÑOR
Todos los verdaderos cristianos deben conocer y declarar esta oración diariamente.
Escritura de Confesión: Mateo 6:9-13. (Personalizado)
Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre.
Venga tu reino. Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día.
Y perdona nuestras ofensas, como nosotros perdonamos a los que nos ofenden.
Y no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal.
Porque tuyo es el reino, el poder y la gloria, por los siglos de los siglos. ¡Amén!
DECLARACIONES PARA SALVACIÓN
Declaración para cualquiera que quiera dar su vida a Cristo.
Medita en estas Escrituras: Juan 3:5-6, Romanos 8:9-10.
Escritura de Confesión - 11 Corintios 5:17
“Por lo tanto, si alguien está en Cristo, es una nueva criatura; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.”
Admito y confieso que soy un pecador. Creo y confieso que Jesucristo murió por mis pecados.
Igualmente confieso con mi boca y creo con mi corazón que Dios resucitó a Jesucristo de entre los muertos.
Ahora confieso todos mis pecados y prometo no volver a ellos. Por lo tanto, he nacido de nuevo y me he salvado. Las cosas viejas han pasado.
Ahora he sido trasladado del reino de las tinieblas al de la luz. Jesucristo es y sigue siendo mi Señor y Salvador.
Si Jesucristo se demora y yo muero, no iré al infierno. Más bien, iré al cielo a encontrarme con mi Señor, Jesucristo.
Pero si estoy vivo cuando se produzca el rapto, entonces me veré envuelto en las nubes con Jesucristo y otros santos.
Declaro audazmente que el pecado no volverá a dominar mi vida. He nacido de nuevo. Soy una nueva criatura en Cristo Jesús.
La declaración trae la posesión. Tendré lo que he declarado, en el poderoso nombre de Jesús. ¡Amén y amén!
DECLARACIONES PARA LA HORA DE LA MADRUGADA
Esta oración de declaración profética debe hacerse tres veces a primera hora de la mañana.
Medite en estas Escrituras: Salmo 5:1, Salmo 118:1, Salmo 16:1.
Escritura de Confesión- Job 38:12-13
“Has ordenado la mañana desde tus días, y has hecho que la primavera conozca su lugar; ¿para que se apodere de los confines de la tierra? ¿Para que los malvados sean sacudidos de ella?”
En el poderoso nombre de Jesucristo. Por el poder de la sangre de Jesucristo. Padre Todopoderoso, Jehová Nissi (El Señor mi bandera).
Te agradezco por hacerme ver este maravilloso día y por protegerme y concederme la victoria sobre cada batalla vista y no vista a lo largo de la noche.
El Espíritu Santo del Dios viviente, este es tu día, haz tu camino en mi vida.
Este es el día que el Señor ha hecho, me regocijaré y me alegraré en él.
Esta mañana, confieso con valentía cualquier pecado de desobediencia que haya cometido a sabiendas
