Tomar las riendas. Cecilia Raczko
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CECILIA RACZKO
TOMAR LAS RIENDAS
Una guía para toda la vida
Editorial Autores de Argentina
Raczko, Cecilia
Tomar las riendas / Cecilia Raczko. - 1a ed . - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Autores de Argentina, 2020.
Libro digital, EPUB
Archivo Digital: online
ISBN 978-987-87-0631-3
1. Autoayuda. I. Título.
CDD 158.1
Editorial Autores de Argentina
www.autoresdeargentina.com
Mail: [email protected]
Queda hecho el depósito que establece la LEY 11.723
Impreso en Argentina – Printed in Argentina
Agradecimientos
Este libro se lo quiero dedicar a todos los que destinan tiempo a sentirse mejor, salir de la zona de comodidad, sí a los ¡grandes valientes! aquellos a los que decidieron ser buena gente (de corazón ehhh). Y a mis Maestros que me enseñan a ver.
Agradezco profundamente a mi familia que me acompaña siempre en todas mis andanzas. Especialmente a mi Marido, mi gran compañero eterno.
Agradezco a las mujeres de mi árbol genealógico que me sostienen y dan fuerzas para que pueda terminar de escribir este libro.
Acá estoy y acá soy. Gracias Universo por las experiencias vividas.
Libero al Universo todo lo aprendido, con la intención de aportar luz y amor. Agradezco lo que me trajo hasta aquí y pido a mis Maestros que me sigan guiando hacia mi mejor evolución.
Gracias. Namaste.
INTRODUCCIÓN ¿De qué se trata este libro?
Este libro es una guía para que vuelvas a sentirte en tu eje, tomar las riendas de la situación cuando te sentís mal y “no encontrás la salida”, cuando creés que nada tiene sentido, cuando tenés la sensación permanente de que nada es suficiente, cuando sabés que hay una manera de estar mejor pero no tenés idea cómo volver a sentirte así. Cuando perdés la alegría de todos los días. Cuántas veces un poco en chiste, un poco en serio, dije que iba a ir a vender sahumerios al norte y olvidarme de todo. Quiero decirte algo que aprendí con los años, adonde vayas la vida te pondrá enfrente lo que tenés que aprender, todas las veces que sea necesario hasta que hagas el click.
Este es un libro en el que te invito a salir de la zona de confort, te propongo que te hagas el espacio para decidir lo que realmente querés para vos y encontrar la energía para lograrlo. Que puedas conocer nuevas herramientas que te ayuden todos los días a mantener el foco, en construirte a vos misma/o tal y como querés ser y llenarte de una inmensa felicidad por eso. Una felicidad que no se equipara con el estreno de nada de lo que te podés llegar a comprar material, ¡¡¡superador!!! Muchas veces el sentido de la palabra “responsabilidad” es negativo porque se asocia a una carga, a más tareas por hacer, en este caso hablo de asumir tu lugar en este mundo, desde el darte el espacio para preguntarte quién querés ser y lograrlo. Te invito a vivir la vida de frente y no a escondidas.
Los capítulos te van a ir llevando y están planteados como un proceso, profundizando cada vez más. Primero te invito a hacer una limpieza de pensamientos limitantes y hábitos tóxicos, para después llegar al momento de creación de tu vida personal y luego te compartiré técnicas para mantener tu vibración alta y así puedas materializar todo lo que soñás.
Quiero rescatar que hay un condimento que no puede faltar, que es tu entrega total, mente, corazón y espíritu, despojarte de todo control, soltar y confiar. Existe en mi opinión un más allá, sea Dios, el Universo, Buda (no soy devota 100% de ninguna religión en particular y tampoco es desde ahí este libro); pero nadie puede dejar de reconocer que este mundo fue creado tan perfecto y que está para nosotros aquí para algo.
Dejate sostener.
¿Qué me llevó a escribir este libro?
Como todos, viví muchas experiencias, algunas hermosas, otras más amargas, pero lo que hizo de gran detonador, que me impulsó definitivamente a escribir, fue un accidente que viví en el 2019. Te lo cuento brevemente. En ese momento, había logrado todo lo material que había soñado, pero aún así me sentía mal, invadida por un ciclo infinito de preocupaciones, tenía miedo de no poder sostener lo que tenía. Con un ritmo acelerado, de acá para allá, agotada física y emocionalmente. Sentimientos que en ese momento no registré, literalmente como un robot, no modifiqué en nada mi rutina para “renovar mi energía”, no tuve compasión de mis sentimientos y seguí adelante exigiéndome cada vez más. Sumado a esto, venía haciendo algunos cursos para profundizar en el autoconocimiento, iba a la psicóloga, hacía coaching, pero desde algunos meses que lo había abandonado porque no sabía si los podría pagar (Argentina: estaba en una crisis económica y sólo escuchaba escenarios catastróficos en las noticias). Recuerdo que era tal mi círculo vicioso de preocupaciones en el que estaba, que me preguntaba: “para qué sirve estar acá” “por qué no termina de una vez y listo”, “da lo mismo que esté o no esté, el mundo seguirá igual, va tan deprisa que si no corro al mismo ritmo quedo afuera”. Sí todo eso pensaba, me había desesperanzado. En esos días, estaba escuchando audios en You Tube de Wayne Dyer para tratar de sentirme mejor.
Puntualmente el 10 de Septiembre escuchaba en mi automóvil camino al trabajo, un audio que se llama “Pide y se te dará”, me quería reconectar, pero no sabía qué ni dónde buscarlo. Manejando en hora pico por la autopista Buen Ayre (Buenos Aires-Argentina) a 80 km/h y con ese audio de fondo, llegué a un radar de velocidad de 60km, el auto delante de mí frenó un poco antes de la llegada a este punto, yo iba a frenar como de costumbre, pero no sucedió eso, pasó lo que me llevó hoy a estar escribiéndote. Los frenos de mi auto se clavaron en el asfalto, con un ruido de chillido que hasta hoy lo escucho, un ruido que no reconocí en ese momento que era yo la que lo estaba haciendo. No asociaba la acción de pisar el freno que tuve normalmente con ese ruido, no podía ser, fueron segundos para darme cuenta que era yo, asustarme y soltar el volante, el auto perdió la estabilidad y volcó. En esos segundos sentí una imagen de una mujer luminosa que me pedía que me quede contra el respaldo de mi asiento y mantenga el control de mi cuerpo (que no lo afloje), sí lo ví y mi corazón y alma saben que es así. No acepto críticas. Cuando abrí los ojos, el auto estaba dado vuelta y yo boca abajo sostenida por el cinturón de seguridad y en el tercer carril, es decir, había arrastrado 3 carriles. Por suerte a pesar de que era hora pico, no había ningún auto en los otros dos carriles, por lo que no afecté a nadie más, sólo a mí. Abrí los ojos y me encontré con unas personas que habían parado de una combi para ayudarme, que me