La Era de los Expertos. Raimon Samsó
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Ya hemos ingresado en la «era de los expertos», la «era del talento aplicado», pasando del capitalismo al talentismo. Este libro te enseñará como entrar en la clase emergente de los expertos, los nuevos líderes del mercado, y cómo posicionarte como experto en tu profesión.
Finalmente, quiero expresarte mi total convencimiento de que lo que sigue funciona porque yo mismo lo he probado durante los últimos años como experto en «conciencia y dinero», y te aseguro que hay un antes y un después tras aplicar la metodología que proporciono en el Instituto de Expertos que dirijo. Si a mí me ha funcionado, también lo hará contigo.
Bienvenido a la «era de los expertos», la mayor oportunidad desde que se inventó Internet.
Es tu tiempo para brillar.
He creado el Instituto de Expertos by Raimon Samsó para sistematizar este proceso con el Programa Experto con diez pasos para hacer que tu despacho o negocio despegue como un cohete hacia las estrellas. Este proceso te ahorrará tiempo, errores y dinero.
Con este libro y el Programa Experto, puedo ayudarte a hacerte más valioso profesionalmente de lo que eres ahora y a ingresar en correspondencia. Los contenidos que compartiré contigo harán que despegues si aplicas con perseverancia los principios probados que incluyo.
El poder de trabajar para ti y servir al mercado
Trabajar para una gran organización ya no es la tendencia. Supongo que te habrás dado cuenta que las empresas que más contratan son las compañías trabajo temporal. No son los bancos, las aseguradoras, el estado, o las multinacionales… las empresas que más contratan a hora mismo son empresas ETT que proporcionan trabajos de corta duración y mal pagados.
La brecha entre quienes tienen habilidades que se demandan y quienes no las tienen no hace más que agrandarse.
La persona y no la empresa se está convirtiendo en la unidad fundamental de la economía. Las autoempleados desengañados de la evolución del mundo laboral han creado su propia colocación en lo que se conoce por negocios unipersonales.
Un paso más allá, están los micronegocios de dos o tres personas, en EE.UU. por ejemplo, más de la mitad de las compañías tienen menos de cinco empleados. Cuando un experto sobrepasa la facturación anual de 1 millón, contrata asistentes y se convierte en un micronegocios. Por debajo de esa cifra, le basta con subcontratar freelancers virtuales.
Los empleos son inseguros, infoemprender tiene más seguridad. Piénsalo: la duración de las empresas se va reduciendo más y más, cada vez duran menos. En cambio, la duración de las carreras personales se expanden en el tiempo más y más.
¿Alguien en su sano juicio se puede emplear en una empresa que durará menos que su vida laboral? Cuantos más clientes, contactos, y proyectos es capaz de generar el agente libre, más seguridad obtiene. Hacer y conseguir lo mismo en un empleo es literalmente imposible.
El agente libre es el nuevo arquetipo laboral y el corazón de la nueva economía. Esta nueva figura está caracterizada por la libertad, la creatividad, la flexibilidad, el conocimiento y la independencia. En lugar de servir a un jefe o a una empresa, sirven a infinidad de clientes.
En realidad es más un estilo de vida que un modelo laboral. Y créeme, es un estilo de vida brillante, basado en la libertad. En EE.UU. suponen más del 35% de la fuerza de trabajo del país y va a más. Es la nueva ola, y está llegando a nuestras orillas.
Esas personas han entendido que deben trabajar por proyectos, pivotando de uno a otro, y no trabajar por horas. El modelo de 40 horas a la semana es obsoleto. Ya ha corrido la voz que es absurdo que todos los trabajos tomen el mismo tiempo cada día (de nueve a cinco). De modo que el tiempo ha dejado de ser la medida del trabajo. La nueva medida son ¡los resultados! El tiempo que tome conseguirlo es asunto de cada uno.
Como dice el mega gurú Tom Peters, el trabajo ahora significa dos cosas: talento y proyectos.
El experto trabaja desde cualquier parte, estableciendo su base de operaciones en su propia casa, en un Starbucks o en su cafetería favorita, por no mencionar los hoteles con vistas cuando viaja. Trabajar en un sitio y vivir en otro puede ser frecuente pero no me parece normal, hace décadas no era así y creo que hemos perdido el sentido común sobre este asunto. ¿Qué sentido tiene desaparecer todo el día de la casa que tantos esfuerzos te cuesta pagar?
En mi caso, cuando me di cuenta que mantener un despacho en el centro de la ciudad, con un horario, era un modelo laboral obsoleto propio de la vieja economía, me deshice de él. ¡Qué estúpido fui, había caído en la trampa! No lo hice por ahorrar dinero, sino por ganar tiempo y por coherencia con mis valores. Se acabaron las idas y venidas, el perder tiempo en un coche.
Después alquilé un servicio de secretaría virtual, un apartado de correos, los servicios puntuales de un business center e instalé mi despacho en la luminosa y amplia buhardilla de mi casa con dos terrazas: vistas al mar y a la montaña (desde donde escribo ahora este libro).
Desde aquí dirijo mi multinacional unipersonal como experto con negocios en todo el mundo. Nada más instalarme en casa, me di cuenta que eso era lo que había soñado toda mi vida, mi estilo de vida ideal. Y entendí que seguir un modelo laboral de otros y caduco había sido un error.
Después de experimentar esta revelación interior o insight no me explico como la gente aún se pirra por comprar pisos con trastero ¡y no con despacho!. En EE.UU. un tercio de propietarios tienen un despacho en casa y en las nuevas construcciones, el despacho ya es un estándar como lo es la cocina o el baño. Creo que esta tendencia llegará a mi país dentro de diez años o más.
Pero esto no es todo, sigue leyendo porque aún hay más…
Los agentes libres viven en una “zona horaria” diferente al resto de mortales, en su “huso horario” tienen el control de cuántas horas trabajan y cuántas dedican a la familia. Y como trabajan por resultados, cuanta más habilidad alcanzan, menos horas necesitan para conseguir más resultados y más ingresos.
En la “zona horaria” de los empleados lo que acabas de leer es ciencia ficción. Si no me crees, léete el best seller: “La semana laboral de cuatro horas”, de Tim Ferriss, y entenderás porque trabajar vendiendo horas es el mayor engaño en la historia de la humanidad.
Las personas necesitan encontrar sentido en su trabajo y no únicamente una paga a final de mes.
Seguramente te vienen a la cabeza algunos ejemplos de autónomos que conoces que están al borde de la quiebra. Pero yo no me refiero a un rol fiscal sino actitudinal. Es obvio que la mayoría de auto empleados suspiran por averiguar dónde ingresar su próximo billete de 50 euros.
Es un colectivo amplio en el que hay diferentes subclases (autoempleados, profesionales liberales, y expertos). En este libro me refiero únicamente a la clase emergente de los expertos, la élite de los freelancers. Estamos en la era del agente libre, y la clase más brillante, o élite, de este modelo es el “experto”.
En el nuevo modelo laboral, el tamaño importa. El agente libre prefiere un tamaño pequeño y flexible que sea escalable en resultados que uno medio. Las nano corporaciones o micro negocios buscan ex profeso una estructura minimalista como una estrategia y una preferencia frente a la opción basada en el gran tamaño. No digo que desaparezcan las grandes empresas, al contrario.