Tristes por diseño. Geert Lovink

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Tristes por diseño - Geert  Lovink El origen del mundo

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nuestros esclavos (tributo a Yuk Hui) – «Siempre supe que era un buen escritor pero pensé que haría poesía, o ficción, no los emails que terminé haciendo». (OH) – «Das Handy un die Zuhandenheit des Virtuellen» (ensayo alemán) – «Una de mis técnicas favoritas de autolesión es googlear pasajes aéreos a Bali». Addie Wagenknecht – «No es el tamaño, sino la escala la que cuenta». Barnett Newman – «Alerta: Podrías no gustarle a la gente después de esto». – «Smart is the new smoking». Johanna Sierpstra – «Por favor dele “me gusta” a nuestro ataque de envenenamiento de DNS aquí». – «¡TENGO LA CASA PARA MÍ SOLO ESTA NOCHE! *se pone a mirar su teléfono». «Internet es como el Viejo Oeste. Creíamos ser los vaqueros, pero resulta que somos los búfalos». AnthroPunk.

      ¿Cuál es el destino de la crítica sin consecuencias? Como Franco Berardi me explicó cuando lo visité en Bolonia para discutir este proyecto editorial, es la verdad la que nos pone tristes. Nos faltan modelos de rol y héroes. En cambio, lo que tenemos son paranoicos buscadores de la verdad. En tanto nuestras respuestas a la alt-right y a la violencia sistémica resultan tan predecibles e impotentes, Franco me sugirió dejar de hablar. No responder. Rechazar volvernos noticias. No alimentar a los trolls. La tecno-tristeza, como se explica en este libro, no tiene fin, no toca fondo. ¿Cómo hacemos para revertir la aceleración de la alienación, un movimiento que inevitablemente termina en un trauma? En vez de gestos vacíos y patéticos, deberíamos ejercitar una nueva táctica de silencio, dirigiendo la energía y recursos liberados hacia la creación de espacios temporales de reflexión.

      En el papel, nuestros desafíos globales se ven enormes; en pantalla, fracasan en ser traducidos a la vida diaria. En vez de mirar justo a los ojos a estas fuerzas titánicas, nos encontramos adormecidos, con un humor agridulce, distraídos, raros y algunas veces directamente deprimidos. ¿Deberíamos interpretar el intenso uso de las redes sociales como un mecanismo de supervivencia? La nuestra es una era profundamente no heroica, no mitológica, simplemente chata. Después de todo, los mitos son historias que necesitan tiempo para desarrollar una audiencia amplia, para construir sus tensiones, para representar su drama. No: nuestro tiempo está marcado por las micropreocupaciones del frágil yo. Cada uno tiene sus razones para apagarse y para cubrirse en su coraza. Mientras que las corporaciones pueden crecer por las noches hasta convertirse en estructuras gigantescas, estrafalarias en su infraestructura, nuestro entendimiento del mundo se queda atrasado, o se reduce incluso.

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