Evaluación fisiológica del deportista. J. Duncan Mac Dougall

Чтение книги онлайн.

Читать онлайн книгу Evaluación fisiológica del deportista - J. Duncan Mac Dougall страница 8

Evaluación fisiológica del deportista - J. Duncan Mac Dougall Medicina

Скачать книгу

alt="image"/>) se estabilice mientras el trabajo sigue aumentando. Si, una vez acabada la prueba, el image sigue aumentando, la prueba no habrá sido válida porque los procesos implicados en la absorción, el transporte y la utilización de oxígeno no habrán sido puestos a prueba al máximo de sus posibilidades.

      Las pruebas de potencia aeróbica suelen depender de la actividad de grupos musculares importantes, como los que se utilizan en natación, ciclismo, carrera y esquí, debido a que estas actividades producen un importante aumento de las necesidades metabólicas globales y llevan a un cambio sustancial de las funciones de los sistemas cardiovascular y respiratorio, los cuales están implicados en el transporte de oxígeno del entorno al tejido que está trabajando. Hay un acuerdo general en cuanto a que el determinante principal del image máx es circulatorio, implicando el transporte de oxígeno al músculo (Saltin, 1985). Sin embargo, hay que guardarse muy bien de interpretar esta afirmación de una forma demasiado simplista porque parece ser que los cambios de entrenamiento provocados a nivel del músculo son importantes para aprovechar íntegramente los cambios producidos por el entrenamiento en el sistema cardiovascular (Clausen, 1977). A pesar de que se sospecha que, a este respecto, un aumento de la capilarización muscular resulta importante (Saltin y Gollnick, 1983), por el momento no sabemos con certeza qué adaptaciones adicionales producidas por el entrenamiento podrían contribuir al aumento del image máx. Las implicaciones en la evaluación –especialmente en la de deportistas de élite que representan las distintas modalidades deportivas– son evidentes. Es imprescindible que los protocolos sean específicos al deporte, y, por lo tanto, deben representar los grupos musculares utilizados en la actividad.

      Conceptualmente, también deberían ser posibles las mediciones de la capacidad aeróbica. Sin embargo, debido a que la capacidad aeróbica se define como la cantidad total de trabajo que puede ser llevada a cabo por el sistema aeróbico, este tipo de mediciones son muy difíciles – si no imposibles– de interpretar. Un enfoque ha sido el de utilizar una medida conocida como umbral anaeróbico para definir la intensidad de ejercicio que, supuestamente, representa el límite al que predominan los procesos aeróbicos. La respuesta de trabajo total realizado a esta intensidad hasta el agotamiento es la medida de la capacidad aeróbica. La dificultad de interpretación estriba en que no se puede determinar la causa del agotamiento.

      También pueden estar implicados cada uno de los procesos de excitación y contracción de los músculos. La incapacidad de un músculo para seguir adelante en este tipo de condiciones ha sido atribuida frecuentemente a la depleción de las reservas de glucógeno muscular (Green, 1987). Es posible que la capacidad de suministrar más energía aeróbicamente pueda resultar decisiva para minimizar la dependencia de la utilización de glucógeno muscular. Si las cosas son así, cabe la posibilidad de que la capacidad aeróbica tenga una relación directa con el umbral anaeróbico. Harán falta más investigaciones en este área para desarrollar protocolos con aplicaciones rutinarias.

      Las pruebas de potencial anaeróbico (lácticas y alácticas) son específicas al músculo y al tiempo. Ya que estas pruebas pretenden medir las capacidades de los sistemas metabólicos que suministran energía cuando no hay oxígeno, se puede decir que el músculo o músculos evaluados operan en un sistema cerrado, o en un sistema que no depende de las fuentes exteriores de substrato. Las pruebas de potencial anaeróbico suelen realizarse a niveles de rendimiento máximos o muy cercanos al máximo. Los criterios utilizados para aislar los diferentes sistemas de energía anaeróbica que se desea medir se basan en el tiempo. Por consiguiente, mientras que las pruebas de potencial anaeróbico aláctico se realizan en períodos breves (de menos de 20 s), las pruebas de potencial anaeróbico láctico se llevan a cabo durante períodos más prolongados (entre 30 y 60 s). Se considera que la mayor parte del ATP regenerado proviene de las fuentes de energía láctica y aláctica durante sus respectivos períodos.

