Universidad y Sociedad: Historia y pervivencias. AAVV

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Universidad y Sociedad: Historia y pervivencias - AAVV CINC SEGLES

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mientras que el diploma de humanidades modernas excluía los estudios de derecho y medicina.

      El éxodo masivo tras la independencia provocó que las escuelas llamadas «interraciales» se encontraran sin alumnos y sin profesores: los unos y los otros, prácticamente todos, colonos e hijos de colonos, habían abandonado de manera precipitada el Congo hacia la metrópoli.

      Élisabeth Mudimbe, como las primeras congoleñas que entraron en la sección de humanidades de la escuela secundaria, era hija de évolués. Su padre pertenecía, a su vez, a la primera generación de ayudantes médicos del Congo belga formados en la escuela AMI –asistentes médicos indígenas–. A través de la revista La Voix du Congolais, los évolués, reclamaron la educación en francés para sus hijas, ya que su conocimiento era un signo de civilización y de asimilación.32

      Al terminar la escuela secundaria, en una institución católica, la universidad católica de Lovaina parecía el camino trazado para proseguir los estudios universitarios. Tras un corto espacio de tiempo en su facultad de filosofía y letras –departamento de filología romana–, a finales de 1963 regresó al Congo para proseguir en la universidad Lovanium sus estudios. Élisabeth hará la siguiente reflexión –citamos en el idioma original a fin de reflejar fielmente el pensamiento de la autora–:

      … Le Collège Saint-Louis, où j’avais fait mes humanités jusqu’en classe de Poésie, était mixte. Je ne m’étais jamais posé la question de ma place comme fille, et je n’ai jamais éprouvé de complexe à être pendant quelques années la seule fille noire. Être en tête de clase me donnait sans doute l’assurance qui était la mienne, supprimait peut-être l’arrogance posible du groupe dominant, et compensait en quelque sorte le rapport d»inégalité qui existait entre les filles, mins nombreuses, et les garçons majoritaires, et puisque nos sommes en période coloniale, entre sujets blancs et sujets noirs.33

      Mientras que en los años sesenta la universidad belga contaba ya con un buen número de mujeres, en Lovanium apenas había una media docena de estudiantes nigerianas anglófonas y tres congoleñas: Philomène Makolo que terminará sus estudios en ciencias sociales en los Estados Unidos, Marie-Louise Kabangui que continuará ciencias políticas en Lovaina y la propia Élisabeth Mudimbe. Formarán la primera generación de congoleñas en la universidad, junto a Ina Disengomoka en medicina en la universidad libre de Bruselas y Madeleine-Sophie Lihau-Kanza en ciencias económicas en la universidad de Ginebra, primera diplomada universitaria congoleña. Después, en 1967, Élisabeth Mudimbe será la segunda mujer congoleña en obtener un diploma universitario, la primera congoleña diplomada de Lovanium y nombrada profesora ayudante en la universidad y la primera también en presentar una tesis doctoral. Finalmente, a pesar de la sociedad sexista y de expresiones como femmes savants o haute coutume que circulaban en el campus para designar a las mujeres universitarias, la autora guarda el recuerdo cordial de sus relaciones con sus condiscípulos del departamento de filología romana y sus profesores, todos hombres, sin que en ese tiempo manifestarán actitudes discriminatorias: a pesar de las estructuras heredadas de la universidad occidental, existía en Lovanium un espacio de pensamiento independiente y de iniciativas, de diversidad y de creatividad individual y colectiva.34

      La llegada de la mujer a la universidad congoleña se manifestó en un primer momento a través de la escuela de enfermería anexa a las clínicas universitarias. Inaugurada en 1958 para las jeunes filles, la construcción de los edificios definitivos –escuela e internado– aspiraba a albergar unas 100 alumnas. El 15 de julio de 1961 se expidieron los tres primeros diplomas.35 Durante los primeros años la estudiante universitaria era religiosa o extrajera, en su mayoría belga o nigeriana.36 Siguiendo la población estudiantil de la universidad Lovanium, en el año académico 1962-1963 se inscribió la primera mujer en la facultad de ciencias económicas y sociales, frente a un total de 987 hombres. Las facultades con mayor presencia femenina durante el período comprendido entre 1962-1970 fueron en primer lugar, la facultad de ciencias económicas y sociales, seguida de la facultad de filosofía y letras, pedagogía y psicología y derecho.37

