Francisco Franco. Heinz Duthel

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Francisco Franco - Heinz Duthel

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de las operaciones militares para sofocar y reprimir el movimiento obrero armado que había declarado la revolución social en Asturias en 1934. Tras el triunfo del Frente Popular, descubierto el intento de golpe de Estado de varios generales, y existiendo sólo sospechas sobre sus integrantes, el Gobierno alejó de los centros de poder a los generales más proclives a la sedición, destinando a Franco a las Islas Canarias.

      En julio de 1936, tras muchas indecisiones, se une al golpe de Estado liderado por el general Sanjurjo y el general Mola contra el gobierno de la Segunda República Española poniéndose al frente del ejército de África. El golpe fracasó y dio lugar a una guerra civil. Tras la muerte de Sanjurjo en un accidente aéreo pocos días después del golpe, ayudado por el prestigio que cosechó con el rápido avance de sus tropas y la toma del Alcázar de Toledo, Franco ve el camino libre para convertirse en líder indiscutible de los sublevados, y siendo designado su jefe de Gobierno el 28 de septiembre de 1936, se autoproclama jefe de Estado.

      Después de la victoria en la Guerra Civil del bando sublevado continuó una durísima represión ya iniciada desde principios de la guerra. Durante la Segunda Guerra Mundial, Franco mantuvo una política oficial de neutralidad para pasar a la de no beligerancia a instancias de Mussolini; no obstante, colaboró encubiertamente con el Eje de diversas formas, principalmente permitiendo la escala y el aprovisionamiento de aviones y submarinos en territorio español, y enviando tropas –supuestamente autoorganizadas al margen del gobierno– para combatir junto a los alemanes en la campaña contra la Unión Soviética, la denominada División Azul, así como la mucho menos conocida Escuadrilla Azul. Con anterioridad, Franco y Hitler se habían reunido en Hendaya el 23 de octubre de 1940.

      Tras la caída de Alemania e Italia, el régimen franquista sufrió la reprobación de las Naciones Unidas por su demostrada colaboración con el Eje, impidiendo la entrada de España en el recién creado organismo y recomendando la retirada de embajadores. Franco desestimó las críticas internacionales considerando que eran obra de la conspiración masónica. España sufrió un relativo aislamiento internacional roto principalmente por la Argentina de Perón y Portugal (el régimen de Salazar). En 1945, Franco retira las banderas y símbolos nazis y fascistas de los diferentes organismos, apartando del gobierno a los más significados defensores del Eje. En los siguientes años su iniciado régimen totalitario se fue desplazando hacia otras posiciones dictatoriales.

      Durante la Guerra Fría, los Estados Unidos, interesados en incluir a España en su línea defensiva, maniobraron para procurar la entrada de España en la OTAN. La oposición de otros países, especialmente Gran Bretaña, obligó a EE. UU. a reconducir su iniciativa y firmar un tratado bilateral que incluyó la instalación de bases militares estadounidenses en territorio español. La firma del tratado supuso un triunfo para Franco ya que con él se iniciaba claramente el desbloqueo internacional. El presidente Eisenhower y, posteriormente, Richard Nixon viajaron a España explicitando así su apoyo a Franco.

      Franco intentó instaurar un sistema económico autárquico. El rechazo de las ofertas de crédito británica y estadounidense provocó la escasez de alimentos y materias primas que, sumado a la corrupción y a la generalización del mercado negro, mantuvieron a España en la penuria hasta bien entrados los años cincuenta. Después de 1959, con la entrada en el gobierno de los "tecnócratas" y el abandono de las políticas autárquicas, la economía experimentó una profunda transformación, desarrollándose planes de "estabilización y desarrollo" atendiendo a las recomendaciones internacionales que condujeron a la recuperación económica.

      En su última etapa se inició un retroceso en las relaciones internacionales que exigían una apertura a posiciones democráticas. La solicitud española de entrada en la CEE fue rechazada y su posible entrada se vincula a reformas democráticas, el Proceso de Burgos supuso un nuevo descrédito internacional del Régimen. En el interior, los trabajadores agrupados, principalmente en torno a Comisiones Obreras, se mostraban especialmente activos contra el Régimen; la oposición democrática presentaba un frente común al que se sumaron sectores de la economía que consideraron al Régimen como un lastre y sectores de la Iglesia apoyan las reivindicaciones de los trabajadores y a la oposición. ETA y otras organizaciones terroristas también se convirtieron en un problema creciente.

