El Libro de Urantia. Urantia Foundation

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El Libro de Urantia - Urantia Foundation

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Último.

      14:4.7 (156.12) 6. Coabsoluto.

      14:4.8 (156.13) 7. Absoluto.

      14:4.9 (157.1) La descomposición y la muerte no son parte del ciclo de vida en los mundos de Havona. En el universo central, las cosas vivientes más bajas sufren la transmutación de la materialización. Cambian de forma y manifestación, pero no se resuelven en un proceso de descomposición y muerte celular.

      14:4.10 (157.2) Los nativos de Havona son todos los vástagos de la Trinidad del Paraíso. No tienen progenitores, y no se reproducen. No podemos describir la creación de estos ciudadanos del universo central, de los seres que no fueron creados. La entera historia de la creación de Havona es un intento de poner en términos espacio-temporales un hecho de eternidad que no tiene ninguna relación con el tiempo ni con el espacio tal como el hombre mortal los entiende. Pero debemos conceder a la filosofía humana un punto de origen; aun personalidades que están muy por encima del nivel humano requieren un concepto de «principio». Sin embargo, el sistema Paraíso-Havona es eterno.

      14:4.11 (157.3) Los nativos de Havona viven en los mil millones de esferas del universo central en el mismo sentido en que otras órdenes de ciudadanía permanente habitan en sus respectivas esferas de natividad. Tal como la orden material de filiación vive en la economía material-intelectual y espiritual de mil millones de sistemas locales dentro de un superuniverso, del mismo modo, en un sentido más amplio, viven y funcionan los nativos de Havona en los mil millones de mundos del universo central. Acaso podríais considerar a estos habitantes de Havona como criaturas materiales en el sentido en que la palabra «material» se pueda ampliar para describir las realidades físicas del universo divino.

      14:4.12 (157.4) Existe una vida que es peculiar de Havona y que posee significación en sí y de sí misma. Los habitantes de Havona sirven de muchas maneras a los descendientes del Paraíso y a los ascendentes de los superuniversos, pero también viven existencias que son únicas en el universo central y tienen un significado relativo independientemente del Paraíso o de los superuniversos.

      14:4.13 (157.5) Así como la adoración de los hijos de fe en los mundos evolutivos sirve para satisfacción del amor del Padre Universal, del mismo modo la exaltada adoración de las criaturas de Havona sacia los perfectos ideales de belleza y verdad divinas. Así como el hombre mortal trata por hacer la voluntad de Dios, estos seres del universo central viven para gratificar los ideales de la Trinidad del Paraíso. En su naturaleza misma ellos son la voluntad de Dios. El hombre se regocija en la bondad de Dios, los habitantes de Havona gozan de la divina belleza, mientras que ambos disfrutáis el ministerio de la libertad de la verdad viviente.

      14:4.14 (157.6) Los havonales tienen destinos optativos tanto presentes como futuros no revelados. Mas existe una progresión de criaturas nativas que es peculiar al universo central, una progresión que no incluye ni el ascenso al Paraíso ni la penetración en los superuniversos. Esta progresión a un estado más elevado en Havona puede sugerirse de la siguiente manera:

      14:4.15 (157.7) 1. Progreso experiencial hacia fuera, desde el primero hasta el séptimo circuito.

      14:4.16 (157.8) 2. Progreso hacia dentro desde el séptimo hacia el primer circuito.

      14:4.17 (157.9) 3. Progreso intracircuitorio —progresión dentro de los mundos de un circuito dado.

      14:4.18 (157.10) Además de los nativos de Havona, los habitantes del universo central incluyen numerosas clases de seres que son modelos originales para varias agrupaciones universales: asesores, directores y maestros de su tipo y para su tipo en toda la creación. Todos los seres en todos los universos se moldean según alguna orden de ser que es un modelo original, y que vive en uno de los mil millones de mundos de Havona. Incluso los mortales del tiempo tienen sus objetivos e ideales de existencia de la criatura en los circuitos exteriores de estas esferas de modelo original en lo alto.