      En el año académico 1978-1975 el campus de Kinshasa contaba con 538 mujeres frente a 4.379 hombres. El campus universitario de Lubumbashi tenía inscritas en 1971-1972 197 mujeres, frente a 4.073 hombres, alcanzando la cifra de 316 mujeres en 1978-1979, frente a 4.020 hombres. En cuanto a la universidad libre del Congo, inició el año académico 1969-1970 con 16 mujeres, frente a 561 hombres. Durante el año 1977-1978, la universidad, convertida ya en campus universitario de Kisangani, albergaba en sus aulas un total de 126 mujeres frente a 1.145 hombres.38

      La universidad del Congo postcolonial de la primera república (1960-1965) estuvo bajo el dominio de una elite que había asimilado el modelo de género aportado por el colono, esto es, el modelo tradicional patriarcal: marido proveedor, mujer jurídicamente incapaz y limitada al cuidado de la familia. La universidad de la segunda república abre un periodo de reconstrucción que pretende deshacerse de la herencia colonial. Bajo el recurso a la «autenticidad», el régimen de Mobutu abre el espacio público a las mujeres alentándolas a participar en la revolución. Se les anima igualmente a estudiar y a integrarse en el mercado de trabajo. El derecho al voto –concedido a las mujeres en 1970– y el nombramiento de mujeres en puestos políticos reflejan esa ruptura con el pasado. Sophie Lihau-Nkanza fue nombrada ministra de asuntos sociales en 1966.

      Sin duda, las políticas de emancipación de las mujeres suscitaron el debate en la opinión pública. Para algunos, las bases de la igualdad entre hombres y mujeres ya existen, existe el reconocimiento jurídico. Sin embargo, la promoción de la mujer, principalmente en el ámbito de la educación superior y universitaria, no acaba de producirse. La opinión mayoritaria es favorable a la igualdad de la mujer en derechos y libertades, la paridad y su visibilidad en el espacio público. No obstante, antes de lanzarse a la conquista del poder político debe alcanzar otras virtudes como madre y esposa…

      ENTREVISTAS A UNIVERSITARIAS. PRIMERAS NOTAS

      Una vez trazado el panorama de la evolución de la mujer en la universidad congoleña, siguiendo un protocolo de trabajo elaborado por Yolanda Blasco Gil para las fuentes orales,39 decidimos proceder a realizar las entrevistas. Aparte de las matrículas como fuente de información –dado el complicado acceso a los archivos–, se trata de obtener testimonios orales de mujeres universitarias diplomadas o con estudios. Fuentes orales que nos servirán para recoger una historia oral y analizar: trayectorias académicas, profesionales y experiencias vitales, es decir, como lo vivieron ellas en primera persona. Observar las diferencias entre unas y otras desde su percepción como mujeres de la universidad que vivieron, su integración en ese mundo laboral de hombres y sus dificultades o facilidades para realizar la carrera, ejercer y ocupar cargos y su experiencia como mujeres, hijas, esposas y madres siendo universitarias. Testimonios orales donde quede reflejado su procedencia geográfica, status social, edad, nacimiento, inicio de carrera, movilidad, participación en la política, ejercicio profesional, publicaciones… No obstante, hemos encontrado muchas dificultades:

      – Alrededor del 20% de las matrículas corresponden a mujeres, con una diferencia de actitud en las aulas porque las mujeres se muestran generalmente más pasivas que los varones.

      – Esta cifra aumenta ligeramente en número en el caso de la universidad de Kinshasa, en la capital, en relación a los establecimientos superiores y universitarios de otras provincias menos pobladas.

      – Hay muy pocas mujeres en tercer ciclo y ocupando cargos académicos.

      – Muy pocas mujeres profesoras.

      – A la hora de abordar el trabajo surge el problema en cuanto a la reticencia de la mujer a hablar de temas personales académicos.

      – Abandono de los estudios por el matrimonio y cuidado de

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