      El 14 de octubre de 1975 comienza su último deterioro físico, el 25 de octubre se le administra la extremaunción y, desde entonces, es mantenido vivo por su entorno intentado una solución sucesoria acorde con sus intereses. Franco muere, finalmente, el 20 de noviembre.

      Tras su muerte, los mecanismos sucesorios funcionaron y Juan Carlos "aceptando los términos de la legislación franquista" fue investido rey, siendo aceptado con escepticismo tanto por los adeptos al Régimen como por la oposición democrática. Posteriormente, Juan Carlos desempeñaría "un papel central en el complejo proceso de desmantelamiento del régimen franquista y en la creación de la legalidad democrática".

      Infancia y formación militar

      Francisco Franco nació a las doce y media de la madrugada del 4 de diciembre de 1892 en el número 108 de la calle Frutos Saavedra de Ferrol (actualmente, calle María, situada en el casco histórico de la ciudad), en la provincia de La Coruña. El 17 de diciembre fue bautizado como Francisco Paulino Hermenegildo Teódulo: Francisco por su abuelo paterno, Hermenegildo por su abuela materna y su madrina, Paulino por su padrino y Teódulo por el santo del día. Su padre, Nicolás Franco y Salgado-Araújo, (1855 - 1942, 87 años) era capitán de la Armada, llegando a ser intendente ordenador de la Marina (cargo equivalente a general de brigada), y su madre, María del Pilar Baamonde y Pardo de Andrade (1865 - 1934, 69 años) disfrutaba de una posición social parecida a la de su marido, hija del comisario del equipo naval de la plaza, provenía de una familia que también tenía una tradición de servicio en la Marina. Nicolás, el mayor de los hermanos, seguiría la tradición familiar como oficial de la Marina y diplomático. Su otro hermano, Ramón, fue un pionero aviador que llegó a ser muy conocido por sus hazañas aeronáuticas.

      Francisco fue el segundo hijo varón de la familia. No nace en un hogar feliz, los caracteres contrapuestos de sus padres propician el desencuentro de la pareja desde los primeros momentos y acaba en ruptura.

      Su padre, Nicolás, fue un hombre librepensador poco dado a los convencionalismos y, habiendo estado destinado en Cuba y Filipinas (en Filipinas tuvo un hijo natural al que reconoció antes de regresar a Ferrol), adquirió los hábitos del oficial de colonias: mujeriego, jugador de casino y aficionado a las juergas y farras nocturnas. Su madre, Pilar, era conservadora, extremadamente religiosa y muy apegada a los usos y costumbres de la burguesía de una pequeña ciudad de provincias. Ambos quedarían decepcionados mutuamente casi inmediatamente después de la boda. Nicolás no tardó en continuar con sus costumbres de oficial de colonias y Pilar se refugió en su religiosidad, resignada al cuidado de los hijos que fueron llegando. El comportamiento de su padre en casa fue autoritario rayando la violencia, siempre malhumorado no admitía que se le contradijese, y los cuatro hermanos, Francisco en menor medida dado su carácter retraído y apocado, sufrieron lo que hoy se consideraría malos tratos. Según el testimonio de su hija Pilar:

      Nuestro padre era muy severo con sus hijos en todo lo concerniente a estudiar y cumplir con nuestra obligación. Pero no con palizas y misterios, como aseguran por ahí ciertos escritores sensacionalistas. Me gustaría saber de dónde han sacado tanta barbaridad. Han llegado a decir que en un momento de indignación mi padre quiso cortarle a Nicolás una mano con un cuchillo de cocina... Lo máximo que hizo fue darnos un par de bofetones a tiempo. Yo puedo atestiguar que a mí nunca me puso la mano encima. No porque no lo mereciese alguna vez. A mis hermanos sí, cuando las hacían demasiado gordas. Ahora se dice mucho que no se debe pegar a los niños, pero en aquella época era todo lo contrario; las palizas eran fuertes y frecuentes. ¡Vaya! Y recomendadas hasta por los maestros.

      La madre, resignada siempre y de carácter bondadoso, se constituyó en el refugio de los cuatro hermanos, inculcándoles tenacidad y esfuerzo para progresar

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