      Estas dos categorías de pruebas anaeróbicas están basadas en criterios de rendimiento: trabajo realizado por unidad de tiempo en las pruebas de potencia anaeróbica y trabajo total realizado en las pruebas de capacidad anaeróbica. Se da por supuesto que el rendimiento observado está limitado por el ATP generado por un sistema de energía determinado. Mientras que en el caso de la potencia aláctica se intenta calcular el ritmo al que el CP puede ser hidrolizado, en el caso de la potencia anaeróbica láctica el objetivo es calcular el ritmo al que el ATP puede ser regenerado por medio de la glucólisis anaeróbica. A pesar de que estas suposiciones resultan muy convenientes, no hay las suficientes pruebas científicas de que las cosas sean así. En el músculo tienen lugar numerosos procesos de excitación y contracción que pueden –aunque no necesariamente– estar limitados por el sistema de energía que, supuestamente, está siendo puesto a prueba (Bigland-Ritchie y Woods, 1984; Edwards, 1981). Además, estas pruebas suelen ser voluntarias y en muchos casos dependen de unos patrones de coordinación motora muy sofisticados. Se especula con la posibilidad de que el impulso neural sea capaz de poner a prueba con efectividad los procesos específicos de limitación del ritmo en sistemas de energía selectivos, en especial cuando están implicados varios grupos musculares.

      Las pruebas de capacidad anaeróbica intentan medir la cantidad total de energía que puede ser obtenida a partir del sistema láctico o del sistema aláctico. En el caso de las pruebas de capacidad alácticas, la teoría defiende que el agotamiento de esta fuente de energía se caracteriza por una depleción del CP, que tiene como resultado una reducción de la energía que puede ser generada porque la regeneración de ATP por unidad de tiempo a través de la glucólisis anaeróbica es menor. De forma similar, las pruebas de capacidad láctica anaeróbica se basan en el principio de que hay un potencial finito más allá del cual el trabajo desciende drásticamente debido a que el sistema aeróbico no puede generar ATP al mismo ritmo. Las pruebas de capacidad aeróbica están, a la larga, asociadas con la fatiga o con la incapacidad para mantener el nivel de producción de energía predeterminado. El inicio y la progresión de la fatiga pueden ser debidos a anomalías tanto centrales como periféricas. En lo que respecta a las anomalías periféricas, pueden estar limitándose diferentes procesos de excitación y contracción. Aún está por determinar si los procesos específicos de limitación del ritmo son debidos a una homeostasis de energía deteriorada a resultas de una reducción en una vía o reacción metabólica determinadas. El reto al que se enfrentan las investigaciones consiste en definir los procesos de limitación del ritmo en el comportamiento contráctil muscular y en explicar el papel de los sistemas metabólicos de energía específicos como determinantes del comportamiento observado.

      La medición de la respuesta de un sistema se puede definir en términos físicos como fuerza, potencia y trabajo. En teoría, cada célula muscular puede clasificarse en una categoría de acuerdo con sus valores específicos en cada uno de estos parámetros fisiológicos. Además, cada célula muscular puede describirse a partir de sus potenciales específicos de energía aeróbica y anaeróbica. No obstante, en la práctica, las mediciones se llevan a cabo en un músculo o grupo muscular determinados que actúan sobre una o dos articulaciones. Por consiguiente, el cálculo de la respuesta física del músculo (y del potencial de energía) también debe tomar en consideración el factor mecánico implicado. En las pruebas que requieren respuestas de fuerza y potencia, la posición corporal y el ángulo de la articulación deben estar rigurosamente estandarizados para que el resultado de la prueba sea una medida del músculo o de los grupos musculares en cuestión.

      En este tipo de pruebas, la actividad contráctil del músculo debe ser más bien breve, permitiendo de este modo que la energía sea suministrada exclusivamente por los compuestos de alta energía. Durante el rendimiento voluntario de esta naturaleza, la fuerza, la potencia, o ambas, reflejan la suma de la actividad contráctil muscular durante la prueba. Esta cantidad puede reflejar, además del número de elementos contráctiles en el músculo

Скачать книгу