Devenir perra. Itziar Ziga

Чтение книги онлайн.

Читать онлайн книгу Devenir perra - Itziar Ziga страница 7

Автор:
Серия:
Издательство:
Devenir perra - Itziar Ziga UHF

Скачать книгу

marca. «Estaba investigando qué mujer quería ser y ésta fue una fase de mi búsqueda muy interesante, porque me di cuenta de que yo soy feliz siendo femenina. Nosotras hemos hecho un camino de ida y vuelta con la feminidad y no se tiene que despreciar nuestra elección», me dijo Paula.

      Bilbao, mediados de los noventa. Mi fiebre activista es tan elevada que ya sólo subo a la universidad para participar en asambleas, conferencias, reuniones y actos miles. Cada vez centro más mi energía revolucionaria en el feminismo. Me corto el pelo yo misma, abandono la cera depilatoria y cualquier rastro de maquillaje y trato de emular a las bollos bilbaínas con sus mallas elásticas y camisetas reivindicativas. Mi fase camionerilla duró muy poco tiempo, recuerdo que me miraba al espejo y pensaba: nena, vas hecha un cuadro, pero es lo que toca, ya te acostumbrarás.

      Traté de relegar los malvados sujetadores pero, con una talla noventa, no es tan fácil parecer andrógina. Por supuesto, ésta es también la época en la que empecé a follar con chicas. Estaba investigando una estética que reflejara mi posicionamiento político y a la vez mi deseo, recuerdo mucha indecisión y mucho cambio. Pero llegó un día en que me puse un vestidito y dije: ay, que liberación. Mi amiga Bego transitaba entonces en Iruñea por parecidas encrucijadas en la construcción de su identidad, aunque a ella la conversión al feminismo estético más extendido le duró tres minutos. Es mucha Begoña.

      «Siempre he sido muy femenina, menos en una época en que tomé contacto con el feminismo, como activista y como lectora, y empecé a ver esa feminidad como una opresión, como algo impuesto, y me planteé que yo tenía que ser otra cosa. Después comprobé que a mí me gustaba ser femenina y punto. Pasé por esa maravillosa época en la que decides no depilarte, porque es una opresión patriarcal y los hijos de puta de los hombres te obligan a depilarme. Pero yo no lo vivía bien, de hecho esta fase fue muy cortita en mi caso. Yo lo hacía porque sentía que políticamente era lo que tocaba pero a mí no me sentaba bien, vivía en una contradicción. Era una autoimposición, yo me lo marcaba como un objetivo», recuerda.

      Para resolver esa contradicción, Bego empezó a llevar una doble vida. «Durante años pensaba antes de salir de casa: me he puesto este escote, no puedo ir a este bar o a este otro porque me encontraré con mis compañeras de lucha y qué van a pensar. O: tengo reunión, ni de coña me pongo este vestido ajustado. Yo consideraba que mi aspecto tenía que estar en la misma línea del sitio al que iba, porque si no me sentiría rechazada. Cuando esto se prolonga durante mucho tiempo te va generando una sensación de no saber dónde estás ni quién eres. Me ha costado mucho, hasta hace relativamente poco tiempo, decir: salgo como me sale del coño y me da igual quién me vea.»

      Laura también relata su tránsito por la masculinidad política con ironía: «Cuando entré en la universidad y empecé a estudiar teoría feminista, llegó una fase de mucho enfado en mi vida, de enfado por las injusticias, en especial las que sufrimos las mujeres. En ese momento, la feminidad en la que siempre me había sentido cómoda empezó a darme asco. Me rapé la cabeza, me dejé crecer los pelos de todo el cuerpo, sentía que depilarme las cejas era un invento de los hombres. Por supuesto no me maquillaba, llevaba pantalones y camisetas muy anchas. Creo que no queda ninguna foto de aquella época, servirían para hacerme chantaje».

      Si, hasta ese momento, el halago de su aspecto por parte de los chicos nunca había molestado a Laura, de pronto empezó a sentirlo como un ataque insoportable. (Creo que todas hemos pasado por esa época en la que un chico apenas te mira y tú ya estás preparada casi para tumbarlo al suelo de una patada.) «Adopté cierta masculinidad como reacción ante lo que entendí que era una imposición de los hombres. Recuerdo que veía chicas en minifalda y pensaba: pobres, todavía no han visto la luz. Creo que es un proceso que tienes que pasar para llegar a estar cómoda con cómo eres y cómo estás.»

