El valioso secreto que esconde tu sonrisa. Verónica Romero
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Hemos venido a experimentar esta experiencia humana con un contrato, donde elegimos todo lo que necesitamos para el aprendizaje espiritual en el campo físico y así poder ascender en el momento de nuestra transición. Elegimos a nuestra familia, el lugar donde nacemos y el momento en el que morimos. Elegimos las experiencias que por el karma debemos sanar para la liberación y la ascensión de nuestro ser, aunque puede que para muchos de nosotros sea duro de aceptar.
Puede que tu propósito o misión sea impartir las enseñanzas del camino de la luz teniendo que experimentar la oscuridad.
Puede que hayas venido a inspirar a los demás o a cerrar un aspecto negativo del karma. Vivimos una misma experiencia, pero depende de tu percepción de la frecuencia en la que estés experimentando el camino, será la clave para avanzar, sanar y romper con la información negativa de tus acciones en vidas pasadas o ancestros, para que tus sucesores puedan experimentar la plenitud de sus almas, sin tener que pasar por las situaciones kármicas de sus antepasados y seguir con la evolución.
La experiencia de la existencia es la misma para todos, solo dependerá de la frecuencia en la que estés vibrando. Lo importante es darte cuenta de tu estado emocional en ese momento, para así cambiarlo usando las herramientas adecuadas, como el conocimiento, el amor, la empatía etc.
La Muerte
Mejor dicho, transformación.
Llámalo como quieras, transición, muerte, transmutación... Intenta no pensar en esa palabra con un sentimiento negativo.
Conocemos por muerte, como algo que jamás volverá a existir, la incertidumbre de lo que nos pasará, el miedo de desaparecer del estado físico, de no vivir en nuestro cuerpo, de que desparezcan nuestros recuerdos o creencias, incluso de ser olvidados y de convertirnos en la nada. Pero hay algo que nunca muere y eso es el alma.
Los latidos dan impulso a tu corazón para que experimentes esta experiencia humana, mientras que tu alma es la que da amor y vida a esos latidos para guiarlos por el camino de tu propósito aquí en la tierra.
Nunca sabremos que es lo que nos pasará al morir, pero sí te puedo contar mi experiencia personal con la transición del estado físico al plano espiritual.
El ocho de Octubre del 2005 sería el ultimo día que podría sentir la presencia de mi padre como ser humano. Eran cerca de las ocho de la noche, todos estábamos en el hospital acompañándolo en sus ultimas horas. Muchas cosas pasaron durante la tarde, esperando el momento de su marcha, pero en ese momento no lo quieres aceptar.
Yo no quise separarme de él ni un instante, estaba sentada a su lado izquierdo y mi abuela sentada en el lado derecho. Perdí la noción del tiempo, eso ya no era importante, una vez que entras en un estado de tristeza profunda, eres como el agua de un río que se deja llevar y fluye en calma.
Tomé su mano y ya no la quise soltar. Disfrutaba del tacto, de la suavidad de su piel, percibía cada pequeño gesto como un gran acontecimiento. Cuando movía la mano o respiraba más fuerte de lo normal, sentía una sensación de esperanza. Solo quería sentir cada latido, por pequeño que fuera. Le decía lo mucho que lo quería y le daba las gracias por toda una vida a su lado.
Pasaba el tiempo y su corazón seguía latiendo. Me quedé en un estado de calma tan profundo mientras tenía su mano tomada, que aún habiendo gente, todo lo que podía percibir en ese lugar era un silencio absoluto. No era consciente del estado de calma y de silencio interno en el que estaba entrando, ni siquiera sabía que hacían los demás. Era como si me hubiera aislado y separado de esa realidad para entrar en otra.
En un instante, algo maravilloso me pasó dentro de ese estado de silencio absoluto. Sentí un amor tan grande que invadió todo mi ser. Un amor puro, un amor infinito, un amor grandioso que me abrazó. Fue como si una honda expansiva penetrara en mi pecho llenándome de amor. Miré hacia mi padre porque no podía con tanto amor. Justo en ese momento él se estaba marchando.
¿Qué fue ese amor tan grande que sentí justo en el momento que se marchaba? Durante mucho tiempo me lo preguntaba.
¿Ese amor es lo que se siente cuando trascendemos? ¿Eso es lo que somos? ¿Es eso lo que nos espera, una plenitud absoluta?
¿Podía ser que fuera su regalo para mí? ¿Estaba tan conectada al momento presente, que por eso pude percibir ese amor que emanaba su alma al marcharse?
No se exactamente qué es lo que nos pasará al morir, pero si es eso lo que se siente, es tan hermoso que te puedo decir que no hay miedo, solo amor.
A partir de ese instante, mi percepción de la muerte cambió.
Desde entonces, ese amor lo pienso casi cada día.
El amor que sentí con su partida, fue un regalo que me dio la vida.
Dar a luz, ir hacia la luz
¡Qué paradigma de la vida! Antes de venir a este mundo, vivías una realidad totalmente diferente a la que estás percibiendo ahora, la cual no logras recordar.
En este preciso momento estás viviendo esta experiencia humana, sabiendo que un día estuviste en el vientre materno sin tener memoria de ello y, a su vez, pensando que todo el proceso de creación era en tiempo divino. Estando aquí, te dicen que irás hacia la luz sin saber exactamente qué encontrarás.
Parece sencillo, ¡dar a luz, ir hacia la luz!
Todo es luz y ¿Por qué? Porque has sido, eres y serás un ser de luz.
El vientre materno es nuestro primer hogar aquí en la tierra.
Durante ese periodo de gestación, somos esa intención creada a través del amor que están compartiendo dos seres humanos. Por eso es tan importante tener relaciones sexuales con personas que compartas un momento muy especial y único. Crear una vida desde el amor más puro y apasionado, es el primer paso para ayudar a que ese milagro de la vida ocurra con una energía mucho más poderosa.
Cuando estamos en el vientre materno, pasamos distintas fases de nuestro desarrollo como seres humanos sin preguntarnos si nos saldrá nariz, dedos, ojos... Simplemente dejamos que el proceso de la creación siga su curso, a la vez que la espiritualidad también se va desarrollando.
Al nacer no recordamos nada de esa etapa tan extraordinaria. Has salido de un lugar absolutamente tranquilo y pacífico, sin problemas, para llegar a un mundo hostil lleno de luces y de sombras, donde todo parecen ser inconvenientes. Según tu contrato de alma deberás pasar por una serie de situaciones para sanar y cerrar tus ciclos del karma, y en algunos casos, de tus ancestros también. Así que no te duermas porque tienes deberes que hacer aquí.
Nacer, vivir tu experiencia humana y morir, son las transiciones de tu ser combinado, el antes de tu cuerpo humano, tu vivencia en esta frecuencia vibracional llamada planeta tierra y la transmutación llamada muerte. Pero nunca puede morir algo que es eterno.
El nacer es lo más parecido a la muerte y en ninguno de los supuestos podemos tener testimonio.
¿A dónde quiero llegar con esto? Nunca hemos estado solos.
Dar a luz
Cuando