Cartas II (Edición crítico-histórica). Josemaria Escriva de Balaguer
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14b
Será deber de los Directores cuidar de que nunca desfallezca, en esos hermanos suyos, este empeño: animándoles, al hacerles ver las amplias perspectivas de apostolado que ofrece su trabajo profesional. Sueño con que haya pronto profesionales de prestigio ya logrado que, con cariño fraterno y con deseos de servicio, orienten y promuevan esa tarea de formación profesional, transmitiendo a los demás —con verdadera humildad— su ciencia y su rica experiencia en este terreno, sabiendo descubrir y formar a quienes tengan condiciones para la enseñanza.
14c
Preparación de profesores
Deseo que, en cuanto lo permita el desarrollo de la labor apostólica, haya en todas las Regiones a donde vayamos una o más casas destinadas especialmente a los hijos míos —y lo mismo para la Sección femenina— que preparen concursos, oposiciones, exámenes, etc., para puestos docentes; casas que tengan el ambiente de estudio y la tranquilidad necesaria, con los medios idóneos para ese trabajo, con una completa información acerca de las bibliotecas públicas, y todo cuanto pueda facilitar esa preparación.
15a
Libertad de opinión y pluralismo en la Obra
Sin embargo, insisto en que la Obra no constituirá jamás un grupo o escuela propia en el campo de las ciencias: mis hijos y mis hijas tendrán siempre la misma libertad que los demás fieles católicos, con la misma incondicionada adhesión a la doctrina de Jesucristo, tal como el Magisterio de la Iglesia la propone. Si permanecéis en mi palabra, seréis en verdad discípulos míos y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres[24].
15b
También como los demás católicos —sus iguales, ante la Iglesia y ante el Estado— podrán mis hijos, y será conveniente que lo hagan, constituir individualmente, a título personal, esos grupos o escuelas, siempre con el más pleno respeto a la libertad de sus alumnos y a las opiniones de los demás, y con la prudencia necesaria en todo lo que de algún modo haga relación a la fe o a las costumbres. He dicho que convendrá, porque es corriente que se haga; porque —aprovechando este modo de proceder tan habitual en la sociedad civil— será un medio más de apostolado; porque será manifestación de la libertad de que gozamos en Casa; y porque será un modo de contribuir al progreso de las ciencias.
16a
Exigencias de la labor docente
Al dedicarse a esa labor de preparar a otros para la enseñanza, procurarán inculcarles el profundo convencimiento de que la profesión docente ha de ejercitarse con un abnegado espíritu de servicio, y que exige una dedicación plena; que deben contribuir a que en todos los ambientes de la enseñanza reine un clima de libertad, de comprensión, de recíproca estimación, de rectitud y de amor a la verdad. Les harán ver que tendrán a su vez el deber de formar a otros, con la alegría de que puedan llegar a ser mejores que ellos.
16b También aquí podríamos aplicar de algún modo aquellas palabras del Señor: qui autem fecerit et docuerit, hic magnus vocabitur in regno caelorum[25]; será, hijos míos, tenido por grande en el Cielo quien, además de procurar vivir con rectitud y con eficacia su propio trabajo, haya enseñado a otros, de modo que puedan empezar ventajosamente donde él ha terminado.
17a
Características de las obras corporativas
Volvamos ahora a detenernos en la consideración de algunas características principales de esos centros de enseñanza, que serán obras corporativas del Opus Dei; características que, en gran parte, procuraremos que tengan también esos otros centros, promovidos y dirigidos por colaboradores de nuestro apostolado.
17b
De todos los tipos y niveles
He dicho ya que nuestras obras corporativas de enseñanza serán relativamente pocas —será preciso atender a las circunstancias de la geografía, de la historia y del tiempo—, pero que habrá de todos los niveles y de todos los tipos: colegios de segunda enseñanza, facultades universitarias, escuelas técnicas y de capacitación profesional, escuelas del hogar, academias, institutos de idiomas, granjas-escuelas, etc.
17c
Con pocos socios de la Obra
También serán siempre pocos los socios de la Obra que trabajarán en esos centros: no podemos hacer como un alarde de personal, y conviene que —en la mayor parte de los casos— cada uno ejercite individualmente su profesión. Sería un error reunir a muchos de nuestra Familia en el mismo sitio, para trabajar profesionalmente en la misma actividad. Nosotros sentimos la necesidad de abrirnos en abanico, de hacernos presentes en todas partes, de llegar al mayor número posible de personas, de hacer que mucha gente colabore en nuestros apostolados.
17d
Ayuda de personas ajenas a la Obra
Por tanto, en esos centros trabajarán pocos socios de la Obra. Han de ser sobre todo nuestros colaboradores y amigos, quienes se encarguen de la mayor parte de la labor docente: hombres y mujeres bien preparados profesionalmente, de buena conducta, que puedan entender la fisonomía propia de esa actividad apostólica, y que estén dispuestos a trabajar con empeño —siempre con la remuneración que sea justa, más que justa: generosa—, que de este modo conocerán mejor, practicarán y enseñarán a practicar el espíritu sobrenatural de la Obra.
17e
Colaboración de los no católicos
Trabajarán allí católicos y no católicos, porque sentimos predilección por el apostolado ad fidem: personas nobles y leales que, al acercarse a nosotros con ocasión del trabajo profesional y sentirse ganadas por la amistad sincera y el cariño de mis hijos, irán perdiendo toda posible aversión o indiferencia hacia la Iglesia, y colaborarán gustosas en nuestro apostolado al menos por su valor humano; y que, con la oración y la mortificación de todos, y con una delicada y prudente catequesis, podrán llegar a recibir la gracia de la conversión y el gozo de la fe, sobre el fundamento de su rectitud, pudiéndose más tarde decir de ellos aquella alabanza que recogen los Hechos de los Apóstoles: estaba instruido en el camino del Señor, y hablaba fervorosamente, y enseñaba con diligencia todo lo referente a Jesús[26].
17f
Se hará preciso, con el tiempo, organizar para esos maestros cursos de formación, en los que mejoren sus condiciones didácticas, cambien impresiones sobre las experiencias personales de su trabajo y se enciendan en deseos de aprovechar su tarea profesional, para hacer un apostolado eficaz en las almas de sus alumnos.
18a
Labor específica de los socios
Aunque pocos, es necesario que haya siempre algunos miembros de la Obra en esos centros, porque no podemos dejar de tener el control de la dirección —espiritual, pedagógica y económica— de esas labores, de modo estable y garantizado. Si no fuera así, carecerían de eficacia apostólica y perderían, para nosotros, su razón de ser: porque el Opus Dei, corporativamente, no desarrolla ninguna actividad que no sea eminentemente apostólica.
18b
Autonomía de dirección
Esa necesaria autonomía de dirección —exigida por nuestro afán de almas: non quaero gloriam meam[27], sólo nos mueve la gloria de Dios—, comprenderá tanto lo que se refiere a la formación espiritual