Los secretos de la mente millonaria. T. Harv Eker

Чтение книги онлайн.

Читать онлайн книгу Los secretos de la mente millonaria - T. Harv Eker страница 3

Автор:
Серия:
Издательство:
Los secretos de la mente millonaria - T. Harv Eker

Скачать книгу

al menos para mí. Y fue la última parte de esa frase lo que finalmente me hizo caer en la cuenta. ¿Cómo es que otros triunfaban exactamente en el mismo negocio en el que me encontraba y sin embargo yo seguía arruinado? ¿Qué le estaba pasando al «Sr. Gran Potencial»?

      Así que comencé seriamente a hacer algo de introspección. Examiné mis auténticas creencias y vi que, aun cuando dijese que de verdad quería ser rico, tenía al respecto algunas preocupaciones profundamente arraigadas. Más que nada, sentía miedo. Miedo al fracaso o lo que es aún peor: miedo a triunfar y después, de algún modo, perderlo todo. Entonces sí sería un perfecto imbécil que se había cargado lo único que tenía a su favor: el «gran potencial». ¿Y si descubría que no tenía lo que realmente había que tener y que mi destino era vivir una vida de apuros?

      Quiso entonces la suerte que recibiese unos consejos de un amigo de mi padre que era extremadamente rico. Había ido a la casa de mi familia a jugar a las cartas con mi padre y sus amigos, y, al pasar yo, advirtió mi presencia. Era ya la tercera vez que me había mudado a casa de mis padres y estaba viviendo en la «suite inferior», también conocida como sótano. Supongo que papá se había quejado de mi lamentable existencia, porque cuando me vio tenía en los ojos la expresión de condolencia reservada normalmente para los afligidos en un funeral.

      Me dijo: «Harv, yo empecé igual que tú, siendo un completo desastre». Fantástico, pensé cínicamente, ya me siento mucho mejor.

      Él prosiguió: «Pero después me dieron unos consejos que cambiaron mi vida, y me gustaría pasártelos a ti». Vaya, aquí viene otra vez el sermón de padre a hijo, ¡y él ni siquiera era mi padre! Finalmente soltó: «Harv, si no te está yendo todo lo bien que te gustaría, lo único que quiere decir es que hay algo que no sabes». Como en aquella época era un joven con gran desparpajo, yo pensaba que lo sabía prácticamente todo, pero, ¡ay!, mi cuenta bancaria reflejaba algo muy distinto. De modo que al fin comencé a escuchar. Él continuó: «¿Sabías que la mayoría de los ricos, en cierto aspecto, piensan de forma muy parecida?».

      Yo respondí: «No, en realidad nunca me lo había planteado». Él siguió: «No es que sea una ciencia exacta, pero en general la gente rica piensa de una determinada manera y los pobres lo hacen de forma completamente distinta. Esos modos de pensar orientan sus acciones y, por tanto, determinan sus resultados». Luego prosiguió: «Si pensaras como lo hacen los ricos e hicieras lo que hacen ellos, ¿crees que tú también podrías hacerte rico?». Recuerdo que contesté con toda la confianza de una patata: «Creo que sí». «Pues —respondió él— lo único que tienes que hacer es copiar el modo de pensar de la gente rica.»

      En aquel tiempo yo era muy escéptico, por lo que le pregunté: «Y ¿qué estás tú pensando en este momento?». A lo que él contestó: «Estoy pensando que los ricos cumplen sus compromisos y ahora mismo mi compromiso es con los muchachos y con tu padre, que me están esperando para jugar a las cartas. Nos vemos».

      Y se fue, pero lo que había dicho caló en mí.

      En aquel momento no tenía ninguna otra cosa que hacer con mi vida, así que me lancé con entusiasmo a estudiar a la gente rica y cómo pensaban. Aprendí todo cuanto pude acerca de los funcionamientos internos de la mente, pero me concentré principalmente en la psicología del dinero y del éxito. Descubrí que algo era cierto: los ricos sí piensan, realmente, de forma muy distinta a como lo hacen los pobres e incluso de manera diferente a la gente de clase media. Al final, me di cuenta de cómo mis propios pensamientos estaban manteniéndome apartado de la riqueza. Y lo que es más importante, aprendí varias técnicas y estrategias eficaces para reprogramar mi mente a fin de pensar de la misma manera en que lo hace la gente rica.

