La Odisea. Homer
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[5] Los pretendientes no tienen ninguna divinidad que los proteja; las deidades no luchan entre sí, como en la Ilíada, y proceden casi siempre de acuerdo y en favor de la justicia; Neptuno y Minerva, que son los únicos dioses que están en oposición—pues aquél persigue y ésta favorece á Ulises—ejercen su influencia no simultánea sino alternativamente y sin chocar el uno con la otra, etc.
[6] Son 180 las de la Ilíada y 39 las de la Odisea.
[7] ... ἡ μὲν Ἰλιὰς ἁπλοῦν καὶ παθητικόν· ἡ δὲ Ὀδύσσεια, πεπλεγμένον (ἀναγνώρισις γὰρ διόλου), καὶ ἠθική. Aristóteles.—Poética, cap. XXIV.
[8] De lo sublime, cap. VII.
[9] ... καὶ τὴν Ὀδύσσειαν, καλὸν ἀνθρωπίνου βίου κάτοπτρον. Aristóteles.—Retórica, lib. III, cap III.
[10] La Ulyxea de Homero, traducida de griego en lengua castellana por el secretario Gonzalo Pérez.—Madrid, Imprenta de Francisco Xavier García, 1767.
[11] Homero.—La Odisea.—Traducida directamente del griego en verso castellano por D. Federico Baráibar y Zumárraga.—Madrid, Librería de Perlado, Páez y C.ª, 1906.
Tradujeron también la Odisea en verso castellano el P. Manuel Aponte, profesor de griego en la Universidad de Bolonia, y D. Francisco Estrada y Campos. Ambas traducciones, que debieron de ser muy notables, han quedado inéditas, y la primera se ha perdido. Véase la noticia sobre Hermosilla y su Ilíada, por D. Marcelino Menéndez y Pelayo.
[12] La Odisea de Homero, traducida por Antonio de Gironella.—Barcelona, Imprenta y librería politécnica de Tomás Gorchs, 1851.—En el prólogo dice el Sr. Gironella, entre otras cosas como la de que Gonzalo Pérez no tomó en serio su tarea: «Ciertamente, pues, era una consideración para un amante de las letras el regalar á su patria una tan preciosa antigüedad; pero en mí este patriótico impulso estaba balanceado por dos consideraciones: decía á mis instigadores: «pero si á pesar mío confieso que no me gusta, y si no sé el griego? á lo primero me contestaban que no me gustaba porque no la había visto con detención; que cuanto más adelantase en la obra más bellezas hallaría en ella, lo que confieso humildemente que, generalmente hablando, así me ha acontecido; y á lo segundo que el griego de Homero, que no es una lengua general, sino una de sus cuatro distintos dialectos, nadie lo sabe actualmente (sic), como lo prueban las continuas contradicciones que hay entre los traductores relativamente al verdadero significado de una palabra misma, y que las buenas traducciones latinas, italianas, francesas, inglesas y alemanas, son tales y de tales autores, que yo, aun cuando me hallase ser un perfecto helenista, nunca hallaría en mi original más que lo que ellos hallaron, ni sabría expresarlo mejor. Algo concluyente es este raciocinio y para mí esforcé el convencimiento á que lo fuese más. Tomé, pues, la exactísima y literal versión latina de Henr. Stephano, publicada en París en 1624, la inglesa de Pope, las francesas de J. P. Bitaubé, de Dugas-Montbel, de madama Dacier, del príncipe Le Brun, el sabio concolega del cónsul emperador, y de Eugenio Bareste, última que se ha publicado y que se supone ser la más técnica. No quise apelar á mayor número de materiales, para evitar dudas y confusiones, y estudiando bien y compulsando entre sí estos auxiliares, hallé que en efecto podía apoyarme en ellos.»
[13] Homero.—La Ilíada—Versión directa y literal por L. Segalá, con ilustraciones de Flaxman y del profesor A. J. Church.—Barcelona, Montaner y Simón, editores, 1908.
[14] Odisea: VII, 167, 178; VIII, 2, 4, 385, 421; XIII, 20, 24.
[15] Hesíodo—La Teogonía.—Texto griego, versión directa y literal por L. Segalá, é ilustraciones de Flaxman.—Barcelona, 1910.
[16] Homeri Odyssea, edidit Guilielmus Dindorf.—Editio quinta correctior quam curavit C. Hentze.—Lipsiae, In aedibus B. G. Teubneri, 1906 et 1893.
[17] Lexicon Homericum composuerunt F. Albracht, C. Capelle, A. Eberhard, E. Eberhard, B. Giseke, V. H. Koch, C. Mutzbaver, Fr. Schnorr de Carolsfeld, edidit H. Ebeling.—Lipsiae, In aedibus B. G. Teubneri, 1885.