Décima Luna. María Casiraghi
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Casiraghi, María
Décima Luna / María Casiraghi. - 1a ed. - Florida : El Cedro Azul, 2020.
libro digital, EPUB
archivo digital: descarga / isbn 978-987-8439-01-3
1. Poesía Argentina. I. Título
CDD A861
Ficha técnica Fotografía de tapa: Juncos de Marta Caorsi Diseño y maquetación: [email protected]
Contacto [email protected]
Lugar de publicación: Florida, Buenos Aires, Argentina
Queda prohibida la reproducción total o parcial de esta obra, por cualquier medio o procedimiento, sin permiso previo del editor y/o autor.
A mamá.
A Iulan.
Anunciación
Tengo el nombre de la virgen.
Una madrugada, como un ángel
me anunció:
-Hay un hijo en tu vientre.
Aullé en los brazos de un antepasado
desenterrando
la primera pregunta:
¿venir así
al mundo
desde este cuerpo de cal?
Tengo el nombre de la virgen
y la boca de Eva.
El viaje
como el último aliento
de la luz.
Para encontrar tu nombre.
Para habitar después
los campanarios.
Münich
Los patos de Baviera son más blancos
sin aire los insectos.
Buscando el error de esta ciudad
distinguimos la mancha:
en el centro de Münich
un niño intenta nacer entre la gente
pero nadie lo ve.
Sobre una cama de hospital
su color, claudica.
También el de esos patos
que hace instantes
nadaban blancos en el parque.
En la laguna
un reflejo pecador
dicta el designio
de los recién venidos:
nacemos del desequilibrio moriremos equilibristas.
Costa Dálmata
Empiezas a inquietarte, es Bosnia,
Cambias de posición, es Herzegovina.
Paramos en un puesto de discos patrios.
El viejo que los vende balbucea la primera canción
Quiero matar a un bosnio y arrojarlo al Adriático.
Desde el útero dispones
tu trinchera solitaria
pateando mi vientre
como a un enemigo.
-Soy tu madre,
imploro.
Pero el mar se ha llevado al fondo
hasta la última palabra humana
La guerra flota en toda la superficie.
Continúa y deja
al hijo
sin madre
y sin caverna.
Bratislava
Afuera siempre llueve.
El agua limpia las ventanas del auto.
No hay hostal en Bratislava para tres.
Reclinamos los respaldos como camas.
Mis pechos crecen, se preparan.
Me despierto muchas veces a orinar.
No hay nadie en la calle, los bares han cerrado.
Vuelvo al auto.
Toco mi panza, la redondeo
para besarte los pies.
Refugio tu cuerpo
en las vidrieras de mi piel
lejos
de toda mañana.
Me quedo oscura
iluminada por relámpagos
y sueño
tus primeras lluvias.
Transilvania
En el pico más alto de los Cárpatos
recordarás el nombre de la nieve
la que nunca se convierte en camino,
no sabe
cómo alejarse.
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