Viage al Rio de La Plata y Paraguay. Ulrich Schmidel

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Viage al Rio de La Plata y Paraguay - Ulrich  Schmidel

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CAPITULO XII.

       Índice

      Hácese reseña de la gente, y se fabrican náos para pasar adelante.

      Pasado lo referido, se metió toda la gente en las naves, y el Adelantado D. Pedro de Mendoza nombró á Juan de Oyolas por Capitan general, con el gobierno universal del pueblo. Pasó revista, y solo halló 560 españoles, de 2,500 que habian salido de España: los demas habian muerto, y la mayor parte de hambre.

      Mandó Oyolas fabricar prontamente ocho bergantines y algunos botes, y dejando 160 españoles en guarda de los cuatro navios grandes, y por su capitan á Juan Romero, con racion de un cuarteron de pan para un año, y que si mas quisiesen, lo buscasen, se embarcó con 400 hombres.

       Índice

      Como subieron navegando por el rio Paraná ó de la Plata, con los 400 soldados.

      Llevó Juan de Oyolas con los 400 soldados al Adelantado D. Pedro de Mendoza: navegó en los bergantines y las embarcaciones pequeñas por el rio Paraná arriba, y á los dos meses, á distancia de 84 leguas, dimos con pueblos de indios, que á cuatro leguas conocieron nuestra llegada: llámanlos Timbúes, y nosotros Buena Esperanza. Vinieron de paz cerca de 400, que habitan una isla, en canoas, que en cada una cabrán 16 indios, y nos recibieron muy bien. D. Pedro de Mendoza dió al cacique que los indios llamaban Chera-guazú, una camisa, un bonete colorado, una hoz y otras cosillas; que las tomó gustoso y nos llevó á su pueblo, y nos dió caza y pesca en abundancia, de que recibimos grande contento; porque si el viage hubiera durado diez dias mas, todos hubiéramos perecido de hambre, como habia sucedido á 50 de los embarcados. Estos indios Timbúes traen, en ambos lados de la nariz, embutida una estrellita de piedra blanca y azul: son grandes y altos; las indias, mozas y viejas, feísimas; las caras heridas y sangrientas, y desnudas, excepto un paño de algodon que las cubre desde la cintura á las rodillas. No tienen estos pueblos, ni han tenido jamas otra comida que caza y pesca: serán 15,000 indios de guerra ó mas. Sus canoas son de árboles de 80 pies de largo y tres de ancho, y las navegan con remos (sin yerro), al modo de los pescadores de Alemania.

       Índice

      Volviendo á España D. Pedro de Mendoza, muere en el viage.

      Cuatro años estuvimos en aquel pueblo, pero nuestro Adelantado D. Pedro de Mendoza[9], se hallaba tan enfermo que no podia mover pié ni mano: por lo cual, así como por haber gastado mas de 40,000 ducados efectivos en esta jornada, se volvió á Buenos Aires en dos de los cuatro bergantines, con 50 soldados, y desde allí á España: donde no llegó, por haber muerto miserablemente á la mitad del camino; y en su testamento mandó se enviase mas gente al Rio de la Plata, con bastimentos, mercaderias y otras cosas necesarias, como lo habia ofrecido antes de partir. Y habiendo llegado á España los dos bergantines, enviaron los ministros del Rey dos barcadas de gente, con lo demas que habian dispuesto.

       Índice

      Alonso Cabrera es enviado desde España al Rio de la Plata.

      Iba por capitan de estos dos navios Alonso Cabrera,[10] que traia 200 españoles y bastimento para dos años. Llegó á Buenos Aires, donde aun estaban los 100 hombres que dejamos el año de 1539. Pasó despues á la isla de los Timbúes; dispuso con Juan de Oyolas despachase un navio á España, segun la órden que traia del Consejo de Indias, con relacion copiosa de la calidad de estas tierras y gentes, sus pueblos y otras circunstancias. Púsose Juan de Oyolas de acuerdo con Alonso Cabrera, Domingo Martinez de Irala y los demas capitanes, para pasar muestra, y se halló tener 550 soldados, incluidos los que habian llegado nuevamente: resolvieron dejar 150 en los Timbúes, (porque no cabian en las naves), y por su capitan y gobernador á Carlos Dubrin, que habia sido page del Rey.

       Índice

      Prosiguen la navegacion al rio Paraná arriba, hácia Coronda.

      En ocho bergantines metieron los 400 hombres restantes, y salimos del puerto de Buena Esperanza, rio Paraná arriba: buscamos otro rio, que se llamaba Paraguay, de que teniamos noticia, y cuyas riberas estaban pobladas de indios Cários, con abundancia de maiz, manzanas y raices (de que hacian vino), de peces, carne, ovejas, tan grandes como mulos, de ciervos, puercos, avestruces, gallinas y ganzos, de que se tratará en el cap. 20. Habiendo navegado cuatro leguas, llegamos el primer dia á la nacion Coronda. Sus indios son altos, y traen cerca de las narices unas piedrecillas, y las indias andan como las que ya se ha dicho. Son semejantes á los Timbúes, y habitarán estas islas hasta 12,000 de guerra: mantiénense de caza y pesca. Tienen gran abundancia de pieles de nutrias: rescataron de todo lo que tenian, por cuentas, vidrios, espejos, peines, cuchillos y anzuelos. Allí estuvimos dos dias, y nos dieron dos indios Cários que habian cautivado, para que nos serviesen de guias é intérpretes.

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      Llegamos á los Galgaisi y Macurendas.

      Proseguimos nuestro viage; llegamos á otra nacion llamada Galgaisi,[11] que podia poner 40,000 indios de guerra. Traen tambien sus indios dos piedrecillas junto á la nariz, como los Corondas; y son de la misma lengua que los Timbúes: distan 30 leguas de su isla. Habitan sus indios en la orilla de una laguna de seis leguas de largo y cuatro de ancho, situada á la izquierda del rio Paraná. Allí estuvimos cuatro dias, en los cuales nos regalaron los indios con lo que tenian, y los correspondimos. Despues no hallamos indios en 18 dias, y llegados al rio que corre por la misma tierra, encontramos gran número de ellos juntos, llamados Macurendas[12]. Estos no tienen mas comida que pescados y poca caza; y habrá 18,000 de guerra, con gran número de canoas. Recibiéronnos, segun su costumbre, de paz, y nos dieron de lo que tenian liberalmente. Habitan á la derecha del rio Paraná: tienen diversa lengua de los antecedentes; son altos y de buena proporcion, y sus mugeres feísimas. En cuatro dias que estuvimos allí, hallamos en tierra cerca de la orilla, una grandisima y monstruosa serpiente de 45 pies de largo, del grueso de un hombre: negra, con pintas leonadas y rojas,[13] de que los indios se admiraron por no haberla visto mayor: matámosla de un balazo. Decian los indios que les habia hecho grandes daños; porque cuando se bañaban, esta y otras de su especie, les rodeaban el cuerpo con la cola, y hundiéndolos en el agua, sin saber los indios lo que les sucedia, se los comian. Medí esta serpiente con mucho cuidado, y dividida despues por los indios en pedazos, se la llevaron á sus casas, y se la comieron cocida y asada.

       Índice

      De como llegamos

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