El Perú imaginado. Ricardo Bedoya
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La crónica de estas peripecias es poco más o menos los que Stevenson llamaba “romance”, por oposición a la novela psicológica o al drama pasional. En el romance, influye decisivamente la construcción de ambientes, detalles de atrezzo, paisajes… Aquí sí influyen los datos exóticos, así como sus elementos misteriosos y la exacerbación de la influencia de la naturaleza con sus voces más roncas. (Savater, 2008, p. 60)
Las películas de aventuras amazónicas son pródigas en esas características.
*Manhunt in the Jungle (1958), de Tom McGowan, producida por Cedric Francis, sobre un guión de Sam Merwin Jr. y Owen Crump, para Warner Brothers, se filma en el Perú y Brasil desde el mes de septiembre de 1956.
Los ríos amazónicos son escenarios centrales para la historia de la búsqueda del coronel Percival Harrison Fawcett, conocido como Percy Fawcett, perdido en la selva del Mato Grosso, en Brasil. La travesía, emprendida en 1928 por el comandante George M. Dyott evoca la búsqueda de Livingstone por el periodista Stanley en el África de 1871.
Una subtrama del filme coloca a la expedición de Dyott en la ruta de El Dorado (la ciudad perdida de “Z”, como la denominaba Fawcett), lugar mítico que establece el derrotero de tantas ficciones narrativas y que Fawcett anhelaba encontrar. La jungla brasileña donde se desarrolla la acción fue ambientada parcialmente en territorio amazónico peruano, disponiéndose pirañas, una anaconda y otros enseres de utilería.
*Manhunt in the Jungle apela a la figuración de actores del país, como Luis Álvarez, Jorge Montoro, Natalia Mazuelos, el policía Reynaldo Nonone, Vlado Radovich, Emilio Meier, así como el estadounidense James Wilson (Fawcett), que había participado en algunas puestas en escena del grupo teatral limeño Good Companions. Junto con ellos aparecían Robin Hughes (como Dyott), John B. Symmes y James Ryan14.
En febrero de 1957, Warner Brothers envía a los actores Jarma Lewis y Keith Larsen para filmar en la selva peruana algunos exteriores de *Aventurero del Amazonas, serial de 39 episodios de treinta minutos de duración cada uno. El rodaje se lleva a cabo en Iquitos y las imágenes registradas en el país se incluyen en el capítulo llamado “La advertencia de las plumas”. La carencia de informaciones sobre este serial –en la que también figura el actor peruano Jorge Montoro– es casi absoluta y, al parecer, no llega a tener exhibición pública.
*800 leguas por el Amazonas (*La jangada, 1959), de Emilio Gómez Muriel, es una producción mexicana con guion de Julio Alejandro, basada en La Jangada, huit cents lieues sur l’Amazone, novela de Jules Verne publicada en 188115.
Carlos López Moctezuma, Rafael Bertrand y Elvira Quintana protagonizan la historia de Joao Garral, próspero empresario agrícola de Iquitos, que viaja a su país natal, Brasil, para asistir a la boda de su hija. El recorrido resulta riesgoso para el empresario, ya que la justicia brasileña lo requiere por una causa pendiente: se le acusa de homicidio. El viaje familiar de Garral en una embarcación por el río Amazonas lo enfrenta a circunstancias diversas, desde la agresividad de los indígenas hasta el chantaje de un personaje que conoce más de lo necesario sobre su pasado.
A pesar de la ubicación geográfica de la trama, la música costeña se infiltra en la ficción inspirada por Jules Verne. El cantante chileno, Antonio Prieto, entona una versión del vals Nube gris, de Eduardo Márquez Talledo, y La flor de la canela, de Chabuca Granda, también es interpretada y coreada. Se añaden otras melodías latinoamericanas, a la manera de un popurrí hemisférico, haciendo las veces de clips destinados a airear la acción.
*El tesoro de la selva perdida (*The Treasure of the Amazon, también conocida como *El tesoro del Amazonas, 1985), de René Cardona Jr., es una producción mexicana realizada con la participación de capitales estadounidenses. Stuart Whitman, John Ireland, Donald Pleasence, Bradford Dillman, Emilio Fernández, Pedro Armendáriz Jr. y Hugo Stiglitz, entre otros, figuran en los créditos actorales. La inspiración dramática y narrativa resulta tan escasa como los recursos financieros puestos en juego para la producción.
En esta típica película de serie B, los protagonistas, exploradores y aventureros de escasos escrúpulos, remontan los ríos amazónicos en pos de unos diamantes de origen inca ocultos en los alrededores. Al hacerlo, sufren los asaltos de indígenas enardecidos por la irrupción de extranjeros en sus territorios, son atacados por animales salvajes y por una partida de fieras guerreras amazonas.
*Una serie de eventos desafortunados (*Lemony Snicket’s A Series of Unfortunate Events, 2004), de Brad Silberling, tiene al comediante Jim Carrey como protagonista. Su personaje, el conde Olaf, se hace cargo de la educación de los acaudalados huérfanos Baudelaire. Su intención es, por cierto, apoderarse de la herencia de los tres niños.
En una de las primeras secuencias de la película, el Tío Monty (Billy Connolly) informa a los niños sobre un viaje que emprenderán al Perú, en búsqueda de raros ofidios:
Tío Monty: —¿Les mencioné que nos vamos al Perú?
Niños: —No.
Tío Monty: —Sí, nos vamos al Perú. Mañana temprano. ¿No les parece emocionante?
Más adelante, el tío conversa con el pérfido Olaf:
Tío Monty: —Los niños nos ayudarán con la búsqueda en el Perú. ¿Tiene usted alguna experiencia con niños?
Olaf: —Los niños son extraños para mí. Nunca los tuve, pero sé que forman parte importante del ecosistema.
La muerte del cazador de serpientes es el motivo alegado para cancelar la expedición hacia la selva peruana.
*Expats (2013), de Robyn Adams, documental filmado en Iquitos que muestra la construcción de una balsa de remos destinada a remontar el río Amazonas.
*Aventura Jurásica (*Extinction, 2013), de Adam Spinks, es una producción británica de bajo presupuesto grabada con cámaras digitales que simulan ser las que portan y usan los protagonistas, unos expedicionarios que se internan en la jungla.
En este “falso documental”, heredero de la estética del fake impuesta para el cine de terror y aventuras por Holocausto caníbal (1980), de Ruggero Deodato, y prolongada por otras películas tributarias de El proyecto de la bruja de Blair (The Blair Witch Project, 1999), de Daniel Myrick y Eduardo Sánchez, la selva peruana está poblada por serpientes de colores nunca vistos, aves desprotegidas y feroces dinosaurios, acaso calcados de la novela El mundo perdido (The Lost World), de Arthur Conan Doyle, publicada en 1912.
La expedición científica pretende estudiar especies biológicas en peligro de extinción, a causa de la tala indiscriminada emprendida por multinacionales de escasos escrúpulos. Pero esos afanes se interrumpen con la amenaza de seres prehistóricos depredadores que atacan al ver invadidos sus territorios. El Welcome to Peru que recibe a los expedicionarios se convierte en una frase sarcástica que contrasta con la realidad.
La precariedad de la producción limita la verosimilitud dramática de *Aventura Jurásica: los efectos de realismo propuestos por el “falso documental” se desbaratan con la inocultable apariencia de un ser de quincallería que irrumpe para causar el pánico de los personajes y la hilaridad de los espectadores. Lo único antediluviano aquí es la calidad de los efectos especiales.
“Entre todas las representaciones sobre la Amazonía,