El Corazón Del Tiempo. Amy Blankenship
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Читать онлайн книгу El Corazón Del Tiempo - Amy Blankenship страница 16
Kyou se enderezó de nuevo, una vez más luciendo indiferente mientras miraba a Toya pasar entre él y Kyoko, ocultándola de su vista.
Ahora, dónde he visto esto antes, pensó con molestia y luego declaró frÃamente. "Si ella va, tú no debes apartarte de su lado". El músculo de su mandÃbula se flexionaba mientras apretaba fuertemente los dientes, no le gustaba el hecho de que Toya la viera vestida con tan poca ropa.
Toya podÃa decir que Kyou era serio, y la mirada en sus ojos le dio escalofrÃos. "Yo ya sé esto", chasqueando sus dedos luego se volvió y tomó la mano de Kyoko en la suya, "Vamos". Se lo pidió en voz baja.
Kyoko no iba a discutir con eso, y no le importó el hecho de que Toya prácticamente la estaba empujando frente a él. âCuanto más rápido, mejorâ, pensó. En el momento en que ella querÃa más que nada darse prisa, ahora que estaba completamente desgreñada, prácticamente voló por las escaleras.
Toya dejó ir su mano tan pronto como supo que estaban fuera de la vista de Kyou. Vio a medida que apretaba el paso un ceño fruncido arrugando un su frente. HabÃa recogido lo que Kyou le habÃa dicho. Ãl era un guardián, su oÃdo estaba excelente. Ãl habÃa ido a buscar a Kyoko cuando Suki prácticamente habÃa volado por las escaleras, casi derribándolo en el momento.
Se enfureció con él por las palabras que habÃa oÃdo Kyou al susurrar en el oÃdo de Kyoko, y era todo lo que podÃa hacer para fingir que no lo habÃa escuchado. Nunca tuvo pensamientos de herir a Kyou pero el solo pensamiento de Kyou diciendo tales cosas a Kyoko sacó lo peor en él. No habrÃa hecho nada para merecer ese tipo de trato.
Toya intentó de aplacar esa mala sensación que tenÃa mientras que se encontraba con los demás.
*****
Al entrar en el club, Suki notó que Kyoko seguÃa estando inusualmente callada y finalmente se puso de pie para preguntar: "¿Qué era todo eso acerca de Kyou en realidad?"
"Nada en realidad", contestó Kyoko queriendo no hablar de ello en sÃ, y luego se acordó de lo que él habÃa dicho, "Ãl dijo que a partir de ahora, nadie se permitÃa estar en ese lugar, excepto Toya y yo". Ella se encogió de hombros tristemente entonces notó que Toya todavÃa la estaba observando.
Se preguntó si habÃa oÃdo lo que Kyou habÃa dicho, luego se ruborizó y rápidamente apartó la vista hacia otro lado no queriendo realmente saber la respuesta a esa pregunta. Esta fue probablemente su última noche de libertad, asà que despejó su mente y miró a su alrededor con la intención de disfrutarla de una manera u otra.
Los ojos de Suki se ensancharon cuando sintió unos brazos alrededor de ella desde atrás y la halaban hacia alguien fuerte. Torciendo el cuello para que pudiera ver su mirada conectó con unos ojos amatistas.
Shinbe bajó la cabeza hasta su cuello, acurrucada en su contra, sonriendo. "Ven a bailar conmigo", hizo señas con una voz seductora.
"Pero acabamos de llegar", Suki trató de alejarlo sinceramente.
"Lo sé", Shinbe le guiñaba un ojo a Kyoko. "QuerÃa agarrarte antes de que alguien más lo hiciera". Deliberadamente deslizó su mano seductora a través de su vientre antes de colocarla entre sus brazos para verlo de frente. Dándole a Kyoko una mirada maliciosa dijo, "Ella podrÃa estar de vuelta".
Suki asintió con la cabeza, tratando de ocultar el rubor rojo que al instante aparecÃa a través de sus mejillas. Shinbe la llevó a la pista de baile, dejando a Kyoko y Toya de pie allÃ.