      14:4.19 (157.11) Luego existen esos seres que han alcanzado al Padre Universal, y que tienen el derecho de ir y venir, que están asignados aquí y allá en los universos, en misiones de servicio especial. Y en cada mundo de Havona se encontrarán los candidatos para el logro, los que físicamente han llegado al universo central, pero no han logrado aún ese desarrollo espiritual que les permitirá solicitar la residencia en el Paraíso.

      14:4.20 (158.1) Una hueste de personalidades representan el Espíritu Infinito en los mundos de Havona, seres de gracia y gloria, que administran los detalles de los intrincados asuntos intelectuales y espirituales del universo central. En estos mundos de perfección divina realizan la obra indígena para la conducta normal de esta vasta creación y, además, llevan a cabo las múltiples tareas de enseñanza, capacitación y ministerio para con el enorme número de criaturas ascendentes que han trepado a la gloria desde los oscuros mundos del espacio.

      14:4.21 (158.2) Existen numerosos grupos de seres nativos del sistema Paraíso-Havona que no están en modo alguno asociados directamente con el plan de ascensión de logro de la perfección de la criatura; por lo tanto, se los ha omitido de las clasificaciones de personalidad presentadas a las razas mortales. Se presentan aquí sólo los grupos principales de seres sobrehumanos y aquellas órdenes directamente conectadas con vuestra experiencia de supervivencia.

      14:4.22 (158.3) En Havona pulula la vida de seres inteligentes de todas las fases, que allí buscan avanzar desde los circuitos más bajos hasta los más altos en sus esfuerzos por alcanzar niveles más elevados de comprensión de la divinidad y una apreciación más amplia de los significados supremos, de los valores últimos y de la realidad absoluta.

      14:5.1 (158.4) En Urantia pasáis por una prueba breve e intensa durante vuestra vida inicial de existencia material. En los mundos de estancia y a través de vuestro sistema, constelación y universo local, atravesáis las fases morontiales de la ascensión. En los mundos de capacitación del superuniverso pasáis por las verdaderas etapas espirituales de progresión y sois preparados para el tránsito final a Havona. En los siete circuitos de Havona vuestro logro es intelectual, espiritual y experiencial. Existe una tarea definida que debe cumplirse en cada uno de los mundos de cada uno de estos circuitos.

      14:5.2 (158.5) La vida en los mundos divinos del universo central es tan rica y tan plena, tan completa y tan colmada, que trasciende completamente el concepto humano de todo aquello que puede experimentar un ser creado. Las actividades sociales y económicas de esta creación eterna son completamente distintas de las ocupaciones de las criaturas materiales que viven en mundos evolutivos como Urantia. Incluso la técnica del pensamiento en Havona es diferente del proceso de pensamiento en Urantia.

      14:5.3 (158.6) Las reglamentaciones del universo central son adecuada e inherentemente naturales; las reglas de conducta no son arbitrarias. En cada requisito de Havona se divulga la razón de la rectitud y el reinado de la justicia. Y estos dos factores, combinados, equivalen a lo que en Urantia se denomina equidad. Cuando lleguéis a Havona, disfrutaréis haciendo con naturalidad las cosas del modo en que deben hacerse.

      14:5.4 (158.7) Cuando los seres inteligentes alcanzan por primera vez el universo central, son recibidos y hospedados en el mundo piloto del séptimo circuito de Havona. A medida que los recién llegados progresan espiritualmente y adquieren comprensión de la identidad del Espíritu Rector de su superuniverso, son transferidos al sexto círculo (es sobre este modelo en el universo central que se han designado los círculos de progreso de la mente humana). Una vez que los seres ascendentes han alcanzado una comprensión de la Supremacía y están por lo tanto preparados para la aventura de la Deidad, se trasladan al quinto circuito; y después del logro del Espíritu Infinito, son transferidos al cuarto. Después del logro del Hijo Eterno, se les traslada al tercero; y cuando han reconocido al Padre Universal,

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