      Finalmente, dije: «Ya está bien de teorías, pasemos a la práctica». Y de este modo decidí intentar un negocio más. Dado que estaba muy metido en todo lo referente a la salud y el ejercicio físico, abrí una de las primeras tiendas de fitness de Norteamérica. No tenía dinero, de modo que tuve que tomar prestados 2000 dólares de mi tarjeta Visa para iniciar el negocio. Comencé a utilizar lo que había aprendido tomando como modelo de referencia a los ricos, tanto en términos de sus estrategias empresariales como de sus estrategias de pensamiento. Lo primero que hice fue comprometerme a lograr mi éxito y jugar a ganar. Juré que me centraría y no me plantearía siquiera abandonar este negocio hasta que fuese millonario. Aquello era algo radicalmente distinto a mis anteriores esfuerzos, en los que, por pensar siempre a corto plazo, me desviaba constantemente, unas veces atraído por lo que parecían buenas oportunidades y otras, cuando las cosas se complicaban.

      Comencé también a poner a prueba mi enfoque mental para evitar desvíos hacia actitudes económicamente negativas o contraproducentes. En el pasado, tenía la creencia de que lo que me dictaba mi mente era siempre la verdad. Aprendí que, en muchos aspectos, mi mente era mi mayor obstáculo para lograr el éxito, por lo que tomé la decisión de no alimentar pensamientos que no estimularan mi visión de la riqueza. Empleé todos y cada uno de los principios que tú vas a aprender en este libro. ¿Te estás preguntando si funcionó? ¡Vaya si funcionó!

      El negocio fue tan bien que abrí diez tiendas en tan sólo dos años y medio. Entonces vendí la mitad de las acciones de la empresa a una gran compañía, por 1 600 000 dólares.

      Después de eso, me mudé a la soleada ciudad de San Diego. Me tomé un par de años sabáticos para pulir mis estrategias y comencé a hacer consultoría empresarial individualizada. Supongo que a la gente le resultaba bastante efectiva porque no dejaban de traer amigos, compañeros y socios a nuestras sesiones. Pronto estuve entrenando a diez y en ocasiones hasta a veinte personas a la vez.

      Uno de mis clientes sugirió que podría abrir una escuela. Pensé que era una magnífica idea, así que lo hice. Fundé la Street Smart Business School y enseñé a miles de personas de toda Norteamérica estrategias empresariales para lograr el éxito «con alta velocidad».

      Mientras viajaba por todo el continente ofreciendo mis seminarios, me di cuenta de algo extraño: podía tener a dos personas sentadas una al lado de la otra en la misma habitación, aprendiendo exactamente los mismos principios y estrategias; una de ellas tomaba estas herramientas y salía catapultada hacia el éxito. Sin embargo, ¿sabes lo que podría ocurrirle a la persona sentada justo a su lado? La respuesta es: ¡no mucho!

      Fue entonces cuando se me hizo obvio que puedes contar con las mejores «herramientas» del mundo, pero si hay un agujero diminuto en tu «caja de herramientas» (ahora mismo estoy señalando mi cabeza), tienes un problema. De modo que diseñé un programa titulado «Mente Millonaria Intensiva» basándome en el juego interior del dinero y el éxito. Cuando combiné el juego in­terior (la caja de herramientas) con el juego exterior (las herramientas), ¡los resultados de prácticamente todo el mundo se disparaban! Y eso es lo que vas a aprender en este libro: a dominar el juego interior del dinero para ganar el juego del dinero... ¡Vas a aprender a pensar en rico para hacerte rico!

      La gente me pregunta a menudo si mi éxito fue un «golpe de suerte», algo excepcional, o si ha continuado. Déjame que lo exprese de este modo: utilizando los principios exactos que yo enseño, he ganado millones y millones de dólares y soy varias veces multimillonario. ¡Prácticamente todas mis inversiones y empresas parecen despegar como cohetes! Hay gente que me dice que soy «como el rey Midas»: que todo lo que toco se convierte en oro. Tienen razón, pero de lo que puede que no se den cuenta es de que ser como el rey Midas es, simplemente, otra forma de decir que se tiene un «patrón financiero» programado para el éxito, que es exactamente lo que tú tendrás una vez que aprendas estos principios y hagas este trabajo.

      Durante el comienzo de nuestro Seminario Inten­sivo Mente Millonaria, generalmente pregunto al auditorio: «¿Cuántos de ustedes han venido aquí para aprender?». Se trata de una pregunta con un poco de trampa, pues, como dijo Josh Billings: «No es lo que ignoramos lo que nos

Скачать книгу