La muerte no existe. Sixto Paz Wells

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La muerte no existe - Sixto Paz Wells Desarrollo espiritual

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en el suelo con los brazos en alto, y a pesar de sus cuatro añitos, se puso a orar llorando.

      –¡No dejes que se vaya mi hermanita, mamá! ¡No permitas que se muera!

      Ingrid reaccionó con coraje, desesperación e impotencia y le dio todo tipo de masajes a la bebé y le hizo respiración boca a boca. La niña ya llevaba en ese instante más de dos minutos sin respirar y se había puesto morada y había dejado caer sus bracitos y piernas.

      La abuela reiteró entonces:

      –¡La niña ya murió, hija! No te aferres a ella.

      En ese momento, Ingrid, cargando a su hija, la empezó a sacudir violentamente ante la sorpresa general diciendo:

      –¡Dios, no vale! Me mandaste a mi hija para cuidar de ella y ahora me la quieres quitar. Me la tienes que devolver.

      »¡Devuélveme a mi hija!

      Y, de pronto, como si el cielo hubiese escuchado la súplica y el justo reclamo, la niña volvió a respirar alzando los brazos y moviendo sus piernitas. En ese momento, lo único que pensó su mamá fue en regularle la respiración y ayudarla.

      A pesar de ser tan pequeña, mientras intentaba respirar y volver en sí, la bebé apuntó su mirada hacia Ingrid como pidiendo ayuda. Luego su mirada se fue serenando y llegó a expresar una sonrisa y un sentimiento de gratitud por haberle devuelto a la vida. Eddie abrazó las piernas de su mamá y dijo, agarrándole las manitos a su hermanita:

      –¡Gracias, hermanita, por haber vuelto y no haberte terminado de ir!

      Con el paso de los años, Itzel (Ani) se convirtió en una niña preciosa, de buen carácter, amada y querida por todos. Las notas del colegio desde el jardín de infancia reflejaban que era alguien sumamente inteligente y precoz, muy altruista y preocupada por sus compañeros. Siempre era la primera en actuar frente a cualquier injusticia o abuso. A Itzel le gustaban las manualidades y aprendió con una increíble facilidad el arte del origami, por ejemplo. Entre otras cosas, la niña comenzó a escribir poesía y cuentos antes de los ocho años, que es cuando su madre se enteró de esta afición. Pero lo extraño es que escribía como una persona mayor, con mucho sentimiento y en género masculino.

      Ella, desde pequeña, decía:

      –¡Odio a los criminales! ¡No soporto ni permitiré las injusticias!

      A Ani le costó mucho venir o volver a este mundo, empezando por el embarazo de su madre, su nacimiento prematuro y hasta sus limitaciones de salud que la llevaron a varias muertes clínicas. Los médicos le auguraban una vida llena de limitaciones por todo lo sufrido y padecido; sin embargo hoy por hoy Itzel está en perfectas condiciones de salud: es inteligente y perspicaz, en todo normal, aunque esboza una madurez impropia para su juventud y muchas veces se comporta como un anciano sabio.

      Habría que analizar cuántos amigos invisibles hoy son parte de nuestra familia biológica; solo estaban esperando su momento para volver o integrarse y estar a nuestro lado.

      Capítulo III.

      De médico francés a ama de casa Sudamericana

      Todo en la vida tiene una explicación.

      Aunque muchas veces esta

      nos rompa los esquemas

      y nos resulte tan extraña

      como alejada de lo establecido.

      Enseñanzas Rama

      Mari es una extraordinaria ama de casa, madre de dos hijas bien educadas que, ya graduadas en la universidad y con honores, han sabido abrirse paso profesionalmente en la vida. Dueña de una inteligencia superior, hábil en todo lo que se propone, a pesar de sus brillantes estudios universitarios en Psicología y Neurología, después de diversos empleos decidió dedicarse por entero a su casa y a su familia.

      Desde pequeña padecía de extraños ataques, en los cuales se veía asediada por una sombra oscura que trataba a veces de sacarla violentamente de su cuerpo y otras de incorporarse a ella, lo cual le producía angustia y temor. A pesar de tener muy claramente definido su sexo y su rol en la presente existencia, más de una vez en sueños se veía como un hombre en Europa.

      Su feliz matrimonio no disminuyó los ataques, que aunque esporádicos llegaron a ser contemplados por su esposo, quien los definió como una suerte de epilepsia con intento de posesión.

      La práctica de la meditación por parte de ambos y de técnicas de regresión permitieron que Mari conociera en una clara visión que en su vida anterior ella había sido un médico francés interesado por el espiritismo y que estaba radicado en Inglaterra, así como que experimentaba con sus pacientes, buscando aprender cómo curar, pero también investigando sin ningún escrúpulo.

      Este tipo de conocimiento al que llegó Mari sobre sí misma, y supuestamente sobre anteriores encarnaciones suyas, la llevaron a bloquear definitivamente los ataques y la acechanza, que desaparecieron como por arte de magia a pesar de que le venían desde la niñez, y que habían desembocado en una serie de problemas de salud muy fuertes con lesiones en los huesos, diabetes, problemas de riñón, etc. como karmas acumulados de aquella vida anterior en la que ella experimentó en otros, que la habían llevado hasta verse sumida en varios protocolos de experimentación por parte de médicos buscando solucionarle sus problemas.

      Hoy Mari trabaja junto con su esposo la «terapia del perdón», con la convicción clara de que nada nos ocurre en la vida si no es por algún motivo, muchas veces de aprendizaje, otras de corrección o expiación. Y es que tenemos que tener cuidado a la hora de intentar abrir puertas entre dimensiones, porque estas pueden no solo abrirse sino atraer todo tipo de entidades, muchas de ellas inconvenientes y que podrían acompañarnos de una vida a otra acechándonos, y a través nuestro a los más cercanos a nosotros. Y en cuanto al proceder con los demás, siempre hemos de recordar aquello de: «El fin no justifica los medios» y «No hagas a otros lo que no quieres que te hagan a ti».

      Capítulo IV.

      Los siete cuerpos

      El número siete simboliza la perfección.

      Siete son las dimensiones del universo material,

      siete son los chakras o ruedas de energía principales; siete son las leyes que todo lo regulan

      y siete los cuerpos con que realizamos el aprendizaje de la vida.

      Los guías extraterrestres

      Existen tres universos, uno contenido dentro de otro. Estos tres universos son el material, el mental y un tercero llamado espiritual. El universo espiritual creó al universo mental, y este a su vez al material. El material posee siete dimensiones y está regido por las siete leyes o principios antes mencionados en los nuevos paradigmas. El mental posee tres dimensiones y está regido por tres leyes o principios, mientras que el universo espiritual tendría dos dimensiones (son muchas más pero de una manera esquemática las explicamos así) y estaría regido por dos leyes. Para crecer en conocimiento y experiencia, cada vivencia nos permite contar con vehículos o cuerpos densos y sutiles para vivir experiencias interdimensionales.

      Los siete cuerpos del ser humano son:

      1 El cuerpo físico denso material: que es el envase biológico de los demás cuerpos.

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