      Ésa no soy yo

      En algún u otro momento, todas las perras de las que hablo hemos colgado nuestro disfraz de putillas en la pared y lo hemos escudriñado desconfiadas. ¿A que soy tan boba que me he puesto el uniforme de esclava sin darme cuenta? ¿A que me la han metido una vez más y yo creyéndome tan lista? Cuando una sale a la calle embutida en licra trepadora y ha mamado tanto de la teta del feminismo encarna una paradoja, vive en ella. Este libro pende de la misma cuerda floja político-estética. Pero es que yo no puedo con las certezas ni con los puertos seguros, desconfío ante tanta calma. Cuando me dan la razón demasiado, cuando se respira ese aire de consenso beatífico, ahí sí que temo que van a metérmela. Y yo sin lubricar.

      No creo que nadie recree su identidad o performe su género sin cortocircuitos, sin extravíos, sin miedos, sin renuncias. Hasta el padre de familia, blanco y de clase media más autocomplacido anhela secretamente muchas noches mandarlo todo a la mierda. Probablemente, él más que nadie. La trabajadora sexual y activista italiana Carla Corso se manifiesta así en su autobiografía política Retrato en vivos colores: «No quiero ser coherente, porque algunas veces la coherencia es estupidez: prefiero estar en contradicción antes que ser tremendamente coherente, como si me cogieran y me pusieran ahí, estática y estúpida».

      Конец ознакомительного фрагмента.

      Текст предоставлен ООО «ЛитРес».

      Прочитайте эту книгу целиком, купив полную легальную версию на ЛитРес.

      Безопасно оплатить книгу можно банковской картой Visa, MasterCard, Maestro, со счета мобильного телефона, с платежного терминала, в салоне МТС или Связной, через PayPal, WebMoney, Яндекс.Деньги, QIWI Кошелек, бонусными картами или другим удобным Вам способом.

/9j/4RrSRXhpZgAASUkqAAgAAAAHABIBAwABAAAAAQAAABoBBQABAAAAYgAAABsBBQABAAAAagAA ACgBAwABAAAAAgAAADEBAgAkAAAAcgAAADIBAgAUAAAAlgAAAGmHBAABAAAArAAAAAQBAADAxi0A ECcAAMDGLQAQJwAAQWRvYmUgUGhvdG9zaG9wIENDIDIwMTcgKE1hY2ludG9zaCkAMjAyMDowNjoy NCAxNzowMjo1NgAAAAUAAJAHAAQAAAAwMjIxBJACABQAAADuAAAAAaADAAEAAAD//wAAAqAEAAEA AADaBwAAA6AEAAEAAAC4CwAAAAAAADIwMTE6MDE6MTEgMTE6NDc6MzUAAAAGAAMBAwABAAAABgAA ABoBBQABAAAAUgEAABsBBQABAAAAWgEAACgBAwABAAAAAgAAAAECBAABAAAAYgEAAAICBAABAAAA aBkAAAAAAABIAAAAAQAAAEgAAAABAAAA/9j/7QAMQWRvYmVfQ00AAf/uAA5BZG9iZQBkgAAAAAH/ 2wCEAAwICAgJCAwJCQwRCwoLERUPDAwPFRgTExUTExgRDAwMDAwMEQwMDAwMDAwMDAwMDAwMDAwM DAwMDAwMDAwMDAwBDQsLDQ4NEA4OEBQODg4UFA4ODg4UEQwMDAwMEREMDAwMDAwRDAwMDAwMDAwM DAwMDAwMDAwMDAwMDAwMDAwMDP/AABEIAKAAawMBIgACEQEDEQH/3QAEAAf/xAE/AAABBQEBAQEB AQAAAAAAAAADAAECBAUGBwgJCgsBAAEFAQEBAQEBAAAAAAAAAAEAAgMEBQYHCAkKCxAAAQQBAwIE AgUHBggFAwwzAQACEQMEIRIxBUFRYRMicYEyBhSRobFCIyQVUsFiMzRygtFDByWSU/Dh8WNzNRai soMmRJNUZEXCo3Q2F9JV4mXys4TD03Xj80YnlKSFtJXE1OT0pbXF1eX1VmZ2hpamtsbW5vY3R1dn d4eXp7fH1+f3EQACAgECBAQDBAUGBwcGBTUBAAIRAyExEgRBUWFxIhMFMoGRFKGxQiPBUtHwMyRi 4XKCkkNTFWNzNPElBhaisoMHJjXC0kSTVKMXZEVVNnRl4vKzhMPTdePzRpSkhbSVxNTk9KW1xdXl 9VZmdoaWprbG1ub2JzdHV2d3h5ent8f/2gAMAwEAAhEDEQA/APLeHHv5pdiDqE/5580m8EeOnzCK WJP5rRz95VnCw8rMyGYuHS/JvcDspqaXvcQC+zYxvuftY1CDddBBOk+Hit76iAf88OlCNBkN+/a9 JDQp+r

Скачать книгу