Kyoko sabÃa que sus nervios no podÃan resistir más y ella se fue al bar pensando que una bebida la relajarÃa de alguna forma. Ni siquiera observó a ver si Toya seguÃa. SabÃa que le habÃan ordenado que la vigilara. No era como si estuvieran en una cita. Casi sentÃa lástima por él.
Ella volvió su atención al tipo detrás del bar encogiendo sus hombros diciendo, " Lo que sea el especialâ. Ella sonrió y asintió con la cabeza. Puso uno de veinte en el bar. No tenÃa ni idea de qué pedir; ya que ésta era la primera vez que habÃa estado en un bar. Ella fingió como si lo hubiera hecho mil veces porque lo habÃa presenciado muchas veces a través de pelÃculas y TV. Sólo esperaba que nadie se diera cuenta de su nerviosismo.
Toya llegó para estar al lado de Kyoko después de notar que el barman la seguÃa observando mientras él le hacÃa una bebida. Captó la mirada del tipo y gruñó, advirtiéndole que se apartara. Toya podÃa sentir más ojos en Kyoko, otros aparte del barman, y no le gustaba.
Kyoko se dio vuelta cuando su bebida estaba lista y trató de sonreÃrle al bartender otra vez, a su vez que le agradecÃa, pero él no la miraba a los ojos. "Bueno, eso es extraño", pensó, pero oyendo a alguien decir su nombre, miró por encima del hombro y vio a Kamui llegando. Ella le sonrió, luego tomó un trago de su bebida, y casi se ahoga con ese fuerte sabor ardiente.
Kamui la vio poner la bebida en el bar casi derramándola. Ãl sonrió mientras ella sentÃa su aliento, jadeando. "Tienes que vigilar a Kyoko, las bebidas aquà son fuertes". Frunció el ceño al bartender en desaprobación, y luego ella sonrió cuando parecÃa ser capaz de respirar de nuevo.
"No bromeo", Kyoko jadeó, limpiando una lágrima de su ojo. "Esa bebida esta hecha para matar, Dios", gimió, parpadeando.
Toya asintió con la cabeza a Kamui como si le hubiera dado permiso para hablar con Kyoko. Su mirada vagaba por la habitación notando que los guardianes y humanos no eran los únicos habitantes dentro de las luces parpadeantes del club. Sus labios se fruncieron sintiendo demonios ocultos dentro de las sombras.
Kamui observó a Kyoko sonreÃr a Shinbe y Suki mientras los veÃa bailar. Cuando las luces parpadeaban de rojo a verde y luego azul, un tono azul eléctrico parecÃa rodearla por un instante, causando la visión de Kamui cerrarse y otra imagen surgió.
En su imaginación, podÃa ver a Kyoko huyendo de un demonio enorme. A medida que su vista recorrÃa la zona, podÃa decir en el terreno en que estaba metida cayendo a un gran acantilado. Gritó su nombre para advertirle, pero cuando se volvió a buscarlo, nunca vio el borde peligroso del acantilado mientras luego tomaba ese paso letal.
Kamui podÃa sentir la adrenalina a través de él mientras sus alas brotaban de su espalda con un despliegue de coloridos destellos. Mientras volaba sobre el demonio, le disparó una explosión de fuerza vital furiosa que desintegró al demonio en el impacto. Retrayendo sus alas, dejó que su cuerpo se sumergiera en el acantilado en intento desesperado para llegar a ella.
Al igual que el suelo se acercaba a un ritmo y velocidad alarmante, agarró a Kyoko, soltando sus alas y flotando con seguridad en el suelo. Cuando sus ojos esmeraldas se conectaron con los de Kamui le preguntó: "Sólo querÃas que te salvara, ¿no?"
Saliendo de ese trance ligero, sabÃa que no podrÃa haber sido sólo un sueño, de alguna manera, en alguna parte, realmente habÃa sucedido. Sus ojos se centraron en ella